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El inefable, inenarrable e indescriptible Zapatero promulgó la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura después de tan nefasta guerra, pero poca atención o ninguna dedica en ella a los masacrados durante la Segunda República.
Lo peor es querer olvidar por desprecio, por acuerdos políticos y porque, para algunos, las personas en las nuevas sociedades son utensilios de usar y tirar. Una sociedad con memoria podrida, sólo recuerda lo que interesa a sus gobernantes. Creo que nuestro pasado es el presente para muchos. Si olvidamos la historia, el presente es frío, sin sentimientos, indiferente... Así no merece la pena vivir
La situación de nuestro país no ha cambiado, incluso ha empeorado, y hay empeñados en ir haciendo desaparecer nuestra historia, nuestra memoria. Recordar una de nuestras mejores historias cada cien años, máxime cuando los niños no la conocen en la escuela, me parece fatal. Menos mal que hasta ahora en Granada celebramos el dos de enero de cada año el día de la toma, aunque cada vez con más contradictores.
Levantaron nuestra España a base de esfuerzo, trabajo, renuncia, silencio, comprensión y sobre todo evitando una memoria oscura llena de odios y venganzas multicolores. Lloraban por la noche para que nosotros no sufriéramos.
Estoy totalmente de acuerdo con la Ley de Memoria histórica, siempre que se aplique a todos los de uno y otro bando de los que lucharon en la Guerra Incivil, no solo los de la guerra sino también de los que perecieron desde el año 1931 que murieron en muchos casos por el odio, la envidia o el rencor de los republicanos, No olvidemos que fueron ellos los que inventaron loas “paseíllos”, los tiros en la nuca y el abandono de los cadáveres en los caminos.
Los Socialistas únicamente se han preocupado de reivindicar a los militantes de la Izquierda; los que fueron eliminados y no pertenecían a esta ideología política no había que tenerlos en cuenta ni mantener su recuerdo.
Esa es la justicia de la Izquierda, para esta tendencia política sólo cuentan los que la practican, el resto, con no mencionarlo es suficiente.
He esperado a que pasara el 1 de abril, día nombrado por toda la prensa en general como el día de la paz. Que pocos periodistas se han planteado la realidad, salvo aquellos que están al servicio de los sentimientos triunfales del fascismo, esos que siguen haciendo valer el refranero español sin olvidar que “Mientras vive el vencido, venciendo está el vencedor”.
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