Las recientes elecciones andaluzas descabalgaron de los salones del Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, a un PSOE que durante casi cuarenta años había estado gobernando, como si de su cortijo se tratara, aquella Comunidad Autónoma. Durante todo ese tiempo el voto cautivo de los beneficiados por el PER había llevado a los socialistas andaluces a llenar con mayorías absolutas los escaños del Parlamento andaluz.
El primer aviso de que, un día u otro, la debacle electoral podía llegar a la sede del partido del puño abierto y la rosa marchita se produjo en las penúltimas elecciones autonómicas. En ellas el PSOE perdió la mayoría absoluta y tuvo que gobernar con el respaldo vigilante de Ciudadanos, agazapados en el escaño esperando el momento idóneo para dejar caer el gobierno socialista. Y el momento llegó hace unos meses cuando Albert Rivera ordenó a los suyos en Andalucía dejar de apoyar a Susana Díaz, la “sultana del sur”.
Albert Rivera y los suyos esperaban sobrepasar en votos y escaños a un Partido Popular que parecía estar en horas bajas desde que una moción de censura había descabalgado del banco azul del Gobierno a Mariano Rajoy y su gabinete. Pero los resultados no fueron los que los “naranjitos” esperaban, el PSOE, pese a todos los trapicheos de los ERE y el dinero público gastado en burdeles y droga por algunos de sus cargos, volvió a ganar las elecciones, el PP obtuvo 5 escaños más que Ciudadanos, y, la gran sorpresa, fue la irrupción de la extrema derecha, representada por VOX con cerca de 400.000 votos y doce escaños. Estos resultados fueron para Albert Rivera un regalo envenenado, Se veía abocado a destaparse, abandonar el disfraz de centrista y pactar con la ultraderecha defensora de la más rancia ideología franquista.
A la vista de la campaña que realizaron los partidos de la derecha, los que triunfaron, algunos llegamos a pensar que los andaluces viven en un Arcadia feliz y sin problemas de ningún tipo, con pleno empleo, estupendos servicios sociales, una sanidad de la que toman modelo en toda Europa, un sistema de enseñanza del que deberían tomar modelo el resto de autonomías y una televisión pública que deja en pañales a la BBC y las mejores televisiones públicas europeas.
Y todo esto lo llegamos, yo entre ellos, a pensar al ver que en todos los mítines el único problema del que hablaban los representantes del PP, Ciudadanos y VOX era Catalunya. Vertieron las mismas mentiras que se vierten cada día desde Tele Berlusconi (Tele 5) y desde Tele Lara (Antena 3) y sus adláteres. El argumentario que cada mañana recibían los mitineros parecía escrito por Ana Rosa Quintana o Sussana Griso, los políticos de la derecha y la extrema derecha esparcían las mismas mentiras sobre Catalunya con las que cada mañana estas dos lumbreras del periodismo aleccionan y mantienen en la ignorancia a su fiel público.
A la vista de los resultados parece que los ataques a Catalunya, los “a por ellos” de los mítines de la campaña andaluza dieron su resultado, con la sorpresa añadida de que VOX, con su campaña donde, además de a Catalunya, atacó a los inmigrantes y al feminismo, resultó moralmente ganador de las elecciones. Al fin y al cabo sus doce diputados van a valer mucho en el nuevo parlamento andaluz, ni en sus mejores proyecciones electorales esperaban obtener más de tres diputados, y han sido doce los que 395.000 andaluces han llevado al Parlamento andaluz.
Ciudadanos ha estado tirando la piedra y escondiendo la mano para que no se notara que están pactando con la ultraderecha mientras que el PP defiende a los ultras de VOX, al fin y al cabo son lo mismo que ellos, el PP disfraza sus ideas ultras mientras que los de VOX, crecidos por la impunidad con la que la extrema derecha se mueve por España en estos últimos tiempos, van a cara descubierta. Unos y otros envueltos en la bandera española, unos la constitucional y otros con la “gallina” franquista. El número dos del PP, Teodoro García, se reunió este miércoles con Javier Ortega Smith, Secretario General de VOX,
Y con los votos del PP y Ciudadanos la extrema derecha ya está en la mesa del Parlamento andaluz. Unos y otros han tenido que quitarse la careta porqué los doce votos de VOX no les van a salir gratis, Abascal ya habla de que tendrán que pactar las condiciones para que sea elegido Presidente de la Junta el representante del PP. Veremos ahora con qué cara se presenta Albert Rivera ante sus socios europeos que no quieren tener ningún tipo de contacto con la extrema derecha, y cómo defenderá Inés Arrimadas a las mujeres cuando en Andalucía han pactado con quienes propugnan derogar las leyes que las defienden.
Si alguien todavía cree que Ciudadanos es un partido de centro, a partir de ahora el mismo partido le ha dado la respuesta. Ciudadanos no tiene nada de centrista, me atrevo a decir que la única ideología de “los naranjitos” es la que marca la alta clase empresarial. Con tanto escorarse a la derecha han acabado aparcando en el espacio reservado a la extrema derecha, y eso les puede suponer problemas entre algunos de sus votantes. Cuando estoy acabando este artículo me llega una nota de prensa de Manuel Valls, candidato independiente y cabeza de lista de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona, en la que advierte al partido de Albert Rivera que cualquier acuerdo programático o de gobierno con VOX “seria un error político y una incongruencia moral”. A largo plazo Ciudadanos pagará su apoyo a la extrema derecha.
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