Hoy se encuentra mucha gente,
molesta y desconcertada, por la medida tomada, en Moncloa recientemente. Y es que piensan, francamente, que, siendo tiempos de ahorrar, no debería malgastar el inútil Zapatero, tal cantidad de dinero en algo tan singular. A esto dice el presidente, que las intensas reuniones, dan muchas preocupaciones, que afectan a cuerpo y mente. Y es que resulta frecuente, que, en esas largas jornadas, se sientan grandes punzadas y esfínteres aturdidos, que dejan a los reunidos al borde de las arcadas. Y por ello es confortante, aunque eso cueste un riñón, que hayan dado solución, a cuestión tan importante. Y como hombre de talante, se complace en alabar el hecho de adecentar excusados y retretes para que nobles culetes con calma puedan obrar.
-Primavera 2009-
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