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Mañana sábado, 15 de febrero, se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer Infantil, una jornada de reflexión y movilización para abordar una de las enfermedades más desafiantes entre la población infantil. En España, se estima que cada año unos 1.500 niños son diagnosticados con cáncer, una cifra que pone de relieve la importancia de la detección temprana y el tratamiento efectivo.
El Palacio de la Magdalena, en Santander, ha acogido el VI Curso Práctico para el Conocimiento y Tratamiento de la Leucemia Linfocítica Crónica (LLC), organizado por el Grupo Español de LLC (GELLC), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia. Este tipo de leucemia es más frecuente en hombres y su incidencia aumenta significativamente con la edad, siendo mayor en Europa, América del Norte y Oceanía.
La Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) es uno de los tumores hematológicos más desconocidos para la población española, y solo una de cada seis personas (16,9%) lo identifica correctamente pese a ser el tipo de leucemia más común en adultos y representar hasta una tercera parte de los casos de leucemia que se producen cada año en nuestro país.
El manejo y tratamiento de la leucemia aguda (mieloide y linfoblástica) está sufriendo importantes cambios en los últimos años gracias a la aparición de nuevas opciones terapéuticas y a la mejora en las técnicas de seguimiento de la enfermedad, que están permitiendo algoritmos de tratamiento personalizados.
La pequeña Clara, de seis años, fue diagnosticada de una leucemia de alto riesgo y necesita un transplante en la mayor brevedad posible.
Entre 4.500 y 5.000 personas son diagnosticadas cada año en nuestro país con leucemia, un cáncer de la sangre provocado por una interrupción en la diferenciación o una diferenciación aberrante de las células hematopoyéticas, es decir, las células de la sangre con potencial de convertirse en glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas.
La llegada de una enfermedad siempre es un golpe duro de digerir. Pero, cuando se trata de niños, entonces, es caso aparte. Mía tiene tan solo dos años y la vida se ha encargado de darle ya el primer golpe, aunque ella es toda una guerrera.
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