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Esta semana ha trascendido la denuncia que la AIReF hacía en cuanto a que el Ingreso Mínimo Vital solo llegó en 2022 a 284.000 hogares, un 35% de quienes podrían recibirlo. Es decir, la cifra de beneficiarios se queda muy lejos de los 800.000 a los que, a su juicio, podría beneficiar. Una circunstancia que complica la vida de los consumidores desde un punto de vista de pérdida de poder adquisitivo.
Agilizar al máximo los trámites burocráticos en toda la Administración es algo absolutamente necesario. Aumentar el gasto público también es imprescindible y, si es necesario, incrementar la recaudación de impuestos, que serán los que den soluciones a los más desfavorecidos.
Ya están llamando, además para su provincia de residencia, mayor agravio comparativo para los aprobados, al ser plazas de 6 meses a 1 año mínimo, prorrogable, y cuando llamen a los aprobados ocuparán plazas en lugares distintos a su residencia por estar ya ocupadas la gran mayoría. Los llamados son de las bolsas de 2017 y 2018.
Miles de solicitantes van a tener que esperar hasta octubre porque no hay citas previas hasta otoño. Tanto solo hay respuestas automáticas, de ahí que nadie entienda eso de que “el problema de España está en la oposición”, como dice Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. De momento, con el escrache de hace unos días y los que están programados contra su gestión, tal vez entienda que son los trabajadores más necesitados quienes “la tienen ganas” y no la diestra extrema, como torpemente ha querido dar a entender.
El Estado de Alarma ha terminado pero los españoles han quedado resentidos por la crisis, en espera de recuperar poco a poco su estabilidad. En este sentido, resultó importante la medida adoptada por el Gobierno donde se prestan ayudas a empresas, autónomos y familias.
El Estado de Alarma ha terminado pero los españoles han quedado resentidos por la crisis, en espera de recuperar poco a poco su estabilidad. En este sentido, resultó importante la medida adoptada por el Gobierno donde se prestan ayudas a empresas, autónomos y familias.
Apenas cuatro días desde que el Gobierno central abrió el plazo para solicitar el Ingreso Mínimo Vital y ya se vislumbra la masificación que lo pedirá, así como la gran cantidad de desestimaciones que se van a producir. Muchas provincias están preocupadas por el bloqueo de los servicios sociales
Sería justo que quienes reciban el Ingreso Mínimo Vital (IMV) a cargo del Estado prestaran a cambio una colaboración en alguno de los sectores de la vida laboral dependiente de los poderes públicos, aunque solo fueran algunas horas al día.
Con alharacas y redobles de tambor nuestros gobernantes han decidido aprobar el Ingreso Mínimo Vital (IVM) con el cual piensan resolver el terrible problema económico que tenemos después de la pandemia.
El Ingreso Mínimo Vital no es ninguna revolución. Por supuesto, es un gran avance comparado con lo que antes había, de eso no cabe la menor duda, pero hay que expresarlo con crudeza crítica: estamos ante una rara mezcla social entre solidaridad y caridad aunque quiera venderse de logro extraordinario sin tapujos.
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