Más de 240 millones de niños de 85 países dejaron de ir clase por fenómenos climáticos extremos en 2024

MADRID, 24 (SERVIMEDIA)

Al menos 242 millones de menores de edad de 85 países vieron interrumpida su escolarización el año pasado con motivo de fenómenos climáticos extremos, como olas de calor, ciclones tropicales, tormentas, inundaciones y sequías, según un informe publicado este viernes por Unicef con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Educación.

El informe atestigua que cerca del 74% de los estudiantes afectados por estas circunstancias vivían en países de renta baja y media-baja. A pesar de ello, ninguna región del mundo se libró, como lo pone de manifiesto España, donde la dana afectó al desarrolló académico de unos 13.000 chavales; o Italia, donde las lluvias torrenciales e inundaciones interrumpieron la escolarización de más de 900.000 alumnos.

Las olas de calor se configuraron como el principal riesgo climático que causó el cierre de escuelas el año pasado, con más de 118 millones de alumnos afectados sólo en abril, al igual que Bangladesh y Filipinas sufrieron cierres generalizados de escuelas ese mes y Camboya redujo la jornada escolar dos horas.

En mayo, las temperaturas alcanzaron los 47 grados centígrados en algunas zonas del sur de Asia, "con el consiguiente riesgo para los niños y niñas de sufrir golpes de calor", ya que como declaró la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, "su cuerpo es especialmente vulnerable. Se calientan más rápido, sudan de forman menos eficiente y se enfrían más lentamente que los adultos".

El estudio también acredita que Afganistán, al margen de olas de calor, sufrió inundaciones repentinas que dañaron o destruyeron más de 110 escuelas en mayo, interrumpiendo la educación de miles de estudiantes.

Septiembre fue el mes en el que se produjeron las "perturbaciones climáticas más frecuentes", justo cuando tiene lugar el inicio del curso escolar en muchas partes del mundo, que llevaron a al menos 16 países a suspender las clases.

La región más afectada fue Asia meridional, donde 128 millones de estudiantes tuvieron interrupciones escolares vinculadas con el clima; en Asia Oriental y el Pacífico se vieron afectados 50 millones de estudiantes; y el Niño mantuvo su "impacto devastador" en África, con frecuentes lluvias torrenciales e inundaciones en la parte oriental del continente y graves sequías en su parte meridional.

Estos fenómenos climáticos extremos pueden afectar a las infraestructuras y el material escolar, obstaculizar las rutas a las escuelas, provocar condiciones de aprendizaje inseguras y afectar a la concentración, la memoria y la salud mental y física de los chavales.

Los cierres prolongados de las escuelas, según el informe, reduce la posibilidad de que los estudiantes vuelvan a clase y les expone a un mayor riesgo de matrimonio y trabajo infantil. En el caso de las niñas, éstas afrontan mayores riesgos de abandono escolar y violencia de género durante y después de las catástrofes.

El trabajo también pone de manifiesto que "los sistemas educativos ya estaban fallando a millones de niños y niñas", causando "una crisis de aprendizaje que los riesgos climáticos están exacerbando".

Ante esta situación, Unicef recomienda garantizar que los planes nacionales sobre el clima refuercen los servicios sociales críticos para que sean más resistentes al cambio climático y a las catástrofes, invertir en instalaciones educativas resistentes a las catástrofes y adaptadas a las condiciones climáticas, acelerar la financiación para mejorar la resiliencia a las consecuencias del cambio climático en el sector educativo e integrar de forma explícita la educación sobre el cambio climático y los compromisos que respondan a las necesidades de los chavales en todos los ámbitos.