Cuando la minería entra en su quinta semana de huelga indefinida, y los
encierros duran ya mes y medio, la acción de difusión del problema minero que se
puso en marcha con la marcha negra está ya a las puertas de su destino: la
capital del Gobierno, Madrid, donde se decidió que se iba a incumplir el plan
del carbón, quitándole a las cuencas mineras 500 millones de euros y asesinando
las comarcas que los gestores públicos debían estar velando por preservar (para
eso entre otras cosas es para lo que se les paga).
Solidaridad Lucha Minera
La huelga indefinida minera que en su inicio fue sometida a una censura
informativa completa en los medios nacionales ya empezó a romperla con la huelga
general de las cuencas mineras del 18 de junio, y mediante todas las
acciones que no han parado ningún día, como la emocionante presencia de las mujeres de la minería en
el senado durante la votación del presupuesto, los cortes de calles o las
distintas manifestaciones y, por supuesto, con la marcha negra a Madrid, han
conseguido burlar esa censura y hacer llegar a una buena parte de la población
no solo su situación y su lucha, sino la convicción de que hacer frente a este
Gobierno que traiciona a sus ciudadanos no es ya una posibilidad, sino una
necesidad.
El 11 de julio, miles de mineros, trabajadores de otros sectores y familias
enteras estarán en Madrid para recibir a la Marcha Negra, que camina desde el 22
de junio procedente de diferentes puntos de España. La manifestación culminará
frente al Ministerio de Industria, a la espera de recibir una respuesta que les
permita volver a sus casas con un futuro digno ante el que no tengan que agachar
la cabeza o dejarse vencer por la necesidad y el hambre. Sin embargo, ahora es
el turno del Gobierno: o toma medidas al respecto o ignora las exigencias de los
ciudadanos a los que representa, ¿será capaz de rectificar y estar, por una vez,
a la altura de las circunstancias?
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