MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
La guerra en Ucrania provocó un verdadero terremoto en los mercados internacionales de la energía que cristalizó en varios récords históricos y una serie de transformaciones que eran impensables cuando hace ahora tres años, el 24 de febrero de 2022, se inició este conflicto bélico en Europa, aunque ahora esos máximos están lejos y, por ejemplo, la electricidad actualmente en España es un 40% más barata, aunque ronda sus máximos desde febrero de 2023.
El precio mayorista de la electricidad, que en lo que va de febrero se sitúa en una media de 112 euros por megavatio hora (MWh), marcó su récord poco después del inicio de la guerra cuando el 7 de marzo de 2022 llegó a los 545 euros por MWh y se mantuvo muy elevado hasta octubre, cuando empezó a bajar en términos interanuales, lo que no evitó que 2022 fuera el año más caro de la historia pese a que el Gobierno aplicó importantes rebajas fiscales e intervenciones del mercado como la excepción ibérica.
Ahora, en comparación con el año anterior, en febrero sigue la tendencia de importantes subidas iniciada en noviembre del año pasado arrastrada por el repunte en el precio del gas provocado por la necesidad de almacenamiento en invierno que le llevaron a alcanzar máximos desde marzo de 2023, cerca de los 60 euros por MWh, aunque se ha relajado en la última semana.
Por su parte, el precio de los carburantes en España se sitúa ahora cerca del registrado al inicio de la guerra pero lejos de los récords alcanzados en junio de 2022 en los 2,14 euros para la gasolina y los 2,10 para el diésel. Eso sí, los consumidores no tuvieron que abonar nunca esos precios, ya que desde el 1 de abril y hasta el 31 de diciembre de 2022 estuvo vigente el descuento de 20 céntimos a los carburantes.
Desde finales de 2024, los carburantes de automoción han mantenido una tendencia al alza que se ha frenado también en febrero. En concreto, el precio medio de la gasolina esta semana en España es de 1,574 euros por litro, un 1,1% inferior al del inicio del conflicto bélico en Ucrania, y el del gasoil, de 1,501 euros, con lo que sube todavía un 1,5% con respecto a febrero de 2022.
BRENT Y TTF
Las referencias internacionales de precios del petróleo y el gas también están por debajo de sus niveles de hace tres años. Así, el Brent cotiza ahora en el entorno de los 75 dólares por barril cuando en febrero de 2022 rondaba los 100 dólares, precio que en marzo llegó a rozar los 140 dólares.
De hecho, se mantuvo claramente por encima de los 100 dólares hasta el mes de agosto de 2022, para desde entonces iniciar una tendencia a la baja que le llevó a cerrar el año en niveles cercanos a los actuales, experimentando en el conjunto de 2022 finalmente solo un incremento del 5%.
Aún más volátil ha sido la evolución del TTF, el índice que sirve de referencia para el gas en Europa y que marca el precio de la electricidad, que ya meses antes de la guerra inició una fuerte subida que le llevó a superar claramente los cerca de 20 euros por megavatio hora (MWH) a los que cotizaba a inicios de 2021.
En consecuencia, al inicio del conflicto y también en agosto de 2022 llegó a acercarse a los 350 euros por MWh y se mantuvo muchas semanas en los 200 euros. De hecho, no fue hasta finales de 2022 cuando bajó por debajo de los 100 euros, después de que la Comisión Europea acordara establecer un tope en los 180 euros, similar al aplicado en España y Portugal desde junio para limitar su impacto en la electricidad.
Ahora, el TTF cotiza en el entorno de los 50 euros por MWh y desde el inicio de 2023 acumula una caída superior al 40%, puesto que el TTF alcanzaba los 83,83 euros al cierre del año pasado, ya muy lejos de su récord histórico.
DEPENDENCIA DE RUSIA
Pese a la guerra, el 21,3% del gas natural importado por España procedió de Rusia en el año 2024, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).
Con el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, estos suministros del país más extenso del mundo, que es el segundo productor mundial de gas (solo por detrás de Estados Unidos), y el tercero de petróleo (por detrás también de Estados Unidos y Arabia Saudí), se vieron significativamente afectados pero en sentido contrario, ya que aumentó el gas ruso llegado a España mientras se redujo el petróleo, a cero desde mayo de 2022.
En cuanto a las importaciones de gas, España recibió el año pasado 72.360 gigavatios hora (GWh), experimentando un descenso del 0,5% con respecto a 2023, situándose como segundo país con más ventas a España solo por detrás de Argelia.
La participación del gas ruso en el total de las importaciones españolas fue del 21,3%, frente al 18,3% del conjunto de 2023, el 12,6% de 2022 y el 8,9% de 2021.
En 2023, las importaciones de gas ruso alcanzaron los 72.690 GWh, experimentando un incremento del 29,8% con respecto a 2022, después de subir un 54,8% el año del inicio del conflicto bélico en Ucrania.
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