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No parece que hayamos iniciado el año con buen pie. Una vez agotada la atención de los medios de comunicación en el volcán de la isla de La Palma y en los graves perjuicios que su larga actividad ha originado en las viviendas, colegios, plataneras o en la vida de sus habitantes, se ha producido un apagón informativo y el volcán ha dejado de existir.
La aparición del miedo se produce por motivos exógenos o endógenos. Como todas las cosas de la vida. Se llega a esta situación tan sumamente desagradable y turbadora por la percepción de un peligro real o imaginado, o cuando nace de uno mismo el miedo al pasado, al presente o al futuro.
A lo largo de los casi dos años transcurridos desde que descubrieron la presencia del virus Covid-19 en nuestro país, se han venido produciendo diversas alternativas en nuestro ánimo. Desde los sanitarios, los investigadores, los políticos y los medios de difusión se han enviado constantemente mensajes. Unos de ánimo, otros de esperanza y, los más, de advertencias contradictorias nacidas de la ignorancia, el autobombo y las ganas de “empreñar”.
El pasado lunes con menos pompa y boato que en el resto de ocasiones se celebró el 43 aniversario de la Constitución, un texto legal que los que ahora se envuelven en los artículos que les interesan del mismo mientras olvidan los referidos a los derechos fundamentales de los españoles votaron en contra aquel 6 de Diciembre de 1.978, a pesar que entre los ponentes constituyentes estaba un firme defensor del franquismo como Manuel Fraga Iribarne.
Más de 30 expertos en Inteligencia Artificial, profesionales sanitarios y divulgadores de salud han constituido el primer grupo de trabajo multidisciplinar basado en la tecnología para luchar contra los bulos de salud en español, el Hub eSalud sin Bulos. Está impulsado por el Instituto #SaludsinBulos, que mantiene acuerdos con más de 70 organizaciones científicas y tecnológicas contra los bulos de salud y forma parte de la Alianza contra los Bulos en Vacunas.
Mientras las cosas nos iban relativamente bien, y el crecimiento económico iba viento en popa, daba la impresión de que así seguiría indefinidamente para garantizar la felicidad. El Covid-19 nos ha abierto los ojos haciéndonos ver la realidad: el ser humano es un dios con pies de barro, incapaz de afrontar la adversidad con entereza y serenidad. El descubrimiento nos asusta.
La paz es una cualidad difícil de ver y sentir en la actualidad, en un momento en donde gran parte de lo que vemos y escuchamos se relaciona con lo difícil que es morir. Ayer me enteré de que alguien conocido, cercano, había muerto. Uno más a la lista. En esta pandemia hemos visto a la gente morir, ha sido algo más público, aunque bien sabemos que la gente moría antes y morirá después, incluyéndonos. Una realidad que es difícil aceptar.
Esta vez la historia evoluciona hacia algo más terrenal, y podriamos decir "tangible", como la brujería y los ritos satánicos de manos de una intrusa en la cinta. Nada nuevo pero sí para quienes estamos acostumbrados a los sustos de monjas y el terror empoderado en la cara de una Vera Farmiga que, si bien esta correcta, se mantiene lineal y no aporta mayor emoción de la que su marido nos ofrece en unos papeles que les empiezan a pesar.
Cada mañana, se levanta una brisa algo cansada, te dan ganas de volver a respirar. Pero tienes miedo, miedo de volverte a caer, y no poderte volver a levantar.
Vamos a ver, aquí solo hace falta tener clara una casa: Mando yo. Eso sí, podemos gestionarlo de dos maneras. En la primera yo hago como que miro a otro lado, y vosotros vivís como si manejarais vuestra vida.
La Filmoteca vuelve a abrir las puertas el próximo jueves 25 de junio para cerrar una temporada que se vio truncada a mediados del mes de marzo por la emergencia sanitaria.
Supongo que me sucede lo mismo que a la mayoría de ustedes. Todos tenemos miedo al dolor y a lo desconocido. Los medios de comunicación tampoco nos ayudan demasiado.
“La vida real es horrible. Mi padre hacía terror estéticamente bonito, pero el mundo es realmente feo, peor que una película de terror. He visto cien veces la película de mi padre Profundo rosso y sigo chillando, pero lo que es realmente horrífico es hacia dónde va el mundo. Parece que al poder le interese que la gente tenga miedo, porque paraliza y es una manera de controlarnos” (Asia Argento, actriz).
Lluvias torrenciales que acaban en inundaciones, sequías extremas, subida de temperaturas que hacen que se batan récords son algunos de los resultados del cambio climático.
Esteban Linés entrevista a Kiko Veneno, cantante. Le pregunta: ¿Cuáles son los temas subyacentes en las diez piezas del álbum? El artista responde: “El miedo lo es uno de bien claro. En una canción como Yo quería ser español, hago referencia a algunas compañías de telefonía o de seguridad que inculcan el miedo en la gente de la calle para que gaste.
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