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Cuando acabe 2024 se habrán celebrado 76 elecciones generales en todo el mundo. Sin embargo, la de mayor trascendencia para la economía internacional será la presidencial que se llevará a cabo este 5N en EEUU. Es muy difícil hacer una previsión concreta de las consecuencias económicas de esta elección sobre la economía mundial. Y no sólo porque dependerá de quién gane, puesto que Harris y Trump llevan propuestas muy diferentes en sus programas económicos.
A dos semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump aparecen empatados en el posible resultado electoral. Pero lo más importante -y que no se destaca- es que están empatados -igualados- en el objetivo de seguir ejerciendo el poder sobre el resto del planeta. Están unidos para llevarlo adelante, pero también están muy enfrentados en cómo hacerlo. La vida hegemonista de su país -en el ocaso imperial- les va en ello.
En una entrevista publicada en Le Progrès de Lyon en 1951, el Premio Nobel de Literatura Albert Camus dijo: «La libertad consiste, en primer lugar, en no mentir. Allí donde prolifere la mentira, la tiranía se anuncia o se perpetúa». Me viene a la cabeza el recuerdo de esa frase al leer unas declaraciones de Donald Trump en las que vuelve a mentir sin disimulo.
Los tiroteos en escuelas son manifestaciones recurrentes de una patología social: la normalización y aceptación de actos de violencia y muerte sin sentido. En un nuevo caso de esta enfermedad, que parece estar en constante propagación, dos estudiantes de 14 años y dos docentes murieron y otras nueve personas resultaron heridas en un tiroteo masivo ocurrido en la escuela secundaria Apalachee, ubicada en la ciudad de Winder, en el estado de Georgia.
La esencia del humanismo es valorar a la persona, cada persona, por su dignidad intrínseca. Reconocer a cada persona como ser individual y tratarla con el respeto y la consideración como ser individual con naturaleza humana específica, diferencial y trascendente; como tal, superior al resto de los seres vivientes de la Tierra.
El “partido de Lincoln”, como los republicanos gustan llamarse a sí mismos, parece decidido a socavar casi todo lo que defendió y por lo que murió Abraham Lincoln. Esto incluye las iniciativas republicanas para cambiar de manera drástica la forma en que se llevan a cabo las elecciones en Estados Unidos, imponiendo restricciones sobre quiénes pueden votar y alterando los procedimientos de votación, conteo y certificación de votos.
Nos permitimos seguir votando en las elecciones presidenciales de Estados Unidos -ya que la superpotencia lleva décadas votando en nuestras elecciones- dando continuidad al primer artículo que titulamos ‘Trump y Harris contra los pueblos del mundo’. Ustedes se dirían que quizás el pueblo estadounidense podría beneficiarse en su mayoría con uno u otro resultado.
El asunto de la paz no se está tomando en serio, lo cual es una grave imprudencia. Lo necesario es un barrido total sobre el tablero de ajedrez y abandonar posiciones enquistadas. Esto ya se debió hacer en 1914, 1939 (1) y 1991, pero los secuestradores del poder, sin ninguna carta de legitimidad, como siempre, lo impidieron. El mundo está ante una inevitable reconfiguración que sólo se puede resolver mediante negociación o choque.
A los pueblos del mundo nos quedan dos meses y medio hasta las elecciones presidenciales en Estados Unidos, y lo que nos deparen después. Van ustedes a permitirme -como humilde integrante del pueblo de España, y, por tanto, de los pueblos del mundo- que empiece a opinar -ya lo decían nuestras abuelas ‘no por madrugar amanece más temprano’ y se contestaban ‘al que madruga Dios le ayuda’- porque la confusión trata ya -y tratará- de reinar en nuestras conciencias.
“Cuando bajamos del autobús, un soldado nos dijo: 'Bienvenidos al infierno'”. Así se expresaba Fouad Hassan, un hombre originario de Naplusa, una ciudad situada en el norte de los territorios ocupados de Cisjordania, que estuvo recientemente detenido en la prisión israelí de Megiddo.
En un solemne discurso que pronunció el miércoles por la noche desde el Despacho Oval, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, explicó las razones por las cuales abandonó su candidatura a la reelección y respaldó a la vicepresidenta Kamala Harris para que lo reemplace. La alocución de Biden puso fin a dos semanas históricas para Estados Unidos, en las que Harris fue catapultada como la probable candidata presidencial del Partido Demócrata.
El presidente Joe Biden ha sorprendido al mundo político cuando este domingo 21 de julio anunciaba que ponía fin a su campaña por la reelección a la presidencia del país. Esta decisión, marca un hito significativo en la política estadounidense. En un giro inesperado, Biden no solo ha dado un paso al lado, sino que también ha expresado quién, en su opinión, debería tomar las riendas del Partido Demócrata y aspirar a la presidencia: la actual vicepresidenta Kamala Harris.
Todo esto fue posible gracias a los movimientos populares que llevaron a estos políticos al poder. Al igual que los funcionarios electos a los que apoyaron, los organizadores de estos movimientos tampoco perdieron el tiempo y anunciaron campañas de presión para que el Gobierno de Biden-Harris implemente políticas progresistas.
Esta es la voz de uno de los solicitantes de asilo: “Garanticen el derecho a solicitar asilo, en especial para las personas vulnerables, como las mujeres embarazadas, los menores no acompañados, los miembros de la comunidad LGBTQI y los solicitantes de asilo negros”.
Luego de la muerte de George Floyd a manos de la policía en la ciudad de Mineápolis en mayo de este año, estalló un levantamiento contra el racismo y la brutalidad policial en todo el mundo. Millones de personas de todas las razas, clases sociales y generaciones tomaron las calles.
Kamala Harris, abogada californiana y senadora desde hace tres años, es hija de la científica biomédica india e investigadora de oncología mamaria, fallecida en 2009, Shyamala Gopalan, citada en el magnífico discurso triunfal de su hija, con matices feministas. Una frase recordó de su madre “Puede que seas la primera, pero asegúrate de no ser la última". Toda una declaración de intenciones.
Si Joe Biden gana los comicios él se posesionará en la Presidencia contando con 78 años de edad, lo cual le hace muy difícil que él quisiera ir a un segundo mandato cuando tuviese 82-86 años. Los críticos de Biden constantemente le cuestionan por sus problemas de memoria y de salud, por lo que muchos creen que él ha decidido nombrar a Harris como su sucesora. Ella podría reemplazarlo en el puesto si su estado físico y mental se deteriora, o ser la siguiente candidata oficialista a la Presidencia en el 2024.
El 26 de agosto se cumplen cien años desde que el Congreso de Estados Unidos ratificó la decimonovena enmienda a la Constitución, que garantiza el derecho al voto de las mujeres. La enmienda dice: “El derecho de sufragio de los ciudadanos de Estados Unidos no será desconocido ni limitado por Estados Unidos o por estado alguno por razón de sexo”.
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