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Augusto Manzanal Ciancaglini
Augusto Manzanal Ciancaglini es Licenciado en Ciencia Política y de la Administración por la UNED. Se considera ciudadano de España, Italia, Argentina, República Dominicana y Holanda. Desde su posición como geopolitólogo intenta gestionar su cosmopolitismo y entender el mundo a través del estudio de estrategias en las relaciones internacionales. Es investigador, columnista habitual en ViceVersa Magazine y ha colaborado con multitud de medios de España, Argentina, Honduras, El Salvador, Venezuela, Panamá, Ecuador, Costa Rica y República Dominicana. |
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Durante los últimos Juegos Olímpicos de París no hubo tregua olímpica como en la antigua Grecia, pero no solo en relación a los conflictos activos, sino en cuanto a otras formas de la guerra, las cuales se filtran por una complejidad retorcida y multifocal que se traduce como competencia geopolítica.
El año 2023 termina con Estados Unidos liderando una misión militar en el mar Rojo para proteger el tráfico de mercancías. La operación internacional Guardián de la Prosperidad tiene una causa concreta: los ataques hutíes contra buques mercantes. No obstante, la causa fundamental se encuentra en los tentáculos persas que impulsaron a Hamás a atacar Israel.
Los mercenarios del Grupo Wagner han comenzado a volverse cada vez más protagonistas en los medios de comunicación, lo cual se debe a su peso en la batalla de Bajmut. El nombre de esta organización paramilitar es en honor al gran compositor alemán, supuestamente como consecuencia de que su fundador, Dmitri Utkin, admiraba a los nazis y a su banda sonora.
Rusia absorbe oficialmente otra parte de Ucrania justo cuando los ucranianos consuman su contundente contraataque, en buena parte gracias al poder del HIMARS estadounidense (Sistema de cohetes de artillería de alta movilidad). Paralelamente, un presunto sabotaje en los gasoductos Nord Streamen en el mar Báltico sigue separando a Rusia de Europa, y allí Kaliningrado es un testigo privilegiado cada vez más solitario.
Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, visita Taiwán desafiando a Pekín. La respuesta china se canalizó inmediatamente a través de las mayores maniobras militares de su historia en torno a Taiwán, con lo cual se bloqueó la isla.
Ucrania se desliza inexorablemente a través del espectáculo de Occidente, añade peso a la empatía hacia un invadido que se ha defendido heroicamente sufriendo matanzas como la de Bucha.
Rusia invade Ucrania como forma desesperada para no hundirse en la arrinconada irrelevancia que Estados Unidos y sus aliados le estaban propinando al centrarse en el Indo-Pacífico. Con este propósito, asume el riesgo del aislamiento diplomático, el desgaste económico y la contraproducente estrategia a nivel de seguridad. Todo dentro de una reacción más fuerte de lo esperado: la resistencia ucraniana y la presión internacional han sobrepasado las expectativas.
Dentro de los intermitentes reajustes llamados crisis culturales, esta es una época de inconsistencia ideológica enredada en una polarización arrastrada por cámaras de eco y realimentación virtual. En este juego un sector avanza a través de la irrefrenable fantasía frustrada hasta las mismas entrañas del Estado para hacerse una selfie perpleja y errabunda.
El 20 aniversariode los atentados del 11 de septiembre, junto a la caótica salida de Estados Unidos de Afganistán, obliga a los medios y a sus consumidores a tranquilizarse sobre los dóciles conceptos absolutos que se despiden en forma de titular. El que desee entender los intrincados códigos de la geopolítica, deberá remontarse bastante en sus estudios. Allí podría encontrar a Cayo Claudio Glabro o a Publio Quintilio Varo.
Recientemente se han visto algunos movimientos militares amenazantes por parte de Rusia y China. Moscú acumuló tropas a lo largo de la frontera con Ucrania. Simultáneamente, China comenzó a realizar ejercicios de asalto anfibio e incursiones aéreas en la llamada zona de identificación de defensa aérea de Taiwán.
China, mostrándose imparable, intenta nublar sus responsabilidades sanitarias y su autoritarismo: firma el mayor tratado de libre comercio del mundo con 14 vecinos, un espaldarazo al multilateralismo y la liberalización comercial, pues tiene como objetivo rebajar los aranceles hasta el 90 por ciento. Sin embargo, su alcance final está por debajo de las expectativas iniciales, ya que la India decidió retirarse de las negociaciones y el texto aprobado no entra en temas de inversión o cuestiones medioambientales y laborales.
La ambigua relación de Rusia con Turquía se vuelve a reflejar en un conflicto en el cual, entre el peso de la diáspora armenia y el gas azerí, todo se termina de embrollar con la implicación de Francia: aquí llega el punto más elevado de las tensión regional; París y Ankara van acumulando fricciones que se desbordan a través de la patria azul de cada uno, es decir, los mares. Allí embeben más su rivalidad con historia, ideología y religión.
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