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Diego Vadillo López
(Madrid, 1977) es escritor, profesor de Lengua Castellana y Literatura, politólogo y crítico independiente de Arte y Literatura. Licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, habitualmente, sobre todo desde 2010, promueve [y colabora en] distintas actividades de índole cultural o académica, como presentación de libros, comisariado de exposiciones, participación en recitales poéticos y conferencias relacionadas fundamentalmente con el Arte y la Literatura; también publica con asiduidad en distintos medios artículos de análisis político, artístico o literario. |
Un error flagrante que se ha cometido en los sistemas de enseñanza-aprendizaje es el de haber sustituido al profesor por el alumno en el epicentro protagónico de dichos ámbitos. El pretender resarcir al docente de su ostracismo no ha de implicar perjuicio ninguno para el educando, el cual se vería aupado, de este modo, a un mayor privilegio, toda vez que dispondría, así, de verdaderos referentes en su proceso de formación.
Anarquismo no fundacional (Gedisa, 2024), de Tomás Ibáñez, se me antojó, nada más acabar de leerlo del tirón (pues su autor propicia que sea susceptible de ser transitado su luminoso escrito de tal modo), un libro llamado a ser de referencia cuando de acudir a lo que conocemos como anarquismo se trate, pues, no en vano, en poco más de cien páginas Ibáñez logra un tratado que a la vez lo es de teoría y crítica política, de historiografía, de filosofía…
Inasequible al desaliento, la musicóloga e intérprete belcantista Sara Viñas vuelve a la carga con una nueva aventura zarzuelera, poniendo otra vez en liza al inefable Barbieri, tan agostado hasta que la susodicha tuvo a bien inquirir en el legado que tan profuso como prolijo compositor nos dejó en herencia.
Aprovechando su venida a Madrid con el objeto de recibir su correspondiente galardón en la gala de los “Premios Atrevidos” 2024, tuvo a bien este músico de dilatada trayectoria respondernos a unas cuantas preguntas haciendo gala de una gran amabilidad en todo momento.
El 26 de abril retornó la poesía a la Quinta de la Fuente del Berro, un hermoso palacete remozado en centro cultural municipal que habitúa a ejercer como incomparable marco para actos como el que tuvo lugar de la mano del Grupo Retablo, engrosado en la actualidad por los siempre animosos Mayte Domínguez y Pablo Bethencourt, quienes dan cobijo y aúpan a las más diversas e incluso divergentes propuestas líricas, atesorando en su henchido morral las principales voces poéticas que por nuestro día a día transitan.
Tuvo lugar este pasado miércoles 17 en la célebre Biblioteca Municipal Luis Parra, conocida en todo Villanueva del Pardillo, municipio en que se halla emplazada, como “La Casona”, el recital “Los Poetas del Sapere”, en el que tomamos parte cuatro profesores del Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Sapere Aude, esta vez haciendo alarde de nuestra faceta de versificadores.
Cuando Hablamos de Rufino de Mingo estamos refiriéndonos a un creador que no ha cejado de concebir obra durante más de cinco décadas en España y allende nuestras fronteras, no en vano este hiperactivo pintor y muralista siempre ha abogado por los proyectos colectivos (desde su pertenencia allá en los 80 al grupo Abanico o al colectivo Caos) por pensar que es así como acaecen las más engendradoras sinergias.
Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.
El ejercicio docente es una artesanía a cuya praxis el genio creativo le aporta un valor añadido. Como sucede con toda labor artesana, el entorno y la atmósfera que la rodean son determinantes y, por ende, condicionantes de la factura del producto final.
Si muy de cuando en cuando uno, que se halla ya muy alejado del ruido poético de los recitales (que no del melodioso soplo de la poesía impresa) sigue acudiendo a algún cenáculo poético de esos en los que los correspondientes vates expelerán afanosamente su sentir administrado en versal formato, es (entre algunos muy contados) a los que patrocina el grupo Retablo (articulado por la rapsoda Mayte Domínguez y el poeta y pianista Pablo Bethencourt).
Ignacio Jesús Sánchez-Tembleque González se me antoja un sereno contemplativo, y no apunto tal consideración al albur del intempestivo y superficial capricho (que me pueda servir de anclaje en aras de asir una serie de conjeturas a vuelapluma). No.
David Príncipe Licini hace arte del paseo. Fascinado del arte procesual, toma todas las referencias de cualesquiera paseo por el que encamine sus derroteros en pos de dotar al itinerario de una enjundia impensada por el paseador medio de tales vías.
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