MADRID, 19 (OTR/PRESS) Dentro de cuatro años Donald Trump dejará de ser presidente de los Estados Unidos. Es el tiempo del que dispone la Europa de la UE para resistir frente a las políticas agresivas de un personaje al que sus ministros presentan sin rubor como "el nuevo sheriff" del mundo. A juzgar por la más destemplada de sus primeras iniciativas -el rescate y blanqueo político de Vladimir Putin, el autócrata ruso al que la comunidad internacional había sancionado tras la invasión de Ucrania-, Trump ha decidido relegar a Europa como interlocutora en un conflicto en el que tampoco cuenta con la opinión de Volodomir Zelenski presidente del país agredido. Un desplante de semejante calado induce a dudar de la viabilidad de los acuerdos de paz que pretendan establecerse entre Washington y Moscú a costa de la integridad territorial de Ucrania. La brutalidad con la que el vicepresidente JD Vance expuso a su paso por Múnich la visión de la nueva Administración norteamericana sobre el origen de los males que afligen a Europa -un diagnóstico rechazable- ha disparado las alarmas en la mayor parte de los países que forman parte de la UE. Tenemos en nuestro continente un conflicto bélico provocado por Putin tras haber embarcado a Rusia en una guerra de conquista de tintes claramente imperialistas. Una agresión contraria al derecho internacional que la nueva política de Washington está contribuyendo a blanquear al tiempo que relega al presidente del país agredido y también a los países de la Unión que también forman parte de la OTAN. La Europa democrática tiene que defenderse del unilateralismo que promueve Trump. Si el precio es aumentar los gastos de defensa para no depender de los EE.UU. será un precio y un sacrificio que habrá que asumir. La posición de gobiernos como el húngaro próximos a la órbita rusa al igual que algunos partidos de extrema derecha emergentes en otros países de la Unión no debería distraer al núcleo de los países que asistieron a la reunión convocada en París por el presidente Macron -entre ellos España- a la hora de profundizar en un plan para resistir el injustificable ninguneo político de Donald Trump a Europa en general y a Ucrania en particular. La Europa democrática debe resistir. Va en ello nuestra razón de ser.
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