Con el escrutinio terminado, Ciudadanos es la fuerza política más votada por los catalanes con 37 escaños y cerca de 1.102.000 votos, es decir, un 25,37% del electorado. Sin embargo, la formación de Inés Arrimadas se queda sin posibilidad de gobernar por la mayoría absoluta de los partidos separatistas, propiciada por el hundimiento del Partido Popular, la bajada de Catalunya en Comú y la mínima subida del Partido Socialista.
Ciudadanos obtiene una victoria histórica en las urnas, pues nunca un partido no nacionalista había ganado en unas autonómicas catalanas, pero sólo le servirá para liderar la oposición en el Parlament, exactamente igual que hacía hasta ahora con 12 escaños menos y poco más de 736.000 votos.
Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, queda como segunda fuerza con 34 diputados. Consigue el 21,68% de los apoyos y vence con una mínima ventaja a la lista independentista de Oriol Junqueras, que logra 32 parlamentarios y el 21,40% de los sufragios. La diferencia entre ambos es de sólo doce mil papeletas.
Pese a quedar segundo y tercero, los dos grandes partidos independentistas son los vencedores de la noche. Juntos suman 66 diputados, sólo dos menos de los necesarios para lograr mayoría absoluta. Además, lo logran sin que sus dos grandes líderes hayan participado en la campaña electoral de manera normal, pues el ex President permanece fugado en Bruselas y el número uno de ERC está encarcelado en la prisión de Estremera (Madrid).
A partir de ahora se abren diferentes incógnitas sobre el retorno de Puigdemont y los ex "consellers" huidos y la situación de los tres diputados electos que permanecen presos: Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sánchez.
Hundimiento constitucionalista La victoria de Ciudadanos sirve de poco para el bloque constitucionalista que aspiraba a arrebatar la mayoría absoluta en el Parlament a los separatistas. La causa es el fracaso electoral de los otros dos partidos, dado que el PSC de Miquel Iceta apenas sube un diputado pese a las expectativas que tenía de ser decisivo para conformar un gobierno transversal que pusiera fin a la actual crisis institucional.
Peor aún es el devenir del Partido Popular de Cataluña, que con Xavier García Albiol al frente sufre un batacazo histórico al perder 8 escaños y no lograr grupo parlamentario propio. De 11 cae estrepitosamente a tres con a penas 182.000 votos, frente a los 349.000 que logró en 2015.
Este panorama deja la suma constitucionalista en 57 escaños frente a los 70 de los independentistas, cuando hace una semana especulaban con la posibilidad de superar en diputados a la suma de Junts y ERC, que finalmente queda en 66.
Catalunya Comú Podem queda con 8 escaños, muy por debajo de lo que imaginaba hace unas semanas, cuando parecía que el partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, podía tener la llave para el futuro gobierno.
La lista de Xavier Domènech logra sólo 8 parlamentarios, muy por debajo de los 11 que cosechó en las anteriores autonómicas. Pierde cerca de 50.000 votos pero las alianzas de investidura podrían devolverle el protagonismo si JxCat y ERC no son capaces de llegar a un acuerdo con la CUP. Hay que recordar que en enero de 2016 la CUP fue precisamente la que forzó la retirada de Artur Mas y quien provocó que el entonces alcalde de Girona, Carles Puigdemont, fuera investido presidente de la Generalitat.
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