Carles Puigdemont ha quemado todos los puentes y naves con sus últimas declaraciones contra el Estado español. Reclama un levantamiento y el enfrentamiento en las calles, plazas e instituciones. Su mensaje desde el “Consejo por la República” (“¡Tú República no existe, imbécil!”) apunta a que no se puede dedicar más tiempo a banalidades. Y es que ha sentado muy mal que The New York Times descubriera la trama de su entorno con exagentes y mafias rusas.
El expresidente, huido de la Justicia española, ha quedado con las posaderas al aire, al igual que José Luis Alay. Ambos son simples trileros con gafas, talibanes de medio pelo y niñatos caviar. Además, han atentado contra el Estado español. Este par de desnortados no aspiraba a otra cosa que a buscar ayudas de Putin para trabajar por la independencia de Cataluña; es decir, pretendían vender Cataluña a Rusia o, si se prefiere, hipotecarla sin darse cuenta que Cataluña es parte de España.
Conocido el delito cometido y la alta traición al Estado español, así como las revelaciones de la prensa extranjera en la creación del Tsunami Democrático, los catalanes precisan saber por qué se crearon los grupos vandálicos (Tsunami Democrático) que paralizaron el aeropuerto barcelonés, aterrorizaron a decenas de viajeros, bloquearon la autopista que conduce al Norte de Europa, amenazaron y agredieron a transportistas que reprocharon su actitud, incendiaron neumáticos, etc.
Cataluña necesita saber, y no precisamente la sectaria Cataluña progolpista. No pueden quedar impunes las agresiones a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ni la represión ejercida contra ellas. Aquel polvorín sólo fue posible porque el PSOE miró al tendido, a petición del PSC. ¡Toda una vergüenza para la gobernabilidad de Cataluña! No me sorprende que el socialismo siga estando muy próximo a formaciones exterroristas: está en su salsa y en su caldo.
Tras la información difundida, a nadie sorprende el apoyo ruso, puesto que concuerda perfectamente con la estrategia de Putin. Este siniestro personaje siempre ha estado donde las fuerzas negras oscurecen los gobiernos y sufren las personas. Las políticas represivas y oscuras de Putin siempre están donde los separatismos anhelan revoluciones o grupos organizados pretenden enfrentamientos civiles. Ve a Occidente como su enemigo, pero también como su campo de experimentación y tapadera blanqueadora.
Desde 2018, José Luis Alay es responsable de la Oficina de Carles Puigdemont, fugado de la justicia española. Sigue procesado e investigado por el supuesto delito de encubrimiento tipificado en nuestro Código Penal. Pero no son sólo Puigdemont y Alay quienes serán juzgados por ingerirse en políticas ajenas, también tiene que hablar “Gonzalito”. Sí, el tal Boye, que ejerce como abogado del fugado Puigdemont. Sus incursiones y reuniones con algunos líderes de movimientos criminales rusos ya han salido a la luz. Vamos a ver si, tras ser investigada la trama por la Guardia Civil y el juez Aguirre, llegan las denuncias a buen puerto; bien es verdad que no me gustan nada las trabas que la fiscalía está poniendo a lo que aún son presuntos delitos.
ERC tiene mucho que decir al respecto. No me creo que el parasitismo del independentismo catalán de pandereta, saxo, cabra y escalera sea un órgano de influencia del KGB. La locura y la indecencia independentista los conduce al abismo. No se puede jugar con fuego a costa de otros. Y ese otros es España. Veo irresponsabilidad y estupidez en el golpismo catalán porque son capaces de pactar con Satanás. Han puesto en serio peligrotanto la unidad de España como la seguridad nacional, incluso la paz en Europa. ¿Exagero? Creo que no.
Los promotores y alentadores del independentismo, el golpismo y el nacionalismo son candidatos muy dignos para ingresar en un frenopático. ¡Tienen encima una gran pedrada! No deben consentir los catalanes constitucionalistas y quienes fueron engañados por el actual gobierno de la izquierda republicana (“¡Tu República no existe, imbécil!”) que ahora Aragonés, Tardá, Junqueras, Rufián y Cía se echen por la parte de fuera, con la disculpa de que no sabían nada, cuando ERC estaba metida hasta las trancas y hasta pretendía liderar no se sabe qué.
No acabo de entender cómo esa colección de paranoicos pensaba que Rusia se iba a enfrentar a la Unión Europea y crear un chiringuito en ese rincón del mediterráneo de donde huyen las empresas, los empresarios, funcionarios del Estado de todos niveles y cada día se deslocalizan más multinacionales. Hay quién dice que los rusos sólo echaron una mano y armaron follón interesado en Europa y punto. Todavía se deben de estar mofando de los pardillos catalanes. ¿Cuánto dinero del erario público español dedicaron y destinaron al pago de servicios rusos? ¿Hablará María Jesús Montero? ¿Estamos ante otro caso de corrupción consentido?
En fin, supongo que el enfermo Puigdemont también acudirá a Kabul, con el fin de negociar el reconocimiento de los talibanes en la República catalana. Ya decía mi abuelo que, si los ingratos e ignorantes volaran, no nos daría el sol.
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