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Jesús Salamanca
La tronera
Jesús Salamanca Alonso nació en Arrabal de Portillo (Valladolid). Maestro. Licenciado en Historia por la UNED. Realiza el doctorado sobre "La cuestión Iglesia-Estado: impacto y reacción en Valladolid durante la Segunda República". Analista político, dedicado a la investigación sobre terrorismo, política y educación. Articulista desde hace veinte años. Colabora en Diario Siglo XXI, El Mundo-Diario de Valladolid, El Mundo-La Crónica de León, Diario Directo, Minuto Digital, Análisis Digital, Asturias Liberal, España Liberal, Foro Liberal, Castilla y León Liberal y Diario Liberal, entre otros. También colabora como firma invitada en Batiburrillo. Durante años ha colaborado en El Norte de Castilla, Escuela Española, Magisterio y diversas revistas locales, sindicales y de opinión.
Ha trabajado en la Obra de Protección de Menores, CENEBAD, Técnico Asesor en la Consejería de Educación de CyL, Asesor Técnico docente en la Dirección Provincial de Educación, sindicalista... Actualmente, además de numerosas colaboraciones diarias en medios de comunicación escritos, trabaja como profesor y director de Centro de EPA. |
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El Parlamento de Andalucía no quiere aplazar más las sesiones de la comisión de la extinta Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (FAFFE). Más vale tarde que nunca y, en esta ocasión, PP, Ciudadanos y Vox parece que se han tomado en serio la abundante corrupción, cada vez más escandalosa y en la que estuvo implicada la propia Junta de Andalucía y altos cargos socialistas. Han sido fieles a su ADN; es decir, decenas de años de corrupción y ahora de vacaciones.
¡Qué manera de hacer el ridículo por las calles de Barcelona! El terrorismo callejero protagonizado por el independentismo empieza a ser una diversión para cuatro paranoicos que --en vez de apuntar con el dedo a Carlos Puigdemont y a José Luis Alay o de cogerlos por la pechera-- aún creen en la violencia para alcanzar la inconstitucional independencia. No parecen haber entendido los independentistas que la Diada empieza a ser división, mofa y motivo para el desencuentro.
Me gusta que Alberto Garzón sea el titular del Ministerio de Consumo. Nunca el consumo había quedado tan ridiculizado como con él al frente. No es ningún secreto decir que su fama le ha llegado por sus torpezas y sus meteduras de pata, nunca por sus propuestas y soluciones. Con ministros así no tendrá tregua el ridículo que salpica a Sánchez a diario.
Ha quemado todos los puentes y naves con sus últimas declaraciones contra el Estado español. Reclama un levantamiento y el enfrentamiento en las calles, plazas e instituciones. Su mensaje desde el “Consejo por la República” (¡Tu República no existe, imbécil!) apunta a que no se puede dedicar más tiempo a banalidades. Y es que ha sentado muy mal que The New York Times descubriera la trama de su entorno con exagentes y mafias rusas.
No me sorprende que Pere Aragonés --apoyado por el ‘Sófocles’ Salvador Illa-- pretenda que se negocie la amnistía, la autodeterminación, el obligado exilio de la monarquía y el soberanismo catalán. Precisamente esas cuestiones, el Ejecutivo las tiene descartadas por completo, dado que están fuera de la ley. La ignorancia catalana y el egocentrismo salen a luz una vez más. Ya son muchos años robando a España.
Pedro Sánchez es un personaje que empieza a no tener calificativos, pero no porque no existan sino porque todos los que se usan contra él son del género descalificativo. ¿Acaso alguien piensa que le abuchea la ciudadanía en la calle por casualidad allí donde acude? Hasta sus seguidores empiezan a estar avergonzados de sus mentiras y de su nula credibilidad, además de su desvergonzada chulería de salón.
¡No, Sánchez, no! No puedes hablar de “misión cumplida” y mucho menos de “objetivos conseguidos” ¿Te imaginas qué pensarán del Gobierno español quienes siguen ocultos y esperando tu ayuda en Kabul? Ni el ministro de exteriores ni Sánchez pueden levantar la voz y si lo hacen es para pedir perdón. Que no se extrañen de que sean recibidos en toda España con desprecio, improperios y recordándoles a su familia más próxima.
Después de año y medio largo en el Gobierno de la nación, nadie duda de que Unidas Podemos es una anomalía democrática y un despropósito dentro del Ejecutivo. La peligrosa formación de extrema izquierda no sólo no ha aportado nada a la democracia española, sino que ha destrozado el escudo social y la esperanza que mucha gente desinformada había depositado en el despropósito comunista.
La Administración paralela en Andalucía generó una corriente de desconfianza hacia el PSOE-A. Se sabía que funcionaba el dedo, el sectarismo, la tropelía y la mala, pero había que callar por si los políticos de izquierdas tomaban represalias. Tan grande se hizo la bola con el tiempo que acabó por explotar, a la vez que llovieron las denuncias de perjudicados.
Mala generación de políticos la que nos ha tocado conocer. Se mire a la comunidad que se mire abundan los casos de corrupción e intenciones de tapar lo que no se quiere que salga a la luz. El problema llega cuando los corruptos abandonan el sillón de la prepotencia, las prebendas, las ventajas y las tarjetas con cargo al contribuyente; en ese momento, otros tiran de la manta y dejan con las posaderas al aire a sus antecesores.
Compruebo que el Ministerio de Educación y Formación Profesional no da demasiada importancia a la etapa educativa de educación infantil. Siendo así, ello sólo puede ser por ignorancia y claro desconocimiento. Debería de pensar en las matemáticas y aprender que son básicas en cualquier etapa, pero más en las primeras, porque resultan fundamentales para el desenvolvimiento diario.
Dos horas leyendo el proyecto de currículo de primaria y el sesudo “sentido socioemocional” que pretende aplicarse a las matemáticas. Para empezar ya se habla de género en las matemáticas y tarda varios folios en explicar a qué alude. Hay que hacer malabares para saber que se refiere a que, según los datos de los que bebe el Ministerio de Educación, las mujeres no se inclinan por las matemáticas en la misma medida que lo hacen los hombres, ni el rendimiento es equivalente.
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