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No es fácil gestar y cultivar entornos en los cuales la dignidad sea su cimiento, pero quienes lo han conseguido, sostienen que es clave para la libertad individual y colectiva, y pieza vital de la felicidad. La otredad emerge y está siempre presente en medio de este tipo de reflexiones, porque la dignidad solo puede ser aquilatada a la luz del “otro”, de los “otros”, es decir, del “nosotros”, del “ustedes”.
Los proveedores son el principal sustento de todos los trabajos que se quieran desarrollar, ya que todos precisan de una materia prima, ya sea en cuestión de distribución, montaje, implementación o creación de los útiles. Es por esto, que se requiere de un proveedor inicial, que se encargue de entregar un producto primigenio para que puedas transformarlo en aquello que desees, mejorándolo y personalizándolo.
La crisis del coronavirus ha provocado una situación de enorme incertidumbre en la que aún se desconoce la duración y el impacto que tendrá, pero poco a poco, y siguiendo las recomendaciones sanitarias para minimizar al máximo el posible riesgo de contagio en los lugares de trabajo, la actividad de nuestro mercado laboral ha ido reactivándose, en unos sectores más que en otros.
Pese a que la sabiduría antigua lo dice una y otra vez, parece que no nos queda claro que nuestras palabras convencen, pero es el ejemplo lo que arrastra o distancia de nosotros a las personas.
Aritz Urresti, experto en productividad,conferenciante y creador de El Método de Las Cajitas, nos propone píldoras de cambio a través de consejos, pasos, pautas y claves para lograr el equilibrio entre la faceta profesional y la personal para lograr la tan deseada calidad de vida. En su libro Las Cajitas del Éxito presenta su método exclusivo y patentado para lograr ese equilibrio priorizando tareas y gestionando el tiempo.
La principal equivocación, de la que nacen los errores más grandes que cometemos los seres humanos, es que no somos lo suficiente humildes o lo suficientemente inteligentes como para entender y aceptar que de esta vida vamos a salir todos derrotados.
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