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Contra los agoreros que desde hace un tiempo vienen proclamando la muerte del independentismo o su domesticación, como hacen Pedro Sánchez y sus ministros, la celebración el pasado miércoles, una vez más, de la Diada de Catalunya sirvió para acallar a aquellos que llevan un tiempo entonando música de réquiem por el independentismo.
El curso político empieza casi como terminó, desde tierra, mar y aire las dos derechas, el Partido Popular y la otra, los ultras de Vox, atacando a Catalunya, su obsesión y también la de unos cuantos barones socialistas, que, a mi juicio, han equivocado su espacio en el espectro político y en lugar de estar en el centro izquierda deberían militar en la derecha pura y dura.
Como siempre que escribo sobre Cataluña y/o los catalanes, trato de ser justo, riguroso y objetivo; por ello nunca se me olvida destacar que en aquella región hay muchísima gente con los mismos sentimientos que en el resto de España respecto a la unidad, solidaridad y la igualdad de todos los españoles.
Ayer escribí un artículo sobre las consecuencias económicas que, a mi juicio, se pueden derivar de la puesta en práctica del acuerdo al que han llegado el gobierno, el PSOE o el PSC, no se sabe bien, con Esquerra Republicana. Creo que utilicé argumentos objetivos, puesto que estaban basados en lo que sabemos que ha ocurrido en otras experiencias en las que se ha hecho lo mismo.
Ya tenemos en vigor la Ley de Amnistía. No se han atrevido a publicarla en el periodo comprendido entre su aprobación y la fecha de las elecciones europeas. Siempre pasa lo mismo; no hay puntada sin hilo del PSOE: desde que desapareció Felipe González de la escena política, las campañas electorales y las propias elecciones no han dejado de ser enrevesadas. Aquella limpieza de partido, institucional y personal de la transición ha pasado a la historia.
En 2007, cuando José Luis Rodríguez Zapatero finalizaba su primera legislatura, empezó a cuajar en la sociedad catalana una sensación de cansancio y disgusto. Los problemas crónicos en Cercanías, un aeropuerto que entonces era insuficiente para responder a la proyección de Barcelona, la baja inversión pública por parte del Estado o el acentuado déficit fiscal acabaron por engendrar lo que se bautizó como el 'català emprenyat' (catalán enfadado).
El PSC ganas las elecciones y Salvador Illa acaricia la presidencia. Con 42 escaños, los socialistas logran uno de los mejores resultados de su historia e Illa podrá ser presidente si consigue el apoyo de ERC y de Comuns Sumar. Este resultado supone una gran noticia para Pedro Sánchez, que sale reforzado tras su apuesta por el ex ministro de Sanidad.
El próximo domingo, 12 de mayo, los catalanes acudirán a las urnas para elegir quién tendrá que dirigir la Generalitat. No es fácil predecir cuál será el resultado de unas elecciones en las que el independentismo puede perder la primacía que ha alcanzado durante los últimos años.
No puedo entender que partidos catalanes de izquierdas que dicen luchar por conseguir un mundo más justo, libre y pacífico no manifiesten su repulsa ante el asesinato de los dos guardias civiles asesinados en Barbate (Cádiz). Ni puede tener explicación política (cuando es una muerte que ha provocado el deterioro neoliberal de los servicios públicos), ni justificación humana.
Cada vez que en España se habla de solucionar algún conflicto periférico, siempre hacen acto de presencia los “salvadores de la patria” para intentar boicotear las posibles soluciones que las partes en conflicto consideran oportunas para rebajar la tensión y llegar a algún tipo de acuerdo satisfactorio.
Viven en Cataluña, región española, pero dicen sentir "desolación y desamparo". Observan la “basura de los bonos catalanes” y el silencio de los que podrían hablar. Todo es una farsa. Como dice el señor Gabriel Rufián: “Amnistía para sentar las bases para que haya un nuevo 1-O”.
Martillo y yunque, son herramientas para forjar, aguantando o golpeando. ‘Uno es martillo o es yunque; la buena gente siempre ha sido yunque’. Dice Corey Stoll, Peter Ruso en la serie Billions, de Brian Koppelman. Billions, miles de millones. ‘Cuando seas yunque, aguanta. Cuando seas martillo golpea’, es un consejo atribuido a Lenin.
La pasada semana el rey Felipe VI nombró como aspirante a Presidente del Gobierno a Alberto Nuñez Feijóo, candidato del PP, partido ganador de las elecciones generales del 23-J, a pesar que, hasta este momento, el candidato real no tiene en su zurrón el número de votos suficientes para alcanzar los 176 votos afirmativos que le darían la mayoría absoluta con la que poder alcanzar la Presidencia del nuevo Gobierno de España.
La semana pasada el diputado Batet, de JUNTS, al final de su intervención en el Parlament de Catalunya durante el debate de Política General demandó al presidente Aragonès que, dado que, según él, el Govern no estaba cumpliendo con los acuerdos de investidura, sometiera su cargo a una moción de confianza.
Hay traducciones que descubren coincidencias. Oriol, al traducirse al castellano, es un nombre masculino que se convierte en oropéndola, un ave cuyo nombre proviene del latín ‘aurum’, dorado, o ave de oro. Junqueras, traducido, es el plural de junquera, junco, planta común en la cuenca mediterránea, con hoja cilíndrica, alargada, recta y flexible. Con alguna licencia, oriol junqueras es, pues, un ave de oro entre juncos cilíndricos, alargados, rectos y flexibles.
En los pacientes con Diabetes tipo 2 (DM2), la insuficiencia cardiaca (IC) y la enfermedad renal crónica (ERC) son las primeras manifestaciones más frecuentes. Además, estas patologías se asocian con un mayor uso de recursos y costes para el Sistema Nacional de Salud, tal y como observa el estudio CaReMe España, publicado recientemente y que cuenta con la colaboración de AstraZeneca.
Lejos de este comentarista pretender presumir de persona enterada, de musicólogo o instruido en materia del complicado, variado, super explotado y vulgarizado mundo de la música de la que disfruta nuestra juventud. Cada cual es muy dueño de tener sus preferencias y en el ámbito musical se puede decir que aún con mayor libertad.
Hace poco más de una semana que, en primera instancia, ERC y JUNTS, los socios de Gobierno de la Generalitat de Catalunya consiguieron que los presupuestos para el próximo año pudieran echar a andar. No fue como ambos partidos querían, una vez más se rompió la ilusoria unidad del independentismo y la CUP, formación anti capitalista, volvió a sus raíces y se mostró reacia a dar el sí.
Contemplar a políticos, profesionales de gestión autista, profanar día a día los inexcusables compromisos con los ciudadanos, no tiene nombre. No olvidar es responsabilidad de la sociedad, de la que mató antaño, de la que enterró más tarde y de la que gobierna hoy.
Cuando es el propio señor Illa, líder de la oposición del Parlamento catalán, quien afirma que “desde el principio se sabía que ésta era una mesa de diálogo entre gobiernos”, huelga más aclaraciones, más interpretaciones y más suposiciones respecto a lo que se está tramando en esta “mesa de diálogo”, denominación bajo la cual se nos intenta hacer tragar a los españoles que se busca reconducir las relaciones de España con la abiertamente antiespañola Cataluña.
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