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Destacadas ONG, incluidas Survival International y Amnistía Internacional, han publicado una declaración conjunta a las puertas de la COP15 sobre biodiversidad, que se celebra este mes de diciembre, denunciando la negociación del plan para la creación de Áreas Protegidas en el 30% de la Tierra para 2030 (“30x30”). En la declaración las organizaciones advierten que “sin una revisión rigurosa, el llamado objetivo 30x30 devastará la vida de los pueblos indígenas”.
Los pueblos indígenas ya no se conforman con estar presentes y ser vistos como víctimas de los impactos del modelo de desarrollo en la 27 Conferencia de las Partes (COP27) sobre Cambio Climático. Por eso vinieron a la cumbre en Egipto con una agenda propia, que incluye la exigencia de que sus comunidades reciban directamente financiamiento para la acción climática.
En una carta publicada por Survival International, el Pueblo Sengwer de Kenia hace un llamamiento a la opinión pública occidental para “que dejen de financiar proyectos de conservación de la naturaleza que están robándonos nuestra tierra y destruyendo nuestras vidas (…). Si quieren practicar la conservación de la naturaleza, lo primero que deben hacer es garantizarnos a los sengwer y a otros pueblos indígenas la pertenencia de nuestra tierra".
En el mundo andino pre-colombino la noche más larga del año era festejada como el inicio de un nuevo ciclo agrario. El 21 de junio es hoy celebrado en el Titicaca como el inicio del año nuevo aymara, el cual se supone que es el 5.530. Esta cifra se da sumando los 530 años que van desde que los europeos iniciaron la conquista del Nuevo Mundo con los 5 milenios previos.
Manos Unidas aprovecha la conmemoración del Día Internacional de la Convivencia en Paz para denunciar la “grave situación de violencia” que sufren las poblaciones indígenas y los campesinos en Colombia como consecuencia de la débil implantación del proceso de paz en el país, la explotación de los territorios donde viven y el incremento de la actividad de grupos guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes.
Wampanoag, Massachusett, Nipmuc, Mohegan, Pequot, Narragansett, Passamaquoddy, Miꞌkmaq. Estos son solo algunos de los pueblos originarios que conforman lo que actualmente se denomina Nueva Inglaterra, región donde se celebró la primera cena de Acción de Gracias hace 400 años, en el otoño boreal de 1621.
¿Qué culpa tenemos los españoles de que un marino visionario, rechazado por las restantes cortes europeas, especialmente por la de los más eximios navegantes, Portugal, recalase en España, fuese acogido por un fraile franciscano del convento de la Rábida, Antonio de Marchena, conocido como el “estrellero” por su afición a la astronomía, otro imaginativo como él, le hiciese caso y le ayudase a llevar a cabo tan irrazonable aventura.
Si el indigenismo de aquellos países no ha sido capaz de establecer verdaderas democracias, se les debería pregunta a ellos cuál a sido la causa. No fue culpa de Colón ni de los españoles que, lo que llevaron a aquellas tierras, aparte de la religión, fue una cultura y civilización de la que carecían en absoluto por aquellos tiempos.
El catastrófico cambio climático está calentando el planeta. Se han batido récords de temperatura en diversas partes del mundo, desde Siberia hasta California, y una profusión de incendios forestales, sequías y huracanes se extienden por el mundo. Sin embargo, los defensores de la tierra y del agua que luchan para salvar el planeta enfrentan amenazas que van desde la intimidación hasta el encarcelamiento o la muerte.
La población indígena-estadounidense participó de estas elecciones presidenciales en cifras récord. En los estados disputados de Arizona y Wisconsin, donde Trump obtuvo la mayoría de los votos en el año 2016, pero en donde ahora Joe Biden recibió un apoyo abrumador, el voto de las comunidades indígenas podría haber hecho una diferencia crucial.
En la víspera del ‘Dia do Índio’ en Brasil, apareció sobre un camino de tierra en el estado de Rondonia en la región amazónica, el cuerpo sin vida de Ari Uru-Eu-Wau-Wau. El joven, de apenas 33 años fue asesinado mientras realizaba tareas de vigilancia ambiental contra la tala ilegal. Su muerte, al igual que la de muchos otros guardianes del bosque que perdieron la vida en defensa de sus tierras y recursos, forma parte de un problema mayor: la violencia y discriminación generalizada contra los más de 370 millones de pueblos indígenas que habitan alrededor del mundo.
La supervivencia de pueblos indígenas no contactados en la Amazonia brasileña peligra en estos momentos como consecuencia de los incendios que arrasan su selva.
El Gobierno está redactando un proyecto con inmigrantes ecuatorianos que han adquirido experiencia en España en el trabajo agrícola.
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