| ||||||||||||||||||||||
"The Last Letters" de Jesús S. Rodríguez no es solo un libro, es un descenso a los abismos más oscuros del alma humana. A lo largo de sus 12 relatos, Rodríguez demuestra una maestría inigualable al canalizar las influencias de gigantes del terror como Ramsey Campbell, Brian Lumley y T.E.D. Klein.
Corren tiempos difíciles. Estamos rodeados por amenazas de todo tipo que te hacen temer por el futuro de los tuyos y de la humanidad entera, a corto, medio o largo plazo. Suenan tambores de guerra en países cada vez más cercanos, enfrentamientos diarios entre nuestros políticos, persiste el paro y la pobreza, cada día hay más viviendas turísticas y menos en alquiler, etc., etc.
El miedo no puede ser caracterizado como una sensación que avanza solamente sobre gente pusilánime o medrosa. La historia de la humanidad, por el contrario, es capaz de mostrarnos un hilo conductor donde el miedo se expresa en función de ciertos elementos de control social y disciplinamiento que perturban la vida de los habitantes del planeta y articulan las distintas formas de organización social.
Describe y refiere Elvira Roca Barea, en 'Las Brujas y el Inquisidor', sucesos y disputas tangentes al brote de brujería de Zumarragurdi, acaecido a principios del siglo XVII. Resalta, en la narración, la discordancia entre el inquisidor español, amparado por el mandamás de la Suprema y por algún obispo asimismo escéptico, y el encargado de la instrucción de casos similares en Francia.
Según Alexis Racionero, “desde el punto de vista de la filosofía oriental, la raíz de todo miedo es la dependencia. Es esencial podernos liberar del miedo y por esto tenemos que desprendernos de toda clase de dependencia. Tenemos miedo porque tememos perder alguna cosa. Si relativizamos la importancia, los temores se reducen.
Te acercas al borde de un abismo, está muy alto y piensas que será fácil deshacerte de este débil cuerpo, deshacerte de este mundo terrenal donde la vida es demasiado complicada, un mundo en el que es imposible sentir ese flujo maravilloso de energías que nos regala el universo; pero entonces… un pie resbala, pierdes el equilibrio, y luchas por tu vida para salvarte y no caer a ese abismo en el que segundos antes estabas tan segura de desear sumergirte.
Rondaba, rondaba por el mundo sin ser capaz de ver su reflejo, de ver aquello en los que se había convertido; lo había invadido todo, todo lo que lo rodeaba igual que una carroña en tierra de nadie, en poco tiempo había vuelto todo cenizas. No te confundas; el miedo no es algo etéreo que sin ningún poder de incidencia se va cruzando con gente inmune a él; las emociones se hacen carne.
El TOC o Trastorno Obsesivo Compulsivo es un trastorno relacionado con problemas de ansiedad que afecta a muchas personas en nuestro país. Este trastorno se manifiesta a través de la aparición de pensamientos recurrentes, ideas, imágenes, impulsos obsesivos e intrusivos que la persona no puede controlar y que les genera gran malestar y rechazo a nivel mental y emocional.
Cuando somos pequeños, tenemos monstruos bajo nuestra cama o dentro de nuestro armario, sin embargo, cuando crecemos, dejamos de creer en esos monstruos que nos aterraban y causaban insomnio. Pero ahora también tengo noches de insomnio, ya no miro bajo la cama ni en el armario, miro al mundo real y, a veces, corro a esconderme.
¿Por qué lo que sucede en Ucrania nos impacta más que lo que ocurre o ha ocurrido en otros lugares como Siria? Las consecuencias trágicas son las mismas: muertos, heridos, refugiados y, de continuar la invasión, destrucción del tejido productivo de un país. No es que seamos mejores o peores por sentirnos más cerca de los ucranianos que de los refugiados en los campamentos de la frontera griega. Se trata de la llamada “jerarquía de la muerte” o “empatía de la distancia”.
No parece que hayamos iniciado el año con buen pie. Una vez agotada la atención de los medios de comunicación en el volcán de la isla de La Palma y en los graves perjuicios que su larga actividad ha originado en las viviendas, colegios, plataneras o en la vida de sus habitantes, se ha producido un apagón informativo y el volcán ha dejado de existir.
La aparición del miedo se produce por motivos exógenos o endógenos. Como todas las cosas de la vida. Se llega a esta situación tan sumamente desagradable y turbadora por la percepción de un peligro real o imaginado, o cuando nace de uno mismo el miedo al pasado, al presente o al futuro.
A lo largo de los casi dos años transcurridos desde que descubrieron la presencia del virus Covid-19 en nuestro país, se han venido produciendo diversas alternativas en nuestro ánimo. Desde los sanitarios, los investigadores, los políticos y los medios de difusión se han enviado constantemente mensajes. Unos de ánimo, otros de esperanza y, los más, de advertencias contradictorias nacidas de la ignorancia, el autobombo y las ganas de “empreñar”.
El pasado lunes con menos pompa y boato que en el resto de ocasiones se celebró el 43 aniversario de la Constitución, un texto legal que los que ahora se envuelven en los artículos que les interesan del mismo mientras olvidan los referidos a los derechos fundamentales de los españoles votaron en contra aquel 6 de Diciembre de 1.978, a pesar que entre los ponentes constituyentes estaba un firme defensor del franquismo como Manuel Fraga Iribarne.
Más de 30 expertos en Inteligencia Artificial, profesionales sanitarios y divulgadores de salud han constituido el primer grupo de trabajo multidisciplinar basado en la tecnología para luchar contra los bulos de salud en español, el Hub eSalud sin Bulos. Está impulsado por el Instituto #SaludsinBulos, que mantiene acuerdos con más de 70 organizaciones científicas y tecnológicas contra los bulos de salud y forma parte de la Alianza contra los Bulos en Vacunas.
Mientras las cosas nos iban relativamente bien, y el crecimiento económico iba viento en popa, daba la impresión de que así seguiría indefinidamente para garantizar la felicidad. El Covid-19 nos ha abierto los ojos haciéndonos ver la realidad: el ser humano es un dios con pies de barro, incapaz de afrontar la adversidad con entereza y serenidad. El descubrimiento nos asusta.
La paz es una cualidad difícil de ver y sentir en la actualidad, en un momento en donde gran parte de lo que vemos y escuchamos se relaciona con lo difícil que es morir. Ayer me enteré de que alguien conocido, cercano, había muerto. Uno más a la lista. En esta pandemia hemos visto a la gente morir, ha sido algo más público, aunque bien sabemos que la gente moría antes y morirá después, incluyéndonos. Una realidad que es difícil aceptar.
Esta vez la historia evoluciona hacia algo más terrenal, y podriamos decir "tangible", como la brujería y los ritos satánicos de manos de una intrusa en la cinta. Nada nuevo pero sí para quienes estamos acostumbrados a los sustos de monjas y el terror empoderado en la cara de una Vera Farmiga que, si bien esta correcta, se mantiene lineal y no aporta mayor emoción de la que su marido nos ofrece en unos papeles que les empiezan a pesar.
Cada mañana, se levanta una brisa algo cansada, te dan ganas de volver a respirar. Pero tienes miedo, miedo de volverte a caer, y no poderte volver a levantar.
Vamos a ver, aquí solo hace falta tener clara una casa: Mando yo. Eso sí, podemos gestionarlo de dos maneras. En la primera yo hago como que miro a otro lado, y vosotros vivís como si manejarais vuestra vida.
|