Antes de todo, el mundo quiere paz, no guerra en los diferentes estilos o formas. No solamente con balas se mata. Esto que me atrevo a escribir para el mundo es por el bien de los pueblos. Desde hace más de cuatro décadas me he preguntado acerca de la inconformidad de la gran mayoría de medios de comunicación social y de ciertos “políticos”, ¿por qué no están de acuerdo con la administración de gobierno que esté de turno? Ha sido costumbre inveterada: los gobernantes que logren llegar a administrar el país generan descontento, esto es en la mayoría de todos los países del mundo, especialmente en Nicaragua. En ese tenor, he logrado discurrir que es la severa ambición de poder; a lo mejor, quizá sean otros cánones los que los mueven. Es un odio visceral, como que fueran estos los “súper dotados” en administración política, social, cultural y etc. Si lo fueran, pensarían diferente, buscando ser mejores.
Asestan golpes hasta más no poder ahora que la libertad de expresión y pensamiento está más globalizada desde el sistema internético. Ese es el Diario, Periódico, Prensa, Radio Mundial imparable. Empero, ¿qué se gana haciendo tanto daño desde esos lares? Nada, sólo destruir por venganza y ambición. Esa es la religión de los políticos adversarios que agitan a los pueblos, incluyendo el nuestro. Deberían tener cuidado y un poco de sentimiento. Si somos cristianos, por decir, si creemos en Dios y Jesucristo, entonces debería satisfacerles mucho mejor hacer el bien y comprender que la búsqueda de la verdad no es propagar enfermedades politiqueras. Descubrirlas ha sido objeto y permitido para prevenir que las sociedades continúen inyectándole ese virus maldoso. A nadie le beneficia.
En consecuencia, es una mala señal desde que tomó posesión Trump. Desesperadamente y a carreras visitaron Centroamérica y Panamá, entre otros países, y primordialmente señalaron severamente a los países Cuba, Venezuela y a mi patria Nicaragua. Ahí se ve más que claro que quieren destruir a estos países. No crean que proporcionarán atol con el dedo y que destruirán el futuro de cambio al cual los pueblos tienen ese soberano derecho. ¿Y por qué no arremeten contra China, Rusia, Alemania, Europa, Brasil y etc.? No son tontos. Sabe Trump que con esas potencias tiene que hilar muy fino, porque si no se le hunde el barco. Parece que sus estrategas están desenfocados, desorientados.
Bien, la ironía, metáfora, refranes, sofismas, las mentiras, la vida de la gente y el mundo entero, en su propio mundo imperecedero e inmortal en el tiempo, Donald Trump ahí está reflejado. Lo primero que hizo Trump cuando tomó posesión de su cargo de gobernante fue enviar a Centroamérica y Panamá a su secretario de Estado, “Marco Rubio”. Desde ahí se nota la desesperación que tienen, porque saben que se les puede hundir el barco. El primer perjudicado podría ser el pueblo estadounidense debido a esa política de golpe y patadas.
Veamos este bochorno y epítetos de “Marco Rubio”, cubano penetrado, que a lo mejor ni él se lo cree. Anda totalmente desacertado con su palabrería que está disparando en muchas direcciones. Quiere ganarse el protagonismo mundial; con ello se ve y lee que le está haciendo sombra a su jefe, “Donald Trump”. A saber qué quiere “Marco Rubio”.
Está fuera de lugar y de tono e inaceptable que Rubio haya tildado a Nicaragua, Cuba y Venezuela de "enemigos de la humanidad", los acusara de ser los causantes de la crisis migratoria en el continente americano y que Managua "se ha convertido en una dinastía de familia". Señor Marco Rubio, no pierda de vista que EE.UU., país que lo cobija con su legalidad migratoria, son invasores sin tener derecho alguno que los ampare. No sea ingenuo ni esconda la historia de asesinatos en masa que han propiciado esas invasiones. Estás equivocado. ¿Qué clase de humanismo tiene el imperio de EE.UU.? Tiene años y años de tener bloqueado al pueblo de Cuba. Eso es ser un criminal de lesa humanidad. Honre la deuda histórica por haber auspiciado la contrarrevolución contra la Revolución Sandinista en los años ochenta y, debido a ello, ocasionaron severos daños y perjuicios al pueblo de Nicaragua. Eso jamás se olvidará. Incluso, no respetan a la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Es un atentado que Donald Trump esté manipulando como que fuese amo del mundo. Señor Donald Trump, reflexione, deténgase y haga prosperar más a su pueblo y etc. No sea entrometido y abusivo, que las cosas pueden dar un giro fuerte y el único responsable será usted. El resto usted lo sabe. Sea más prudente y respete para que sea respetado.
¿Quién le ha dicho que puede venir a Centroamérica y Panamá a dar órdenes? Este secretario de Estado de los EE.UU., Marco Rubio, no tiene ningún asidero legal para exigir a la República de Panamá el no pago por derechos de tránsito a través del Canal de Panamá. Independientemente de que EE.UU. se haya arrogado el “derecho” de proteger el paso transoceánico, eso no significa que sus barcos o carga, cualquiera que esta sea, no deba pagar el derecho de paso e impuestos determinados. Rubio anda dando palos de ciego, como desesperado e imponiendo el terror.
Usted sabe perfectamente que el gobierno de EE.UU., no el pueblo, tiene antecedentes de invasores y destructores de tantas culturas y pueblos en el mundo. Mantienen su agresividad contra las libertades y derechos de muchos pueblos. Si usted es humanista, sopese mejor para buscar el bien. Entienda que los Estados Unidos de Norteamérica no tienen ningún derecho de entrometerse, ni de ser chantajistas o meter terror al mundo. Su jefe Trump está loco de atar. Sabe que se está ahogando y le viene una crisis imparable.
Jamás puede ser o parecer absurdo, como lo arguyó el señor Rubio, que EE.UU. tenga que pagar al gobierno de Panamá cuotas para transitar una zona en la que tienen la obligación de protegerla en momentos de conflicto. No existe tal obligación si no es mandatada por la ley del país panameño. Si existe, está bien; si no, no puede imponer este secretario de Estado cosas desenfocadas. Y muchas cosas más que vendrán haciendo en todas las direcciones. Los gobernantes centroamericanos, Panamá y el mundo no se dejen engañar con cantos de sirena del gobernante de EE.UU. y sus adláteres.
Conclusión: Es mucho mejor que el presidente Donald Trump se siente con su gabinete o equipo de trabajo a resolver los asuntos internos de su país, no los asuntos externos de otros países. Y recuerde quién(es) le dieron su voto: fue el pueblo de los EE.UU., no el mundo entero.
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