La mayor parte de los hombres no asume los cambios derivados del envejecimiento por desconocimiento o falta de información, como las dificultades en la erección y, por ello, no consultan con el especialista. Así lo advierten los expertos de Boston Medical Group, referentes en salud sexual masculina que, con motivo del Día Mundial del Hombre que se celebra el 19 de noviembre, recuerdan la importancia de que los hombres a partir de los 50 años presten atención a este tipo de modificaciones, debidas a la andropausia, puesto que pueden esconder otros problemas importantes de salud. Boston Medical Group se suma, además, a Movember, iniciativa por la cual durante el mes de noviembre se busca concienciar sobre los problemas que afectan a la salud masculina.
Entre un 5 y un 20% de los hombres mayores presentan una disminución de las cifras de testosterona total y hasta un 60% registran bajos niveles séricos de testosterona libre, según datos de Boston Medical Group. Un estudio reciente publicado en The Aging Male, realizado con más de 100 hombres mayores de 40 años, demostró que la mayoría experimentaban síntomas del hipogonadismo. “La andropausia definida como hipogonadismo consiste en una bajada en la producción de testosterona. Las consecuencias derivadas de este descenso tienen un impacto negativo en la calidad de vida de los varones, por lo que es importante que busquen solución para minimizar esos cambios”, asegura el doctor José Benítez, director médico de Boston Medical Group en España. Sin embargo, añade, “es un tema tabú que quieren ocultar o desconocen, pues cuesta asumir la pérdida de virilidad, el deterioro físico y la pérdida de potencia y rendimiento sexual. Pero es algo con lo que deben aprender a convivir”.
En el ámbito sexual, los principales signos del envejecimiento son la disminución del deseo sexual y las dificultades para alcanzar o mantener la erección. “El rendimiento físico, social y mental se deteriora de manera considerable, lo que reduce la libido. Además, disminuye el tamaño del pene y las erecciones involuntarias de la noche y la mañana van desapareciendo”, explica el doctor Benítez. Por otro lado, la fuerza y el volumen de la eyaculación es reducida, lo que hace disminuir el placer y el sentido de la masculinidad. “Es fundamental prestar mucha atención porque pueden ser síntomas de otras enfermedades como la diabetes, la hipertensión o el síndrome metabólico”, afirma el doctor Benítez. Un trabajo reciente concluye que la disfunción eréctil es común en la diabetes, afectando a más de la mitad de los hombres con esta patología.
Otros signos que pueden alertar de la presencia de la andropausia son los cambios de humor, como la depresión, la ansiedad y la irritabilidad; disminución de la masa muscular y de la fuerza, de la densidad mineral ósea con osteopenia y consecuente osteoporosis; aumento de la grasa corporal; percepción de deterioro del estado general; trastornos del sueño; disminución del vello corporal y cambios de la piel; sudoración y calores. “Los síntomas son muy similares a los de la menopausia pero ésta aparece de forma brusca y se relaciona con la interrupción definitiva del ciclo ovulatorio. En el caso de los hombres, no se produce una interrupción definitiva en la producción de espermatozoides y los síntomas son progresivos e insidiosos”, comenta el doctor Benítez.
Cómo hacer frente al envejecimiento
Aunque “el envejecimiento no se puede evitar, si podemos retrasar su aparición y conseguir que produzca el menor impacto posible en nuestra calidad de vida”, asegura el doctor Benítez. A partir de los 40, añade, “la disfunción eréctil empieza a aparecer y a partir de los 50 puede hacerse más severa, al igual que los problemas del deseo sexual, por lo que es importante no permitir que avancen y consultar con un experto en salud sexual masculina. También conviene prestar atención a los niveles de azúcar, colesterol, presión arterial alta, obesidad y los bajos niveles de testosterona. Por otro lado, será necesario seguir unos consejos como no abandonar la práctica sexual, realizar ejercicios físicos, el seguimiento de una dieta sana y equilibrada, dormir lo necesario, combatir el estrés, no consumir tabaco, alcohol y drogas y no tomar medicamentos sin control médico. Según un estudio publicado en Sexual Medicine Reviews, los hombres obesos y con sobrepeso que pierden peso a través de dietas bajas en grasa y bajas calorías tienen mejoras en su función sexual y niveles de testosterona.
En cuanto al tratamiento farmacológico, después de un estudio completo, el especialista en salud sexual masculina determinará el a seguir. En la mayoría de los casos, si la causa es la disminución de la testosterona, “se procederá a utilizar una terapia de remplazo hormonal que permitirá restituir la función sexual y de manera adicional mejorar la sensación de bienestar, disminuir la resorción ósea y restaurar las funciones cognitivas”, explica el doctor Benítez. Una investigación publicada este mes en la revista Sexual Medicine Reviews concluye que esta terapia proporciona beneficios de salud reales para la densidad mineral ósea, la anemia, la función sexual, la función glucometabólica y cardiometabólica, y las mejoras en la composición corporal y la calidad de vida.
Es importante tener en cuenta que la terapia hormonal no debe sobrepasar los niveles fisiológicos de testosterona “y debe ser bien tolerada, confortable y barata. Además, es imprescindible un control exhaustivo del paciente durante el tratamiento y que esté vigilado, pues aunque la reposición de andrógenos no induce cáncer de próstata, si puede estimular la progresión de un adenocarcinoma latente”, advierte el doctor Benítez.
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