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No me sorprende que Pere Aragonés --apoyado por el ‘Sófocles’ Salvador Illa-- pretenda que se negocie la amnistía, la autodeterminación, el obligado exilio de la monarquía y el soberanismo catalán. Precisamente esas cuestiones, el Ejecutivo las tiene descartadas por completo, dado que están fuera de la ley. La ignorancia catalana y el egocentrismo salen a luz una vez más. Ya son muchos años robando a España.
Por fin, después de largo tiempo de espera, antes de las vacaciones estivales, ha tenido lugar la primera reunión bilateral entre los Gobiernos de Catalunya y España. Desde su constitución el Govern presidido por Pere Aragonés insistía en la celebración de esta reunión entre ambos Gobiernos.
Mala generación de políticos la que nos ha tocado conocer. Se mire a la comunidad que se mire abundan los casos de corrupción e intenciones de tapar lo que no se quiere que salga a la luz. El problema llega cuando los corruptos abandonan el sillón de la prepotencia, las prebendas, las ventajas y las tarjetas con cargo al contribuyente; en ese momento, otros tiran de la manta y dejan con las posaderas al aire a sus antecesores.
Está caliente el horno de la política nacional y autonómica. No es sólo por el verano y por las altas temperaturas. Las cloacas del pasado, los fraudes y corruptelas del presente y las amenazas (con chantaje incluido) son las que recalientan el ambiente político. Los frentes abiertos son excesivos, dada la reiterada incompetencia del Gobierno central y sus permanentes enfrentamientos con las comunidades autónomas.
Ni la derecha errática dirigida por el señor Pablo Casado, ni toda esta pléyade de periodistas y ciudadanos que siguen pensando que lo mejor es contemporizar, llegar a acuerdos, ceder con tal de conseguir un alivio en cuanto a la tensión política, han supuesto para Pedro Sánchez un obstáculo insuperable para llevar adelante su estrategia encaminada a conseguir perpetuarse en el poder a costa de lo que sea.
La torpeza del presidente del Partido Popular no le permite entender que estamos en la antesala de conseguir el referéndum para Cataluña y cuadrarlo con la necesidad de mantener el colchón en Moncloa. Pero tanto el presidente Sánchez como Aragonés anhelan jugar en casa o con el árbitro a favor.
Echémonos a temblar con la afirmación del presidente respecto a que no habrá referéndum de autodeterminación en Cataluña. No olviden su insistencia respecto a que no pactaría con Bildu. Siempre hay que entender como cierto lo contrario de lo que afirma el ‘Doctor Cum Fraude’. La experiencia da testimonio de ello.
El señor Sánchez, al que mentir le importa un rábano, ha emprendido una campaña encaminada a convencer a los españoles de que lo que va a llevarnos a la reconciliación entre todos los españolas y va a traer la paz a la comunidad catalana, va a ser la medida de gracia del Gobierno de España consistente en indultar a quienes, sin esconderse, decidieron, unilateralmente, enfrentarse a la nación española, incumpliendo la Constitución
No entendemos en qué es en lo que se basa el señor Pedro Sánchez para intentar que nos traguemos que, con el indulto de estos delincuentes catalanes va a conseguir que renuncien a sus aspiraciones políticas. si no es que, un nuevo engaño ya se está gestando en los despachos de Ferraz, mediante el cual parece que se les va a conceder a los catalanes la aprobación de un nuevo estatuto.
A la vista de la actitud y las palabras pronunciadas por los hoy indultados, es imposible también pensar en la más mínima posibilidad de que tengan voluntad o intención de reintegrarse ni personal ni colectivamente en la sociedad española. Sus pronunciamientos a la rebelión constitucional e independencia del Estado son constantes y auguran nuevos episodios de enfrentamientos y desafecciones inevitables.
La política de dispersión penitenciaria, que tanto y tan buen resultado ha dado, se difumina por los compromisos contraídos por el psicópata presidente, traidor a España y a su ciudadanía. Le horroriza perder el colchón de Moncloa sabiendo la que le espera. En la calle hace frío. Y una vez que los etarras ("erratas sociales" para la convivencia) estén en la calle, el siguiente paso será exigir a Sánchez la independencia del País Vasco.
Vemos con inmensa pena y zozobra cómo los acontecimientos se precipitan, como la prisa por parte de los que tienen el poder, en ir desmantelando a la vieja España para desmigajarla mientras unos lo contemplan estáticos y otros se desgañitan protestando, pero no son capaces de unirse para presentar un frente común contra semejan desvarío.
Difícilmente nos hubiéramos podido imaginar hasta dónde ha llegado el despliegue gubernamental, los medios utilizados, el dinero gastado, los engaños, las falsedades, los equilibrios políticos y la desvergüenza de estos señores que nos gobiernan, para conseguir darle la vuelta a una opinión pública generalizada, mayoritaria, convencida, indignada, furiosa y en contra de la concesión de los indultos.
Más de 150.000 personas se manifestaron recientemente en la madrileña plaza de Colón contra los indultos que el Gobierno de Pedro Sánchez proyecta conceder a los golpistas del 1-O. Unos delincuentes que no sólo no se han arrepentido de los graves delitos cometidos, sino que han reiterado su intención de volverlo a hacer.
Existe una tendencia comprensible, dada la natural inclinación a la pereza del ser humano, a hacer coincidir vocablos sólo por mor de cómo suenan, por una cualidad acústica coincidente que poco o nada tiene que ver con lo que expresan como conceptos. Hay muchos ejemplos: ¿Qué tienen que ver “distinto” con “distante”, “resiliencia” con “resistencia”, “plausible” con “posible”?
Es difícil aceptar que en España, en unos pocos años, en lo que se podría considerar un suspiro en términos históricos, ha pasado de ser un ejemplo para Europa, un milagro económico envidado por el resto de las naciones europeas y una bendición para los españoles beneficiados por la paz, el trabajo y las buenas perspectivas económicas que se derivaban de aquellas circunstancias favorables, en algo parecido a un abracadabrante ejemplo de todo lo que no debiera de haber ocurrido.
La política equivocada de los “Cabezas o dirigentes” del Partido Popular, está fomentando en la opinión pública, sobre todo en sectores socialmente y económicamente muy preparados, un sentimiento de HARTAZGO…
Cataluña, señores, puede ser, a la vez, el soporte y la penicilina política para que Pedro Sánchez se mantenga durante toda esta legislatura en el poder, llevando a término su política de descomposición de los valores tradicionales de la nación española, su objetivo de darles a los catalanes la independencia, que llevan años solicitando o permitiendo, a este renaciente comunismo importado de Hispano América.
Leo en la prensa la “llamativa” situación de la Iglesia en Cataluña. Sin entrar en detalles, ya a disposición de cualquier persona interesada, sí creo oportuna una breve reflexión personal, como católico y como ciudadano español.
La Iglesia para conceder “indulgencia plenaria” impone tres condiciones: Confesión sacramental, Comunión eucarística y Rezar por las intenciones del Santo Padre.
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