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A esto dice el presidente, que las intensas reuniones, dan muchas preocupaciones, que afectan a cuerpo y mente. Y es que resulta frecuente, que, en esas largas jornadas, se sientan grandes punzadas y esfínteres aturdidos, que dejan a los reunidos al borde de las arcadas.
En el ecuador de su legislatura, el Presidente del Gobierno habría encarado un inesperado cisne negro que podría haber acabado con sus días de vino y rosas en la Moncloa. El término “cisne negro” designa a un acontecimiento inesperado e impredecible que produce consecuencias a gran escala y que es explicable solamente a posteriori y en este caso, ese cisne negro habría adoptado la forma de una trama endógena para descabalgarlo del poder.
Estamos gobernados por el Gobierno de Coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Un gobierno, hecho a medida en beneficio de ambos y utilizado por los dos, que deteriorar la figura Presidente de Gobierno. Hasta dónde no estaba escrito, hasta ahora, pero acaba de escribirse. En Montauban, al sur de Francia.
Con carácter de urgencia quieren seguir imponiendo la ideología de género. No solo hombres y mujeres sino también hombres que deciden ser mujeres o mujeres que deciden ser hombres. Con estas modificaciones cada vez quedarán menos para seguir poblando el planeta.
En pleno temporal y sin ventisca, las pisadas en la nieve dejan huella. En Atapuerca Manuel Ríos San Martín ambientó e hizo que sus personajes y lectores siguieran ‘La Huella del mal’. También recordó la frase de Joseph Conrad “La creencia en una fuente sobrenatural del mal no es necesaria, el hombre por sí mismo es muy capaz de cualquier maldad”.
Hace una semana tratábamos los tres síndromes que atenazan al presidente Sánchez. Hablábamos del llamado síndrome de Estocolmo, del de Medea y del síndrome de Diógenes. Pero de todos ellos es este último el que más me preocupa porque ya no tengo dudas.
El Gobierno ha fracasado en su cometido de luchar contra el Covid19. Nunca tanto incompetente hizo tanto daño a una sociedad. Transcurridos más de dos meses desde que se sabía del peligro del virus, comprobamos que también ha fracasado el factor humano. Su ineptitud, improvisación, arrogancia y negligencia han sido el factor común de un Gobierno que ya está amortizado para la ciudadanía.
En estos últimos días me ha llamado la atención la «moda» de felicitar las fiestas eliminando toda referencia a la Navidad. Así se ha hecho desde Moncloa, pero gracias a Dios, y a la tradición y al rigor, no desde la Casa de Su Majestad el Rey.
A buenas horas se le ocurrió a Pedro Sánchez dirimir con las bases de la formación, que a duras penas comanda, el acuerdo de gobernabilidad rubricado junto a Unidas Podemos. El dineral que nos ha terminado costando a los españoles que el presidente en funciones postergase una decisión que había que tomar sí o sí y lo antes posible, parece que las arcas del Estado no lo recuperarán en años.
Recuerdo al actor Fernando Esteso cuando cantaba aquello de “ya estamos metidos en la democracia, a Dios demos gracias”, o algo así. Hoy después del tiempo transcurrido desde la transición pienso, quizás equivocadamente, que la tal democracia ha sido un gran fiasco, especialmente desde que se establecieron las autonomías, cuyos beneficios no veo por ningún lado.
Es curioso que aquellos que más nos hablan de libertad, de opresión, de las leyes abusivas o de las injusticias sociales, en cuanto alcanzan el poder, tienen las manos libres para imponer sus ideas de izquierdas y disponen de los instrumentos legales para llevar a cabo lo que verdaderamente se esconde bajo la apariencia de beneficiar a los menos favorecidos por la fortuna.
“Mira que si hoy Begoña no se pone interesante y ‘villacisca’ el cisco de la villa”. No parecía tener pretensiones adivinatorias o proféticas, pero el mensaje llegó por WhatsApp. Begoña Villacís, después de un tiempo como concejal en el Ayuntamiento de Madrid de Ciudadanos, es la candidata a la alcaldía de Madrid por su formación política.
He de confesar que hace tiempo que me viene rondando la idea de votar en blanco, como reprobación a la iniquidad de la mayoría de los que actualmente se dedican a la actividad política. Cada día me siento más asqueado, no de la política, que es necesaria para la organización de una sociedad.
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