MADRID, 28 (OTR/PRESS) El plante de los consejeros de las autonomías del PP, que dejaron con la palabra en la boca a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del miércoles pasado, regaló a María Jesús Montero la ocasión de envolverse en la bandera de los intereses generales y, de paso, acusar al PP de dejación de funciones, deslealtad institucional y querencia a la bronca permanente. Entonces, ¿por qué lo hicieron?, ¿le habrá compensado al PP el mediático golpe en la mesa contra esta nueva trampa para osos que le han tendido desde el Palacio de la Moncloa? La finalidad del gesto era visualizar una maniobra injusta y arbitraria del Gobierno al dictado de ERC (la izquierda del nacionalismo catalán) porque en la sede central del PP se había decidido denunciar la enésima concesión canjeable por la continuidad de Pedro Sánchez en el poder. Pero son tantas que ya se han normalizado en el día a día de la política nacional. Por eso pongo en duda la rentabilidad política del plante ante la desidia de Moncloa en la actualización del sistema de financiación y la condonación de gran parte de la deuda autonómica en virtud de un previo compromiso con ERC a cambio del apoyo a la investidura de Sánchez. Aunque el asunto viene condicionado por el nacionalismo catalán, no todas las comunidades gobernadas por el PP están por rechazar la quita de una parte importante de su deuda con el Estado (83.252 millones en total) Y esa falta de unanimidad habría cuestionado la decisión de Núñez Feijóo si los consejeros se hubieran quedado a votar. Con el plante del miércoles dejan en el aire lo que hará cada uno en función de lo que entiendan más conveniente en sus respectivos territorios. Lo cual ocurrirá cuando la propuesta haya pasado por el Parlamento y se convierta en ley. Si es que logra la mayoría necesaria. Y si es que antes no acaba en el congelador por un no descartable eventual colapso de la legislatura. Hasta entonces, en el PP todos a una contra el Gobierno. Así Feijóo gana tiempo, aunque un servidor cree que eso mismo lo hubiera conseguido si los consejeros hubieran permanecido en la reunión y, a la hora de votar, se hubieran decantado por la abstención. El plante es testimonial y, por tanto, irrelevante. Porque en ningún caso va a frenar el blanqueo de las cesiones al independentismo ni a impedir que ocurra lo único que le importa al Gobierno: cumplir con ERC para garantizar la continuidad de Sánchez en el poder. En cambio, de haber permanecido en sus asientos los consejeros del PP, la ministra Montero no hubiera podido ponerse estupenda dando lecciones de buen gobierno, arremetiendo contra el partido de Feijóo por haber optado por una salida infantil, irresponsable que , según ella, denota dejación de funciones, cobardía y falta de lealtad institucional.
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