España es la campeona de Europa y del mundo, y si vuelve a ganar la Eurocopa lograría un triplete que nadie ha conseguido en la historia, y que la haría entrar en exclusiva en los anales del fútbol mundial por la puerta grande. Además, continúa teniendo en sus filas los mejores jugadores del “Viejo Continente”, sigue practicando –con permiso de Alemania- el fútbol más vistoso de todo el mundo y en las diferentes casas de apuestas no hay otro favorito para salir campeón el próximo 1 de julio en el Estadio Olímpico de Kiev. Todo de color de rosa, ¿no?
Pues ayer a mí la selección, entre unas cosas y otras, me generó las suficientes dudas como para recomendar un poco de cautela, fundamentalmente entre aficionados y prensa. Me explico. Viendo el encuentro contra China desde el principio hasta el final, es posible que al lector lo primero que se le quede en la mente sea la exhibición con el balón que volvió a dar ayer La Roja en el segundo tiempo, sobre todo de la mano de un dúo, Silva-Iniesta, que cuando se ponen a jugar a la pelota sólo un tal Leo Messi puede ser considerado abiertamente mejor que ellos, y no por mucho.
Defensa y delantera: problemas Visto así, no es para estar absolutamente eufórico pero sí optimista al 100% con respecto a las posibilidades de España; pero hay un par de factores que me preocupan, y que a buen seguro también inquietan tanto a los profesionales como a quienes sean capaces de analizar el partido más allá de lo que acabo de mencionar: la defensa y el gol.
No pretendo restar ningún mérito al excelente trabajo que ha hecho nuestro estimado José Antonio Camacho por tierras orientales. No en vano la imagen que dio ayer el combinado chino invita a pensar, como dijo el técnico de Cieza en sala de prensa, que de no haber tenido delante otro adversario es probable que no hubiesen perdido, y que si las eliminatorias para la Copa de Asia fuesen ahora mismo los suyos estarían disputándole la supremacía en el continente asiático a los sempiternos Corea del Sur y Japón.
Pero no podemos olvidar que China, hoy por hoy, por mucho que haya mejorado –que lo ha hecho- continúa siendo una selección de segunda fila en el orden internacional. Un grupo que, en la primera parte, no sólo maniató al ataque español sino que, además, puso en innumerables problemas a una zaga que, al menos en tres de sus cuatro miembros, tiene todos los visos de ser la titular en el comienzo de la Eurocopa.
Especialmente mal vi ayer a Arbeloa, desubicado y presa fácil una y otra vez del zurdo chino Yu Hai, quien le volvió loco casi literalmente. Y tampoco me deja tranquilo la facilidad con la que Negredo y Fernando Torres erraron ocasiones hasta hartarse. Sobre todo el “Niño”, capaz incluso de rematar entre los palos apenas una vez de las cinco o seis que intentó, casi todas ellas en buena posición. O mucho me equivoco, o como nos descuidemos un poco vamos a acordarnos de los lesionados Villa y Puyol más de lo que nos gustaría.
Italia e Irlanda, como China pero con más calidad Los dos primeros partidos, ante Italia e Irlanda, probablemente los vayan a plantear nuestros rivales de forma muy similar a la de China –“prácticamente todos van a jugarle a España como lo hemos hecho nosotros”, afirmó ayer Camacho-. ¿Qué ocurriría si repitiéramos lo de ayer? Pues que a buen seguro los atacantes de alguna de estas dos selecciones no tendría el pleno desacierto del capitán chino Zheng Zhi, y nos podríamos ver en serios problemas. Especialmente con los italianos, históricamente peligrosísimos cuando, como ahora, llegan en horas bajas por sus escándalos de apuestas.
“Si tenemos que formar a los chavales tampoco es muy bueno que digamos que somos casi, casi los máximos favoritos, porque no es verdad. Defendemos el título, pero a nuestra altura hay otras selecciones que están como nosotros. A ellos hay que decirles la verdad”, le comentó ayer Vicente Del Bosque al compañero de un periódico infantil. Me quedo con esa frase, porque con la igualdad que hay si bajamos el pistón nos pueden dar un susto bien gordo.
Por último, más allá de lo que resultó el juego en sí, me gustaría hacer un par de críticas. La primera, al sector de la afición sevillana que, probablemente por mala educación, estaba predispuesto a silbar el himno nacional chino desde antes incluso de que comenzara a sonar, aunque cierto es que todo fue amainando. Pero así cómo diablos queremos que respeten el nuestro…
Y la segunda, a la RFEF. Vaya por delante que, como uno de los enviados al Estadio Olímpico que fui junto a nuestra compañera Estrella Rojo, les agradezco que no hayan puesto trabas para acreditar a Diario Siglo XXI. Pero lo que no puedes hacer es marear al personal el sábado colocando al empleado de las acreditaciones dando vueltas para tener que buscársele en plan “dónde está Wally”, en vez de habilitar para ello un punto fijo.
Y tampoco puedes decirles a los medios que primero hablarán los técnicos en sala de prensa y después los jugadores en zona mixta, para luego desdecirte con casi todo el personal dentro y hacerlo todo a la vez: entrenadores en un lado y jugadores en el otro, con la gente sin saber nada. Es verdad que el avión salía a la una de la mañana (el encuentro acabó sobre las 0:00) y que todo el mundo tenía prisa, pero creo yo que no es tan difícil hacer las cosas bien avisando con tiempo de lo que finalmente se va a llevar a cabo, sea lo que sea.
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