El secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado este viernes la quema de un vehículo de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) en la capital, Beirut, por parte de un grupo de simpatizantes del partido-milicia chií libanés Hezbolá y ha exigido que los perpetradores asuman su responsabilidad por los daños y heridos. "Estos ataques son absolutamente inaceptables. Los autores deben rendir cuentas. La seguridad del personal y los bienes de las Naciones Unidas debe respetarse en todo momento", ha expresado a través de su portavoz, Stéphane Dujarric, quien ha recalcado que "los ataques contra las fuerzas de mantenimiento de la paz violan el Derecho Internacional (...) y pueden constituir crímenes de guerra". Desde Naciones Unidas han insistido en la existencia de una resolución del Consejo de Seguridad --la Resolución 1701, de 2006-- que avala la presencia de los Cascos Azules en Líbano y ha aseverado que sus efectivos "siguen trabajando" sobre el terreno "para ayudar a las partes a cumplir con sus obligaciones" en virtud de la misma. Del mismo modo, Guterres ha reclamado que se garantice a la misión la "libertad de movimiento irrestricta" en todo el país para llevar a cabo "las actividades que le han sido encomendadas" y ha insistido en que "las partes (deben) cumplir con sus obligaciones y trabajar para lograr la plena implementación de la Resolución 1701 y su objetivo final, un alto el fuego permanente entre el Líbano e Israel". Este mismo viernes, un grupo de seguidores de Hezbolá ha prendido fuego a un vehículo de la FINUL en la carretera que conduce al Aeropuerto Internacional Rafik Hariri de Beirut. La FINUL ha confirmado más tarde que uno de sus convoys que transportaba a fuerzas de paz ha sido atacado "violentamente" y que uno de sus vehículos ha sido quemado. Sin embargo, el comandante interino del Ejército de Líbano, Hasan Odé, ha contactado con la misión para transmitirle su rechazo a estos hechos y ha asegurado que trabajarán para "detener" a los alborotadores, así como llevarles ante la Justicia. Las protestas por las principales carreteras del país que llevan al aeropuerto de la capital se han extendido en las últimas horas tras la decisión de las autoridades de prohibir el aterrizaje de al menos un avión procedente de Irán. Esto se produce en medio de las acusaciones vertidas por el Gobierno israelí de que la Guardia Revolucionaria entrega fondos de contrabando a Hezbolá a través de vuelos civiles destinados al aeropuerto de Beirut. Teherán, por su parte, ha acusado a Israel de "amenazar" a un avión civil, dejando a numerosos libaneses en tierra. Las autoridades israelíes y las libanesas alcanzaron un acuerdo para un alto el fuego --en vigor desde el 27 de noviembre-- a cambio de la retirada de toda presencia de Hezbolá del sur de Líbano así como de las tropas israelíes en favor del Ejército regular de Líbano. El periodo para esta retirada acababa a finales de enero, pero fue ampliado hasta el 18 de febrero.
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