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Pedro Sánchez acaba su mandato como lo empezó: mintiendo. Por eso no se entiende que achaque a los demás lo de mentir. Bien es verdad que él no miente, solo cambia de opinión. Me recuerda aquel dicho de la mili sobre los veteranos: «el veterano no duerme, descansa».
Israel se sumó esta semana a España, Francia, Estados Unidos y demás países de diplomacia soberana de todo el mundo, para reconocer los derechos de Marruecos a su ancestral Sahara. De acuerdo a un comunicado difundido esta semana por fuentes oficiales del Reino de Marruecos "el Rey Mohammed VI, ha recibido una carta del Primer Ministro del Estado de Israel, Su Excelencia el Sr. Benyamin Netanyahu".
El problema del Sahara,se va desvaneciendo como las hojas secas de un árbol viejo en invierno. En la segunda década del tercer milenio, pocos "enterados" tienen ya el valor de defender las caducas fronteras impuestas por un imperio como el español, donde una dictadura aliada del Eje y que reinstauró una monarquía ya a finales del siglo XX, pretendió dibujar fronteras sobre el mapa de África.
Ante las próximas elecciones y sus eventuales efectos, y sin perjuicio de elaborar después mi habitual balance sobre nuestros contenciosos y diferendos, los seis, los contenciosos de Gibraltar, el Sáhara, y Ceuta y Melilla, más los diferendos, Las Salvajes, Olivenza y Perejil, según mi clasificación no discutida, y no habiendo necesidad de reiterar porque lo he hecho 'ad nauseam' administrativa, mi condición de primer espada en tan trascendente materia.
De la mano incansable en la promoción de Ceuta de José María Campos, con mi esposa María Eugenia Vexenat, las parejas diplomáticas que siempre están ahí, y con Javier Jiménez-Ugarte, uno de nuestros más sobresalientes diplomáticos, hemos asistido a la exposición La obra de Mariano Bertuchi en la historia del Protectorado, en el Instituto de historia y cultura militar, en Madrid.
No puedo comprender como hay personas tertulianas, periodistas y otras, que se extrañen de que haya gente que se crean las cosas que dice Pedro Sánchez. Lo último es que “le ha cogido con los deberes hechos” al oír que se deben aumentar las penas a los malversadores en todos los países que forman la unión europea, justo lo contrario de lo que él ha hecho, mintiendo un vez más al modificar la ley diciendo que era para igualarse a Europa.
Centenares de víctimas del volcán de la Palma siguen sin casa. Han pasado 18 meses y el mentiroso presidente no deja de jugar con la salida al mercado de viviendas que están ‘okupadas’ o no existen o siguen a medio construir o simplemente están los terrenos «en casa Dios» o «donde Cristo perdió la boina» antes de predicar. Para él la mentira es el pan nuestro de cada día.
A lo largo de esta legislatura las dos cartas de Sánchez que han provocado un profundo malestar en la clase política y empresarial española han sido, por un lado, la que dirigió personalmente al Rey Mohamed VI y que solo ha beneficiado a los intereses de Marruecos, y por otro la que, a través de la Secretaría de Estado de Economía, hizo llegar a la empresa Ferrovial.
La catalogación del Estatuto de Territorios no Autónomos como potencial amenaza para Ceuta y Melilla, arrancaría del diplomático Francisco Villar, que después fue representante permanente ante Naciones Unidas, en su bien trabajado libro El proceso de autodeterminación del Sáhara, de 1982, tan utilizado por mí, y yo la he venido recogiendo como demandan la profesionalidad y a título cautelar, la oportunidad.
Tal vez lo primero que se requiera para aproximarse a nuestro contencioso más complicado, sea la consideración certera de la contraparte, sobre la que, cuando se plantea el tema, se viene repitiendo de manera reiterativa, inercial su carácter moderno, sólo existe desde 1956, lo que siendo exacto desde la técnica política como entidad estatal, no pasa de descriptivo a efectos contenciosos.
He escrito numerosas páginas sobre la diplomacia secreta, sobre su teoría y práctica, en publicaciones clásicas o en otras menos publicitadas, acerca de esa institución fundamental y casi consustancial a la diplomacia que tanto fascinaba a Cambó, muerto a causa de una vacuna para la fiebre amarilla mal puesta, ahora que estamos en época de pandemias, uno de nuestros catalanes más cultos.
Bajarse al moro es una película española argumentada sobre una obra de teatro de José Luis Alonso de Santos de 1985. Utilizo el título porque me parece muy ilustrativo en relación con los comentarios que me sugieren este nuevo sainete en el que el gobierno de Sánchez viene convirtiendo las relaciones entre España y Marruecos.
En cualquier país, la bandera es un símbolo poco menos que sagrado. Simboliza el compendio de su historia, de su ser y su sentir, su identidad y sus raíces, lo que une a todos sin distinción. Por eso, generalmente, en todas partes es amada y respetada. Bueno, en todas partes menos algunas excepciones como las comunidades autónomas vasca y catalana de España, en las que una parte de la sociedad, la odia y la ultraja impunemente.
Cuando en Mayo del 2021 se produjo el asalto de ocho mil personas a la frontera de Ceuta, de las que aproximadamente 800 eran menores, resultaba evidente que se trataba de una operación de asedio orquestada desde Marruecos como respuesta a la torpe y chapucera acogida del líder del Frente Polisario Brahim Ghali. Se abrió con Marruecos una crisis diplomática sin precedentes, que provocó la retirada de la embajadora en Madrid, Karima Benyaich.
Cuando en el mes de Septiembre, la ex ministra del Gobierno de España María Antonia Trujillo, afirmó en Tetuán que las ciudades de Ceuta y Melilla “suponen una afrenta a la integridad territorial de Marruecos y son vestigios del pasado que interfieren en sus relaciones con España”, confieso que sentí un sobresalto emocional como melillense y como representante político de Melilla en las Cortes Generales y en el Parlamento Europeo.
Llevo tiempo citando dos axiomas míos, uno político y otro diplomático, que constituyen una diarquía básica en el accionar nacional: “A pesar de contar con unas credenciales impresionantes o quizá por eso mismo, España a veces parece tener más dificultades que otros países similares no ya para gestionar sino incluso para definir y hasta para identificar, para localizar el interés nacional”.
Es muy común que los españoles visiten otros destinos europeos, pero hay que recordar a nuestro vecino marítimo (y terrestre contando Ceuta y Melilla) que es Marruecos. Para realizar un viaje como este convendría estar bien preparado financieramente hablando, y una vez tengas el dinero, ¿por qué no visitar Marruecos?
Hasta que España no resuelva o al menos encauce adecuadamente su en verdad harto complicado expediente de litigios territoriales, no volverá a ocupar en el concierto de las naciones el lugar que corresponde a la que fue primera potencia a escala planetaria y cofundadora del derecho internacional al más noble de los títulos, la introducción del humanismo en el derecho de gentes.
Marruecos recibió 346 millones en el marco del presupuesto comunitario anterior. La necesidad de incrementar los fondos europeos para conseguir una migración "ordenada y justa" desde los países de África fue expresada por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
La reivindicación marroquí sobre los territorios hispánicos en el norte de Africa forma parte perenne y programática del ideario alauita. Es histórica e imprescriptible. No va a extinguirse nunca en horizontes contemplables. Esa es la certeza de técnica diplomática bilateral en el contencioso más complicado que tiene España.
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