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Este texto brota desde la memoria de Eduardo Galeano y Mark Twain. El inmenso Galeano y sus venas aún abiertas de América Latina y Twain, el buscavidas irónico del rio Misisipí que soñó un diario de Adán y Eva. Su fértil memoria mueve la mano que escribe de modo misterioso. Las venas abiertas siguen bien abiertas para la rapiña de las elites criollas y el impero yanqui.
En estos momentos se están dando dos tipos de movimientos respecto al descubrimiento y labor de aculturación llevada a cabo por España en las tierras descubiertas por Colon. Uno de ellos propugna, entre otras cosas, la unión con España. Es el caso que se está originando en Puerto Rico. No sabemos si esa propuesta y anhelo por parte de los portorriqueños tendrá buen fin, aunque, para ello, haya que superar obstáculos casi insalvables.
Yo me propongo, como un quijote real e histórico, quebrar lanzas aportando al desarrollo y al progreso cultural de nuestra nación sobre el fundador, no de la maravillosa Granada, ni de la sede del saber, como lo es nuestra querida occidental ciudad de León, sino del descubridor del nuevo mundo y en su cuarto viaje de la provincia o país Nicaragua.
La Leyenda Negra continúa impertérrita y machacona buscando motivos con que perjudicar a España y sus inigualables gestas, de la forma que sea que sea. Periódicamente aparecen noticias que, no es que sean falsas, pueden ser verdaderas, pero modificadas de forma que deslustren de cualquier modo los hechos realizados por España.
Hace 530 años se dio la fecha más importante y controvertida de la historia humana. Fue el 12 de octubre de 1492, cuando la llegada de Cristóbal Colón al Caribe cambió por completo el curso de la humanidad. Mientras en España se le considera el día nacional o de la hispanidad (el español se convertió en la mayor lengua materna del mundo fuera del chino), diversos gobiernos o movimientos izquierdistas lo conmemoran como el día de la resistencia indígena y afrodescendiente.
Por mucho que lo pretendan, por incontables veces que los enemigos de España lo intenten, por mucho que los propaladores de la Leyenda Negra sobre España ansíen minimizarlos o borrarlos. hay dos momentos en la Historia de la Humanidad protagonizados por nuestra Patria, que ninguna otra nación podrá, no solo emularlos, sino ni siquiera aproximarse a ellos.
Dentro de los intermitentes reajustes llamados crisis culturales, esta es una época de inconsistencia ideológica enredada en una polarización arrastrada por cámaras de eco y realimentación virtual. En este juego un sector avanza a través de la irrefrenable fantasía frustrada hasta las mismas entrañas del Estado para hacerse una selfie perpleja y errabunda.
El 12 de octubre de 1492 es una de las fechas más importantes y controvertidas de la historia. Mientras en España se le considera el día de la hispanidad (pues, a partir de entonces, el español se internacionalizó hasta convertirse en la mayor lengua materna del mundo fuera del chino) diversos gobiernos o movimientos izquierdistas sur y centro americanos lo conmemoran como el día de la resistencia indígena.
La incompetencia, envidia, rencor y mala sangre no tienen límites cuando se trata de denigrar, mancillar y vilipendiar las acciones que llevó a cabo la Corona Española desde que se descubrió América, la obra más prodigiosa que hayan podido conocer los siglos. Lo que es innegable es que a España le tocó vivir un momento sin par en la Historia y lo llevó a cabo en las mejores condiciones y buena voluntad.
Tanto el término “indio” como el de “caníbal” son fruto de errores. A los habitantes nativos del nuevo mundo se les empezó a denominar “indios” porque Colón pensó que había llegado a las Indias. El equiparar a los nativos caribeños con el canibalismo fue una manera de justificar la matanza de una raza tan supuestamente perversa.
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