Miquel Iceta es un barcelonés que lleva en política desde los 17 años, edad en la que se afilió al Partido Socialista Popular de Catalunya, que a nivel estatal estaba liderado por Tierno Galván, el viejo profesor. Iceta, como muchos, vio con claridad que el futuro estaba en aquellos jóvenes sevillanos que auspiciados por las socialdemocracias alemana y sueca podían llegar a las cotas más altas en la política española. Le pasó a Iceta y a infinidad de políticos de los primeros años de la Transición a los que el PSOE convenció para entrar en sus filas, la verdad es que fuera del socialismo moderado hacía frio y era difícil vivir de la política.
Pero en Catalunya el PSOE pasó a ser el PSC,hoy una pura “qüestió de noms”, como se ha demostrado a lo largo de los años, pues cuando los políticos del PSC en el Parlamento español han votado de manera diferente a lo que ordenaban sus superiores en Madrid acababan siendo multados e incluso cayendo en desgracia. Así que Miquel Iceta, que ya de joven debía pensar que la política además de servir a los ciudadanos también podía ser una buena profesión, decidió que la mejor manera de servir a los ciudadanos, y a sí mismo, era estar en los puestos de dirección, y, dicho y hecho, desde 1984 ha ocupado distintos puestos en la dirección del PSC hasta llegar al cargo máximo, el de Primer Secretario de su partido, en 2014 después de la dimisión de Pere Navarro. No tuvo oponentes, la suya fue la única candidatura al cargo. Comenzó en 1987 como concejal de Cornellà, población del antaño “cinturón rojo” de Barcelona, pasando por diversos cargos en Madrid y también por la Carrera de San Jerónimo. Y hoy, ahí lo tienen, flamante Primer Secretario de los socialistas catalanes con aspiraciones a ser President de la Generalitat, con el lema “Solucions.Ara Iceta”.
Lo más llamativo de la lista del PSC encabezada por Iceta son las “amistades peligrosas” con las que, últimamente, se viene juntado en saraos rojigualdos, y junto a algunos de ellos se presenta ante el electorado catalán. En su lista ha acogido a Espadaler, uno de los restos del naufragio de la vieja Unió, al Vicepresidente de Societat Civil Catalana, una entidad que nadie sabe cómo se financia “pa tanto como destaca” y con ciertos aromas a ultraderecha y a Jiménez Villarejo, conocido anti catalanista desde hace años y que dejó Podemos en busca de la moderación de la rosa y el puño, rosa sin espinas y puño abierto y descafeinado. Con todos estos mimbres Iceta quiere “solucions”, y en honor a la verdad hay que decir que las encuestas indican que conseguirá mejores resultados que en 2015 aunque si no suben más no le servirá para ostentar el título de “Molt Honorable President”.
Iceta es un experto en nadar y guardar la ropa o en tener una chaqueta para cada ocasión. No hace mucho le vimos en la Fiesta de la Rosa en Gavà gritando, como un poseso, “Pedro, ¡Mantente firme! Líbranos de Rajoy y del PP, por Dios”, pero últimamente se hace selfies con Albiol. Era un fan de Pedro Sánchez pero cuando a éste le defenestraron de Ferraz las huestes de Susana Díaz le faltó el tiempo para tomar un avión a Sevilla y ponerse a disposición de ella. Después ganó, contra todo pronóstico, Pedro Sánchez e Iceta retornó para ver si le servía de pareja de baile para danzar, como en la campaña del 2015 el “Don’t stop me now” de Queen. No sé si volvió a bailar con Sánchez pero lo que sí es cierto es que le ha dado todo el apoyo del PSC para que junto con el PP y C’s apliquen el 155 en Catalunya.
Para la noche del 21-D no se qué tema nos tendrá preparado Miquel Iceta para la hora de la danza. Espero que los resultados no le lleven a ponerse unas mallas y nos deleite con una pieza tan clásica como “la muerte del cisne”, me gusta más verle sonreír al ritmo de Queen.
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