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No hace falta ser un lince para comprobar que Cuba no atraviesa por su época más florida. Sesenta años después el pueblo pone en duda todo, desde las intenciones iniciales de la Revolución hasta la legitimidad de los actuales gobernantes. Las generaciones jóvenes ven que su futuro es una ruina si no cambian las políticas cubanas hacia la apertura y la modernización.
Tenemos el ejemplo de un Gobierno con un semipresidente acogotado, incapaz de decir que el de Cuba es un régimen dictatorial y protector de asesinos. El propio ministro de exteriores se ha despachado con unas declaraciones vacías, blandengues y torpes, por las que ya lo han calificado como “Calimero”. Ha hecho un ridículo espantoso y calamitoso.
El comunismo ha encontrado un freno con el que no contaba. La ‘Yoli’ lo sufre; Ione Belarra no sabe desbloquearlo; Castells pasa de todo; Garzón sigue enfrascado en sus guerras con los chuletones y la “marquesa” se ve con un pie fuera y el otro en ninguna parte porque ni representa a las mujeres ni ellas creen en ella.
Realmente no lo entiendo, no comprendo a los comunistas. Puede que tuvieran su razón de ser en los tiempos que los que las diferencias de clase eran patentes y manifiestas. Cuando el trabajador calzaba alpargatas, se ceñía los pantalones con un hiscal de cáñamo y vestía el clásico blusón de los operarios.
Es evidente que, en España, se estás produciendo un hecho fundamental del que, con toda seguridad, va a depender, al menos en parte, el futuro de toda la nación española. El tema catalán ha venido condicionando desde hace años parte de la política nacional y debemos reconocer que, en una parte importante los culpables de que no se haya atajado el cáncer del separatismo soberanista, que tanta fuerza ha demostrado tener en Cataluña, se debe a los miedos, el galleguismo.
No, no es el desvarío de mi mente calenturienta, ni el desatino de un momento de enajenación. Quiero hacerme comunista desde el momento en el que se me demuestre que esta formación política ha causado algún bien a la Humanidad.
Aparte de la metida de corvejón de la ministra al abroncar al señor Matarí cuando él defendía una situación que afectaba a su propia familia (una hija discapacitada) nos da la sensación de que la ministra reacciona con tanta pasión porque se ve venir una posible rectificación desde Europa.
En el comunismo de Iglesias sólo veo muerte, violación, represión, atentado contra las libertades y pobreza, mucha pobreza. No hay más que repasar la maldad del Ingreso Mínimo Vital: en todas comunidades cobraban ayudas con otro nombre o muy parecido, pero lo cobraban todas las familias que lo necesitaban; hasta Castilla y León fue ejemplo y modelo en ello desde la Junta que presidía Juan Vicente Herrera. ¡El socialcomunismo ha destrozado el ‘escudo social’!
¿Quiénes se enfrentan aquí? ¿Queda vivo alguno de los que participaron en aquella lucha? Si los hay, es tan profundo su rencor por no haber sabido ganar la guerra cuando contaban con todos los medios necesarios para ello, pero su ineptitud, falta de objetivos, (cada bando luchaba por sus por sus propios intereses), e ineficacia manifiesta los llevaron a un desastre que ellos mismos se habían buscado.
Ahora señores, aunque no se lo crean, estamos volviendo a lo que fueron los tiempos anteriores al levantamiento del 18 de julio de 1936. Otra vez más son los socialistas y comunistas los que están al mando de la política española.
Estás muy equivocado Pablo, los españoles, sobre todo algunos, todavía tenemos criterio propio y sabemos discernir de lo que nos conviene o no. Si tus seguidores no tienen más horizonte mental que lo que tu les ordenes, ¡allá ellos!
Considero que es del dominio público conocer en qué consiste una hemiplejia, no obstante pienso que no está de más recordar que esta enfermedad radica en un trastorno del cuerpo del paciente en el que la mitad contra lateral de su cuerpo está paralizada.
Escuchar a una ministra de educación decir lo que dijo, en su día, en el Congreso de Escuelas Católicas es una prueba de que no ha leído la Constitución y, si la ha leído, no ha entendido el contenido del artículo 27. Sinceramente me siento avergonzado de tener una “ministra estorbo”. La desorientación de esta ministra me causa estupor. Está claro que “no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige”.
Debo reconocer en usted un mérito y es que se lee mis artículos cosa que yo no hago, porque acostumbro a dedicar mis lecturas a personas que escriben argumentando sus palabras, que expresan correctamente, que saben tener respeto por las personas que tienen una opinión distinta y que, por supuesto se limpian la lengua de las carroña comunistoide antes de dirigirse a alguien que, por supuesto.
Se dice que los españoles somos temperamentales, que el carácter de nuestra raza es indómito y poco disciplinado, un pueblo difícil de dirigir y, en ocasiones, propicio a la rebeldía. Puede que tengan algo de razón los que piensen de esta manera pero, visto lo visto, quizá porque haya más izquierdistas de lo que nos creíamos o porque la derecha no ha sabido nunca vender sus éxitos ni tampoco defenderse de la propaganda pertinaz.
Los partidos de extrema izquierda españoles, aprovechando la situación pandémica en la que se encuentra España, han presentado en el Senado una proposición para la demolición del Valle de los Caídos y reducirlo todo a escombros, pues pretenden que en este lugar no permanezca ningún vestigio del franquismo.
El gobierno ha anunciado que pronto volveremos a una normalidad nueva lo que me alarma bastante. Volver a la normalidad, para mí, es volver a la forma de vida que teníamos antes de que se declarara la pandemia, pero si la salida de la pandemia es entrar en algo distinto, alguien ha tenido que decidir que ello sea así y lo ha decidido sin explicarlo, sin consultarnos.
Es evidente que hay muchas maneras de engañar al pueblo y, muy en especial, en aquellos momentos en los que la ciudadanía se siente afectada por alguna circunstancia anormal que la instala en una situación de fragilidad física o mental, que la hace especialmente vulnerable a lo que, desde el Gobierno de la nación se le informa, se le ordena, se le recomienda e incluso se le ofrece con apariencia de formar parte esencial del remedio (aunque, en realidad, nada tenga que ver con ella) contra aquella amenaza ante la cual.
Un verdadero suicidio.La España tradicional, la del orden, la de la división de poderes, el respeto por los derechos de los ciudadanos, el de propiedad, el libre comercio, la libre iniciativa, el trabajo como fuente de riqueza, el esfuerzo personal y conseguir la perfección como la mayor aspiración de todo español a contribuir al avance de la nación, manteniendo el respeto a las instituciones y a la Constitución que entre todos aceptamos y que nos ha venido ayudando a mantener el progreso desde el mismo año 1978 en el que entró en vigencia: Parece ser que la Carta Magna constituye un grave obstáculo para aquellos que se han valido de todas las artimañas, procedimientos, ilegalidades, engaños, injurias, calumnias y cualesquiera otros procedimientos, sin olvidarnos de las prevaricaciones de las que se han venido valiendo para alcanzar a cualquier precio, incluso traicionando a la nación española y recurriendo a procedimientos arteros, lo que nunca, desde que la democracia se implantó de nuevo en España ( ya no hablemos durante la jefatura del Estado español por el general Franco) ningún español hubiera sospechado que podríamos volver a vivir: la ocupación del poder en España por los mismos que fueron los causantes directos por los crímenes que cometieron, por el caos que organizaron, por las torturas que aplicaron y por su venalidad permitiendo que los comunistas rusos entraran en España para luchar contra los otros españoles y culpables de que, una parte de España, se levantara contra tanto oprobio, ilegalidad, inseguridad en las calles y el poder omnímodo que se les otorgó a los sindicatos que fue causante de que nadie que fuera de derechas, los religiosos ( estos que ahora se muestran tan favorables a la independencia de Cataluña o el País Vasco ) o los que, simplemente, eran católicos y asistían a misa, podía permanecer tranquilos en su domicilio o salir a la calle para acudir al trabajo sin exponerse a que, la CNT y la FAI, entre otros, en Barcelona o los Ángeles de la Muerte, en Madrid, les dispararan un tiro o se los llevaran a las checas importadas de la Unión Soviética, donde los torturaban hasta morir.
No, no estoy de bromas ni con ganas de chanza.
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