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Jorge Hernández Mollar
Jorge Salvador Hernández Mollar nació en Melilla en 1945. Casado y con tres hijos, se considera ante todo católico, vitalista y optimista, además de respetuoso con las personas y con los derechos humanos. Se licenció en Derecho por la Universidad Complutense Madrid y ha sido funcionario del Cuerpo Superior de la Seguridad Social. Ha desempeñado cargos orgánicos en el Partido Popular y ha sido Senador, Diputado en las Cortes y Diputado en el Parlamento Europeo. |
A lo largo de la historia, el ser humano se ha visto acompañado de grandes descubrimientos que han contribuido a su propio desarrollo y bienestar físico, científico e incluso intelectual. Sin embargo ha sido en el pasado siglo XX cuando se produjo el salto más revolucionario: el mundo de la comunicación y conocimiento se ve sacudido por la aparición de la radio, la televisión, el ordenador e internet que se escenifican en la llegada del hombre a la luna en el año 1969.
Alejandro G. Motta, en uno de sus ensayos compara a Maduro con la historia de “El Rey Desnudo”, cuento de Hans Christian Andersen. El aspecto físico y grotesco del tirano bolivariano se asemeja al Rey que, obsesionado por su apariencia, caminaba desnudo por las calles, y todos los ciudadanos temerosos de ser juzgados elogiaban el traje invisible, hasta que un niño inocente y sin malicia grita: “¡El emperador está desnudo.”
Somos aún millones de españoles los que nacimos y vivimos durante el régimen de Franco: estudiamos, trabajamos y nos educamos para desarrollar y enriquecer a una España con la sola pretensión de disfrutar de la paz y convivencia que nos ha garantizado, hasta hoy, la Constitución de 1978.
Nunca podría imaginarme que, con la cantidad de problemas que hoy nos agobian a los ciudadanos en el ámbito nacional e internacional, mi primera reflexión pública del año la tendría que dedicar a una “cómica/influencer”, como tú, “Lalachus”. Indagando, que no investigando, algunos de los rasgos de tu personalidad en Internet, me encontré con esta perla sobre tu primera relación “sentimental” con tu pareja...
Un año más, una gran parte de los españoles hemos escuchado con atención el Mensaje de Navidad que S.M. el Rey ha pronunciado minutos antes de celebrar en familia la cena que, de una manera extraordinaria, tiene la capacidad de reunirnos a familiares y amigos, con el fin de festejar nada más y nada menos que el nacimiento del niño Dios después de 2024 años de tan inigualable acontecimiento histórico.
¡María, es hora del camino! que el César nos obliga y apremia, yo preparo el borrico tú, la ropa para el niño…
Hay un amplio campo del progreso humano que recobra todo el sentido cuando se entiende con una visión cristiana. La pregunta es obligada hoy: ¿por qué ser cristiano parece ser una tacha de la que avergonzarse ante el aluvión de ideologías que solo ven en el cristianismo una forma radical de afrontar esta nueva sociedad?
En Abril de 2019, un pavoroso incendio en Notre Dame, la catedral católica más emblemática de Europa, encogió el alma de los parisinos y de millones de ciudadanos del mundo que, creyentes o no, contemplábamos impávidos como el fuego devoraba el templo que representa uno de los símbolos más preciados y significativos de las raíces cristianas de nuestra cultura europea.
El 6 de diciembre de 1978, hace ya cuarenta y seis años, siete diputados de diferentes e incluso opuestas ideologías, que se habían conjurado para superar el trauma histórico de una fallida República, una cruenta guerra civil y una dictadura, presentaron ante la sociedad española el resultado de un difícil trabajo que inició su andadura el 22 de agosto de 1977 y que fructificó en la Constitución más longeva de nuestra historia.
Francisco Paesa, estafador y espía, protagonizó en los años 90 uno de los episodios más estrambóticos relacionados con la corrupción durante la etapa del gobierno de Felipe González. Después de una vida dedicada a negocios con el solo objeto de timar incluso a dirigentes más allá de nuestras fronteras y al espionaje internacional, se involucró en uno de los casos más escandalosos de la época, como fue el del entonces Director General de la Guardia Civil, Luis Roldán.
Este lunes pasado, los españoles hemos sido testigos de dos acontecimientos que nos han hecho sentir muy orgullosos como españoles y como ciudadanos de bien. Por un lado, en Málaga, la despedida oficial de las canchas de tenis de ese enorme deportista y persona que es Rafa Nadal, y por otro la emotiva, cercana y muy querida visita de los Reyes a los pueblos de Utiel y Chiva para “estar y escuchar “ a unas gentes manchegas y valencianas rotas por el dolor y la incertidumbre.
Pedro Sánchez y sus disciplinados ministros han estado durante una larga temporada enfangando los escaños y pasillos del Congreso, con una lluvia de insultos, mentiras y hasta vulgares gestos hacia la oposición parlamentaria. Lo que ellos no podían imaginar es que un “fango real” iba a dejar un reguero de destrucción y muerte en la región de Valencia. El “fango” de su discurso se ha convertido en su propia pesadilla.
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