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Fue con Francisco Maciá cuando el catalanismo empezó a tener el apoyo de la izquierda con la constitución, por el militar catalán, de la Esquerra Republicana de Cataluña.Nadie puede dudar de que, quienes han sido los verdaderos inductores de la política del independentismo, quienes han puesto su dinero al servicio de las campañas para captar proselitismo para la causa, quienes vienen apoyando al señor Puigdemont para que pueda vivir como un verdadero magnate en la localidad de Waterloo y quienes siguen pagando a los costosos abogados que vienen apoyando a los independentistas en el exilio o a los que están siendo juzgados en el TS, no son más que grandes personajes de la sociedad catalana que, desde el incognito, siguen financiando los costosos eventos encaminados a seguir manteniendo vivo el espíritu independentista, pese a los constantes desaires y derrotas que están sufriendo a costa de los tribunales españoles que, a diferencia de los políticos de izquierdas, no se han dejado comprar ni por los cantos de sirena de las presiones que se han hecho sobre ellos para que prevaricasen ni por las amenazas y críticas que se les han hecho por juzgar a unos señores que intentaron levantarse contra el Estado español, sus instituciones y la misma Constitución, siendo la mayoría de ellos funcionarios del Estado español.El doble juego que han pretendido mantener los empresarios catalanes, aquellos que siguen siendo lo que en otros tiempos fue la flor y nata de la sociedad catalán, los que acudían habitualmente a las soirées del teatro de ópera El Liceo, y aquellos que poseían las grandes fortunas conseguidas, en muchos casos, gracias a las dos grandes guerras europeas en las que, afortunadamente, España no participó, pero si se benefició de las compras de todo tipo de materiales, especialmente tejidos, que las potencias beligerantes de ambos bandos precisaban para mantener su economía de confrontación bélica.
En efecto, nadie parece recordar la importante labor llevada a cabo por el gobierno del señor Rajoy cuando recibió, del de Rodríguez Zapatero, una España hecha girones, amenazada de quiebra soberana y a las puertas de tener que pedir el rescate de la UE. La habilidad característica de la propaganda de las izquierdas y la irrupción de los comunistas bolivarianos, representados por Podemos, unidos en sus esfuerzos de desprestigiar al centro derecha en el gobierno, fueron suficientes para que, del gobierno de los populares solo se conservase todos aquellos aspectos que se podían utilizar en su contra, como los graves casos de corrupción que se destaparon con el caso Gürtel, los problemas surgidos en el gobierno de Valencia con el señor Camps, amén de la desastrosa y poco inteligente manera con la que la dirección del partido, encabezada por la vicepresidente Sáez de Santamaría, trataron desde el primer momento el complicado y espinoso caso del separatismo catalán, al que no se le dio la importancia que realmente tenía, ni se tomaron las medidas adecuadas para luchar en contra de su expansión hasta que las circunstancias y el desafío de los catalanes llegó al punto de convocar, por su cuenta, un referéndum ilegal que, pese a todo y a la valiente intervención de la Guardia Civil y la policía nacional, por mor de la evidente traición de los mossos de escuadra, pudo celebrarse aunque, evidentemente, sin ninguna de las garantías legales y requisitos precisos para que se pudiera considerar como conforme a derecho.En estos momentos es evidente que, quienes parece que han sacado la mejor tajada del pastel que se va a repartir entre los distintos aspirante a participar de él, a nuestro modesto entender, son los partidos catalanes que, aunque enfrentados entre sí para ver cuál de ellos saca el mejor provecho de lo que se anuncia como una victoria para ERC en las elecciones del 26 de mayo, seguida seguramente de un resurgido PSC liderado por el señor Iceta, pese al fracaso que ha representado para los intereses del PSOE el hecho de que ERC y PDECat se hayan negado a respaldar en el Parlament Catalán, como candidato al Senado, a este político que se ha convertido en una de las personas de máxima confianza del actual líder del socialismo español.
Vilanova de Bellpuig es un pequeño pueblo de Lérida de mil cien habitantes que, desde hace tres años, homenajea a Bruce Springsteen. De ello se encargan un grupo de amigos capitaneados por Josep María Pons, fan confeso del cantante norteamericano.
El veto a Iceta en el Parlament supondrá dinamitar los puentes de contacto con el independentismo catalán por lo que estaría en el aire la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno al tener que depender de los votos de Bildu en una segunda votación.
La joya del Mediterráneo es una ciudad tan enormemente diversa que se han creado muchas Apps de Barcelona para sus propios habitantes. Esta ciudad está llena de lugares secretos y actividades poco convencionales, más allá de su típico circuito turístico. No en vano, uno de los lemas locales es qui no ha vist Barcelona, no ha vist cosa bona (quien no ha visto Barcelona, no ha visto cosa buena).
Esta España nuestra es cada vez más sorprendente. Hace poco leía en un medio de comunicación que ni la Fiscalía ni los jueces responden a las expectativas de la ciudadanía ni van en la línea del sentido común; de ello no parece haber duda porque, incluso, dentro de esos mismos Cuerpos hay serias discrepancias y la misma ley no se interpreta igual por todas las partes ni para todas las partes. Va a ser verdad que quien hizo la ley, hizo la trampa, como va a ser verdad que “todos somos iguales ante la ley, pero unos más iguales que otros”. Todo esto viene a cuento por la situación del poco o nada honorable, Carlos Puigdemont, expresidente de la Generalidad catalana.
¿Hizo bien el Papa emérito, Benedicto XVI en retirarse del primer plano de la Iglesia católica, el 28 de febrero del 2013, dejando su puesto de máxima responsabilidad dentro de la jerarquía eclesiástica, el papado, para refugiarse en un papel discreto dedicado a la oración y el retiro espiritual?
Des de aquellas primeras elecciones de junio del 1977, todavía sin Constitución y con el cadáver del dictador todavía sin pudrirse en el Valle de los Caídos, ningunas elecciones habían sido tan valoradas por el electorado, que, en esta ocasión, ha acudido a las urnas empujado, especialmente, por el miedo a una extrema derecha que, por primera vez, mostraba su verdadero rostro.En lo que ha dado en llamarse el régimen del 78 los grupos fascistas no habían tenido representación política en las instituciones, salvo un corto periodo en el que el joseantoniano notario Blas Piñar ocupó un escaño en el Parlamento bajo la bandera fascista de Fuerza Nueva entre el 1979 y el 1982.
El escenario fue totalmente diferente. Las imágenes del precombate mostraban un plató más ordenado y no se apreció el lamentable espectáculo del personal de limpieza abrillantando la lona ni se oyeron los gritos de los regidores o el ir y venir de quienes daban los últimos retoques de los preparativos previos al debate.
La crisis territorial que se vive en Cataluña en los últimos años es motivo de preocupación para la sociedad y los diferentes partidos políticos, que incluyen en sus programas diversas medidas y propuestas para solucionar el problema.
Puede que hayamos dejado en un segundo plano el tema catalán en cuanto a lo que viene significando para la propia Cataluña, aparte de la importancia que se le viene dando por la evidente influencia que los políticos independentistas tienen sobre el señor P.Sánchez y los más que posibles indultos que se viera obligado a otorgar si llegase al poder y los presuntos delincuentes catalanes que están siendo juzgados por el TS fueren condenados por su rebelión contra el Estado español.Pero puede que, en el caso catalán, fruto del desgobierno que existe en esta autonomía a causa de su absorbente obsesión por el llamado process, que tiene a los políticos soberanistas pendientes de lo que hace relación con sus presos; de sus posibilidades de extender los problemas catalanes al resto de Europa, para intentar internacionalizar el conflicto respecto; de sus posibilidades de conseguir que un nuevo gobierno español fuera más maleable en cuanto a una reforma constitucional que beneficiara sus aspiraciones soberanas y, por encima de todo, cooperar en todo lo posible para que el nuevo gobierno que salga de la consulta del 28 de abril no sea, en modo alguno, de derechas o de una posible coalición de los tres partidos que aspiran a sacar al señor Sánchez de su despacho de la Moncloa.
«No fue sino mucho después cuando, habiendo ya reentrado en el caserón, oí en la radio que acaban de proclamar la República catalana».
Usted, seguramente es una persona normal, un ciudadano responsable que acude al trabajo cada día, que tiene que cumplir con un horario más o menos flexible y que está ocupado todos los días de la semana, lo que, con toda seguridad, no le va a dejar demasiadas horas libres si.
La Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, haciendo caso omiso de la Ley Electoral que señala expresamente que durante el periodo de elecciones, los gobiernos -ya sean locales, regionales o nacional- tienen prohibido "realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada".
La junta electoral lleva 16 años pidiéndomelo, y ayer ya me dijeron que ya se están empezando a irritar.
Es evidente que estamos rodeados de prensa adversa. Incluso en aquellos medios en los que confiábamos que se mantenían ciertas políticas sensatas, han decido cambiar de orientación para adaptarse a los tiempos, lo que quiere decir que si, para ello, han tenido que prescindir de unos determinados principios y ponerse una camisa política de otro color, no han hecho ascos y lo han hecho.
Mientras el señor Quim Torra se empeña en tocar las narices a los españoles con sus continuos desplantes y desobediencias a las autoridades españolas; el último el que está teniendo lugar en estos mismos momentos en los que, por segunda vez, ha desobedecido los requerimientos que se le han venido haciendo desde la Junta Central Electoral para que, sin más dilaciones ni entorpecimientos, ordenara retirar los lazos amarillos y las pancartas que figuran en la fachada de la Generalitat catalana.
Y, aún más, ¿Cúales son las empresas, mecenas particulares y asociaciones cívicas de las que indudablemente se nutre el aparato separatistas para que less permitan mantener al señor Puigdemont exiliado viviendo como un rey en un palacete perfectamente pertrechado en la ciudad belga de Waterloo y al resto de acompañantes y demás exiliados, voluntarios y prófugos de la justicia que también están subvencionados por el soberanismo catalán.A nadie se le puede escapar que una parte importante de los impuestos que se pagan al fisco y a los tributos, tasas, arbitrios y demás cargas, incluso las municipales, son destinados a contribuir a la causa del catalanismo independentistas que, debido a los sucesivos gobiernos del Estado que no se han querido tomar en serio el problema de que se dejase incubar el sentimiento identitario de los catalanes sin que ninguno de ellos tuviera la premonición de que cada cesión que se les ha hecho a los políticos soberanistas ha sido un nuevo paso hacia lo que para ellos siempre ha sido el objetivo de formar un estado propio fuera de la patria española.
Pero Puigdemont sabe que ya no puede seguir haciendo el ridículo porque bastante ha hecho en Europa y, sobre todo, tras la negación de su intervención en el Parlamento europeo, donde –dicho sea de paso—el nacionalismo catalán se está llevando una tremenda somanta de palos dialécticos, tanto por parte de eurodiputados españoles como por parte de otros parlamentarios no españoles.
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