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El pasado viernes 8 de noviembre, la publicación de los nuevos datos sobre el hambre (IPC) que elabora Naciones Unidas y organizaciones humanitarias, alertó sobre el "peor de los escenarios" para la zona norte de la Franja de Gaza. Debido a la escalada e intensificación de las hostilidades, las órdenes de desplazamiento y la paralización de los camiones comerciales, la hambruna es inminente a menos que se tomen medidas inmediatas.
Mientras la atención del mundo se centra en otros lugares, el conflicto en Sudán ha desencadenado silenciosamente una crisis humanitaria sin precedentes, especialmente para la infancia, causando desplazamientos masivos, niveles graves de hambre, deterioro de la salud mental y un aumento de la violencia de género, según un nuevo informe publicado por la organización de ayuda humanitaria mundial World Vision.
“No vemos unos datos tan graves de prevalencia de desnutrición aguda en niños y niñas desde que se declaró hambruna en Somalia en 2011”, afirma la responsable de Operaciones en África de Acción contra el Hambre, Paloma Martín de Miguel. La última encuesta de seguimiento y evaluación de desnutrición (SMART, por sus siglas en inglés) revela datos alarmantes: la prevalencia de desnutrición infantil en Malí supera con creces los umbrales críticos establecidos por la OMS.
World Vision advierte que decenas de miles de personas, incluidos niños y niñas vulnerables en Sudán, se enfrentan a una falta de alimentos que pone en peligro sus vidas tras confirmarse condiciones similares a la hambruna en algunas partes del país, incluido un campamento que alberga a unas 500.000 personas que han huido de los combates.
Naciones Unidas ha publicado el informe de Clasificación Integrada en Fases en el que señala que las condiciones de hambruna están presentes en Sudán. Es un reflejo de la crisis nutricional más grave en la actualidad, con millones de personas enfrentando una escasez extrema de alimentos y recursos básicos. La declaración confirma que estas condiciones de hambruna existen especialmente en el norte de Darfur, en particular en el campo de desplazos internos de Zamzam.
Israel está utilizando el hambre como arma de guerra al imponer una hambruna sobre los más de dos millones de palestinos que están atrapados en Gaza, un millón de los cuales son niños y niñas. Un total de 27 menores ya han muerto de inanición desde que el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró el 9 de octubre de 2023: “No habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible; todo está cerrado. […] Estamos luchando contra animales humanos”.
Seis meses después de que se iniciara el conflicto en Gaza, el último informe del IPC (Integrated Food Security Phase Classification), un mecanismo independiente y apolítico, ha advertido del creciente riesgo de hambruna, que podría producirse a finales de mayo de 2024 si no hay un cese inmediato de las hostilidades y un acceso sostenido a la provisión de suministros y servicios esenciales a la población. La ONU también ha advertido que la hambruna es inminente.
Millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria aguda, y más de 200.000 niños pueden morir por desnutrición en las próximas semanas, como consecuencia de la guerra entre facciones militares sudanesas, según han advertido esta semana las agencias de las Naciones Unidas.
A más de 100 días de guerra en Gaza y sin una tregua a la vista, los líderes de varios organismos de las Naciones Unidas han unido sus voces esta semana para urgir a un mayor y más rápido acceso a la ayuda vital a ese territorio palestino, ante temores de hambruna y propagación de enfermedades.
Acción contra el Hambre expresa su más profunda preocupación por la declaración de un riesgo altísimo de llegar a sufrir hambruna en el norte de Gaza y para los miles de desplazados internos en el sur de la Franja, una de las zonas más densamente pobladas del mundo, donde la mitad de la población son niños.
Tres años de sequía han dejado a más de 23 millones de personas en partes de Etiopía, Kenia y Somalia enfrentando hambre severa, dice el Programa Mundial de Alimentos (PMA), con su sede central en Roma. Cuando las tan esperadas lluvias de la región finalmente llegaron en marzo, en lugar de traer alivio, los aguaceros fueron tan extremos que causaron inundaciones repentinas que inundaron casas y tierras de cultivo y se llevaron el ganado.
Casi cinco millones de personas en Burkina Faso están afectadas por la actual crisis humanitaria y alimentaria, y la ayuda internacional no puede llegar a toda la población debido a la inseguridad en el país, según informó este jueves Médicos del Mundo. La ONG hizo un llamamiento para evitar una hambruna y ha denunciado la falta de financiación internacional.
El hambre aguda aumenta por cuarto año consecutivo y azota ya a 258 millones de personas en 58 países y territorios, indicó el más reciente informe de la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria. Esa cifra, correspondiente al cierre de 2022, es muy superior a los 193 millones de personas en 53 países y territorios que padecían hambre aguda en 2021.
Unos 345 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda en todo el mundo, más del doble que antes de la pandemia covid-19, según señala un nuevo reporte del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas. Se han identificado medio centenar de serios focos de hambre en 24 países, de los cuales 16 son de África, cinco de Asia, y Guatemala, Haití y Honduras en América.
Decenas de millones de niños, niñas y sus familias se enfrentan a la inanición. Los conflictos, la COVID-19 y el cambio climático, “las llamadas 3C”, han puesto a casi 45 millones de personas en 37 países en riesgo de morir de hambre. A esta situación se suma ahora una cuarta “C”, los costes, cuyo aumento está actuando como motor de esta crisis.
Ha habido cuatro temporadas consecutivas de lluvias fallidas que han convertido la situación en un evento climático que no se había registrado desde hacía al menos 40 años.
Según la OIT, desde el 2019 habría 21 millones de desempleados más en el mundo hasta alcanzar la cifra de 207 millones de parados aunado con un déficit de 175.000 millones de dólares en los presupuestos climáticos de los países pobres. Asimismo, según Intermón Oxfam, más de 260 millones de personas adicionales engrosarán la tasa de población mundial que viviría en la absoluta pobreza hasta llegar al 13% de la población mundial.
Más de seis millones de refugiados y desplazados se enfrentarán a graves recortes en las raciones de alimentos si no se produce un aumento inmediato de la financiación. Esta es la cruda advertencia que World Vision lanzó durante la celebración del Foro Mundial de Política Humanitaria de la ONU, la pasada semana, mientras muchos refugiados adultos reciben menos calorías al día que las recomendadas para un niño de cuatro años.
El número de personas contagiadas de coronavirus continúa aumentando en todo el mundo: las cifras oficiales registran más de 2,5 millones de casos confirmados y más de 178.000 muertes relacionadas con la COVID-19, aunque la cifra real es indudablemente mucho mayor.
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