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​¡Sánchez, héroe de Kabul! Cómo un fracaso se convierte en triunfo

“Los pañales y los políticos han de cambiarse a menudo… y por los mismos motivos", George Bernard Shaw
Miguel Massanet
lunes, 30 de agosto de 2021, 09:12 h (CET)

“Los pañales y los políticos han de cambiarse a menudo… y por los mismos motivos", George Bernard Shaw.


Al parecer deberemos acostumbrarnos a nuevos usos políticos, a la explotación de cualquier evento por absurdo, penoso o criticable que fuere. España ya no es aquella nación que dominaba Europa, ni aquella cuyos tercios eran el terror de sus enemigos, no, no señores, ahora cualquier minucia, asomo de acierto o de éxito, aunque fuere en una retirada poco honrosa, con graves deficiencias e incompleta, sirve para que algunos políticos se vanaglorien de ello, saquen pecho y presuman de buen hacer  y de habilidad en su gestión aunque, lo cierto haya sido, que lo realmente sucedido es que EE.UU, el resto de naciones occidentales y, entre ellas, España, hayan realizado una vergonzosa, poco meditada y frustrante retirada de Afganistán, después de haber estado luchando contra los talibanes durante más de 20 años, para intentar establecer un modelo de democracia a lo occidental cuando, quienes entienden de la materia y los analistas de los últimos acontecimientos ocurridos en aquella nación, hablan de un territorio tribal, de señores de la guerra, de sistemas basados en grupos étnicos y en caciques dominantes, con una economía básicamente enfocada al cultivo de adormideras o, lo que es lo mismo, en la exportación de la materia prima de las drogas de mayor toxicidad que se producen en el mundo.


Hete aquí que nuestro presidente, conocido por su afición a aparecer públicamente solamente en ocasiones en las que puede dar noticias buenas al pueblo español, donde pueda colgarse medallas por supuestos méritos en la gestión que lleva a cabo o en las que, su comparecencia le permite, sin que nadie lo contradiga, echar basura sobre la oposición, recriminarle viejas culpas o criticarle supuestas faltas de lealtad, cuando no se pliegan a su voluntad, no aceptan sus imposiciones o no le permiten que haga de las leyes y, principalmente, de nuestra Carta Magna, aquello que no tiene otro fin que acabar con ella, para implantar un estado totalitario que es, en definitiva, lo que tiene en mente desde que subió al poder; ha aparecido de nuevo presumiendo de cómo España, o sea su gobierno, ha realizado una feliz(a su criterio) recuperación de los españoles y colaboradores afganos en aquella nación, miembros y colaboradores de la delegación militar y civil en Afganistán.


Como les diríamos, algo así como si Von Paulus, el general alemán que rindió sus tropas en 1943 a los rusos, en Stalingrado, hubiera presumido de su derrota o que, Napoleón hubiera sacado pecho por la retirada de su Ejército derrotado en Waterloo, y esta insensatez la quisiéramos aplicar para justificar una retirada bochornosa, siguiendo la pauta del señor Biden, otro derrotado sin paliativos por unos talibanes que si tienen algo es fe en su causa y valor para no temer a la nación teóricamente más poderosa del mundo. Y es que, lo evidente, lo que se deduce de la charla telefónica que Pedro Sánchez mantuvo con el presidente americano, es que lo que hizo fue decir “si bwuana” a todo lo que le pidió que hiciese el mandatario americano que fue, sin duda, que le apoyase para salir lo mejor parado que pudiera del lodo en el que se había metido, al no calcular los efectos secundarios de su decisión, poco meditada, de retirar sus tropas de Afganistán. ¿Se evitó el atentado que ha costado la vida de 62 personas y heridas a un centenar más? No. ¿Se ha precipitado el cierre de la operación por miedo a que se produzcan nuevos atentados? Sí. ¿Tienen la ONU y losEE. UUel dominio del aeródromo y la seguridad para quienes lo ocupan? No.


Y, después de dejar sin concluir una evacuación de la que, ahora, quiere presumir y dar por finalizada con éxito, se olvida de que en aquel país en el que dominan las hordas talibanas, ha dejado a una parte importante de nuestros colaboradores a los que ahora, para evitar las críticas, dice que se van a sacar de aquel infierno por “otros medios” ¿cuáles?, ¿cuándo?, ¿cómo evitará las represalias de aquellos terroristas que van puerta por puerta buscándolos para asesinarlos? 


Lo menos que podía hacer nuestro presidente es callarse, disculparse, evitar comentarios laudatorios para él y su gobierno y darles todo el mérito de la operación de rescate a aquellos militares, diplomáticos y demás intervinientes directos en procurar sacar al máximo posible, en unas circunstancias adversas, de las personas que han estado colaborando con nosotros en aquella nación.


Después de haber sufrido el desdén del señor Biden, cuando se encontraba en la cúspide de su popularidad, cuando ni se dignó mirarle cuando intento hablar con él, sin embargo, ahora se jactan de que la administración de los EE. UU nos “considera como un socio fiable, predecible y solidario”. Con ello el nuevo ministro de Exteriores, señor Albares, se conforma, saca conclusiones hiperbólicas y ve a España nada menos que “en el centro político de Europa”.Cómo cambian las cosas cuando conviene pintarlas de color de rosa para que nadie sospeche que siguen estando tan negras como de costumbre, porque lo que sucede es que el señor Joe Biden, presidente cuestionado de los EE. UU, fruto de una maquinación de los partidos que utilizaron todas las armas, legales e ilegales de las que dispusieron, ya no tiene, ni mucho menos la aceptación, ni la valoración y mucho menos el prestigio del que gozaba cuando consiguió imponerse al presidente Trump. Ahora está en horas bajas, en plena decadencia ante la opinión pública americana, los republicanos que estuvieron dubitativos respecto a si era mejor Biden que Trump, ya no parecen opinar lo mismo y es evidente que la mayoría de ellos estarían dispuestos a apoyar al mismo Trump en unas futuras elecciones.


Periódicos catalanistas, como el del grupo Godó, La Vanguardia,  están cada vez más abiertamente entregados a la causa separatista, siguiendo la tónica de apoyar contra viento y marea al señor Pedro Sánchez, conscientes de que si cayera del pedestal en el que la izquierda española lo ha colocado, la causa independentista iba a sufrir un duro golpe, especialmente después de que su valedor más importante, el señor Pablo Iglesias, abandonara la vicepresidencia del Gobierno español; y pusieron en la portada del rotativo catalán una foto en la que aparecen nuestros soldados que fueron enviados al rescate y ¡cómo no!, nuestro presidente, Pedro Sánchez, entre ellos como si una parte importante del mérito le fuese debida a él, que ha estado fuera del foco de la prensa hasta que todo ha concluido. Sí señores: “¡Misión cumplida!”.


Recuerden cuando, hace ya unos meses, el mismo Pedro Sánchez aparecía solo en la TV pública para hablarnos de que el virus Covid 19 estaba vencido y que la normalidad sanitaria estaba a la vuelta de la esquina. Hoy, todavía, estamos luchando para vacunar a nuestra ciudadanía que no ha alcanzado, como el indicó el mismo presidente, el 70% de inmunidad, esto que se ha dado en llamar “inmunidad de rebaño”, equiparándonos a las cabras y las ovejas (aunque, si bien se mira, en muchos aspectos nos asemejamos bastante a ellas). No faltan vacunas, hasta nos permitimos regalarlas; no faltan sanitarios para ponerlas, pero falta que la población diga sí y, si fuera necesario, se vacune estando de vacaciones, algo que parece que para algunos tiene preferencia a su propia integridad física y, lo que aún es peor, no respeta el derecho de sus conciudadanos a estar libres del contagio que su estúpida actitud pudiera provocarles.


Y la ONU, este organismo inepto, refugio de enchufados, criadero de progresistas y un verdadero pozo sin fondo por lo que respecta a los recursos necesarios para mantenerla en funciones pese a que, hace ya bastantes años que sus resoluciones, vetos y contra vetos, han convertido a este organismo en un verdaderomaremágnum de incoherencias, despilfarros y corruptelas, que si hubiera alguien con sentido común y autoridad, que propusiera su disolución por inservible para parar guerras o evitar conflictos, con toda seguridad que obtendría el apoyo mayoritario de las naciones civilizadas. Pues, esta misma ONU, ya nos ha anunciado que, en Afganistán, quedan la friolera de 500.000 refugiados afganos más, de aquí a finales del 2021. ¿Estos que tan proclives se muestran a abrir de par en par las fronteras para admitir a estas personas, estarán también dispuestos a explicar a los oriundos qué es lo que va a suponer para la convivencia, las ayudas sociales, el trabajo, las personas que no puedan trabajar por su edad o por ser niños, la sanidad del país? Es cierto que los que trabajen contribuirán a pagar las pensiones, pero sus familiares también supondrán un coste inmediato y, solamente sería una solución temporal para prorrogar el problema, ya que ellos también envejecerán y tendrán derecho a jubilarse, como el resto de españoles, y el problema estructural del sistema de pensiones será el mismo.


O así es como, señores, desde la óptica de un simple ciudadano de a pie, vemos como estamos dando o se pretende que sea así, una falsa imagen de normalidad, una normalidad artificial que ignora problemas de gravedad, como es el catalán y todas las servidumbres que, para el Estado, suponen el que tenga que estar subordinado en todo al apoyo del soberanismo catalán y vasco para resolver los problemas que puedan afectar del resto de la nación.

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