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La gran parte de los pequeños núcleos de población de la península Ibérica y de las islas está en riesgo de desaparecer antes de que acabe este siglo. De no poner freno, y atajar las medidas necesarias, España perdería el mosaico de tradiciones, valores humanos, culturas, gastronomía,y en general una forma de vida que hacen únicos a sus pueblos.
Es cuanto menos necesario mostrar y exponer públicamente preocupación y acción, por la crisis estructural y funcional que los habitantes de la España rural estamos viviendo. El proceso de despoblación está dejando sin población activa a pueblos y comarcas, con una tendencia demográfica negativa, que es necesaria analizar por los distintos gobiernos, autonómicos, locales, estatales y globales.
Con motivo del Día Mundial de las Ciudades y con el objetivo de promover el interés en el desarrollo urbano y sostenible, se hace necesario resaltar la disposición ciudadana que se plantea mudarse a un entorno rural, alejada de los grandes núcleos urbanos, surgida tras el estallido de la pandemia en 2020. El 61% de los particulares tiene planes reales o, al menos, interés por mudarse a una zona rural y un 15% tiene previsto irse a vivir en los próximos meses.
La larga lista de municipios que van desangrándose paulatinamente, a consecuencia del abandono del mundo agrícola y ganadero por parte de las estructuras gubernamentales, de la España interior, claro es, y con sus gentes, sobre todo los brazos jóvenes, en una larga hilera y en un rosario continuado de emigrantes marchándose camino de las áreas desarrollistas, conforma todo un fenómeno que se dimensiona y expande de modo gigantesco desde los años sesenta.
Son muchos los datos e informes que avalan una incipiente revolución rural tras el cambio de escenario social que ha supuesto la crisis del covid, pero lo cierto es que para que esto suceda los políticos de nuestro país tienen que poner interés en la buena conectividad de las muchas zonas rurales que integran España.
España tiene fama de ser uno de los países mas solidarios con todos los problemas a nivel mundial, pero en este caso me voy a referir a la migración, porque todos tenemos a alguien que en algún momento tuvo que migrar hacia otro país por la circunstancia que fuera sin entrar en detalles.
Partiendo de la base de que tenemos pueblo, o ciudad pequeña, en mi caso de gran abolengo. Partiendo de esa base, de que venimos de pequeños lugares y que muchos hemos decidido emigrar, aunque sea a una barriada nueva, al otro lado de la carretera o del patio…, podemos interrogarnos para qué nos ha servido ese pueblo que se cae a pedazos, entre el olvido y las ganas de levantarse, aunque los voceadores insistan en que hacen lo indecible por defenderlos.
Se cierne sobre la Comunidad más extensa y menos poblada de España declinando su voto en la corrupción, frente a la honestidad y contra la Democracia, permitiendo que la bota del fascismo hoye sus tierras. La deserción de votos a los supuestos partidos democráticos junto a la abstención ha logrado tamaño descalabro, la llamada España vaciada, es una falacia en este caso, nos es otra cosa que la rivalidad entre Provincias.
Mucho se habla de la brecha digital y del impacto especialmente en España, y su repercusión, derecho obligatorio por ley, en el acceso de las personas mayores a la banca un problema que se ha agravado especialmente en estos dos años de pandemia. En España supone un 19,15 % del total de la población y algo que se agrava especialmente en las zonas despobladas y rurales.
Ya tardaba el PSOE en acercar posturas con las formaciones de la España Vaciada. Todas las encuestas muestran el brutal batacazo del socialismo en Castilla y León. Dos son las razones de ello: las políticas nacionales de Pedro «El mentiroso», que dan miedo a la ciudadanía, y la dejadez permanente (broncas incluidas) que ha venido demostrando la tropa de Tudanca en la oposición.
La España Vaciada es un tema que cada vez preocupa más a la sociedad. La Unión Europea fija en 12 habitantes por km2 el límite para hablar de áreas poco pobladas. El mayor ejemplo es Soria que encabeza la lista del viejo continente con solo 8,7 habitantes por km2.
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