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«¡Qué manera más burda de acosar al juez Peinado que instruye los casos de presunta corrupción, tráfico de influencias y apropiación indebida de Begoña Gómez!» Una sectaria periodista ultra del digital singular, hoja parroquial vendida al poder y siempre mirando a Cuenca, con grandes prebendas para hacer daño a la oposición, no deja de ser cómica y una mofa global.
Edmundo ya está en España. Ahora está obligado a contar con minuciosidad las atrocidades acaecidas en Venezuela, con ello comprobaremos cómo el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Reino de España, José Manuel Albares, ha mentido a los españoles en su intervención ante los medios. Ahí incluyo a la oposición, a los socios de la ultraizquierda y a los panolis del nacionalismo periférico.
Nicolás Maduro empieza a ver las orejas al lobo. Hasta ahora tenía de su parte a los militares, pero cada vez son menos los que apoyan de verdad y, en muchos casos, lo disimulan para evitar castigos y represiones tanto a ellos como a sus familias. De eso sabe mucho Rodríguez Zapatero, a quien las cañas se le han vuelto lanzas y los venezolanos no dudan en insultarlo cada vez que aparece. Zapatero ha pasado de la torpeza al desprecio en un abrir y cerrar de ojos.
Quienes nacimos en los años 30 del pasado siglo, podemos dar testimonio de múltiples vivencias, de orden político, social, cultural y económico, y opinar con conocimiento de causa y absoluto rigor sobre lo verdaderamente ocurrido en cada momento de esta singladura que está a punto de alcanzar, como es mi caso, los 90 años.
Escuchar, sin abochornarse, los comentarios que se realizan en TV, canal nacional, sobre la realidad de Venezuela, provoca vergüenza, desprecio y, sobre todo, asombro de cómo personas, entendemos preparadas, progresistas de nombre, pueden transformarse y convertir la mentira en verdad, el dolor al pueblo, en medidas por la paz social.
Pido disculpas por el título, pero no es un error. No he querido escribir mediador, que es lo que Zapatero dice que es. Pero sí he utilizado las mismas letras colocadas en otra disposición para definirlo. Porque Zapatero es un siniestro personaje que, después de dejar a España hecha unos zorros, presta ayuda a un mandatario que tiene a su país (Venezuela) al borde del descalabro total.
Estoy de acuerdo con la crítica “motivada”, “razonada”, “justificada”. El señor Zapatero, expresidente de España, cuya cualidad destacada, por ese motivo, debería ser la prudencia, la ecuanimidad y jamás, pienso yo, el azuzar la calle, el empujar ideológicamente al pueblo y arrastrarnos al enfrentamiento.
Casi veinticinco años hace que los españoles, atónitos e incrédulos, como si se tratase de una mala pesadilla, y sin terminar de creerlo, estamos siendo testigos del desguace creciente de España. Concretamente desde el 22 de julio de 2000, fecha en la que José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido secretario general del PSOE.
El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero acaba de reivindicar a RTVE como “uno de los pilares de nuestra democracia”. Ha dicho que defiende una «Corporación libre, independiente y fuerte» porque “los medios públicos están llamados a ser una defensa activa de la democracia”.
Andaba enfrascado en una conversación de Whatsapp con un buen amigo, columnista como yo, sobre los estrambóticos vaivenes de la investidura del próximo presidente del gobierno cuando, como consecuencia de mis lamentos de incomprensión y asombro ante el espectáculo que rodea a la actual coyuntura política, me respondió con un argumento tan sutil como cierto: “España ha cambiado, Jorge”.
Afirmaba Rodríguez Zapatero en un mitin, durante la reciente campaña electoral, que “"el infinito es el infinito; el universo es infinito muy probablemente. No cabe en nuestra cabeza imaginarnos cómo es el infinito"; aseveraba asimismo que "pertenecemos a un planeta, la Tierra, y a una especie que es absolutamente excepcional" y que:” somos el único sitio del Universo, del Todo, si es que podemos concebir el todo, donde se puede leer un libro y se puede amar".
Patrones estadísticos históricos y análisis de las propuestas electorales de los cuatro grandes partidos nacionales que concurren a las elecciones generales del 23 de julio y cómo éstas pueden afectar a una serie de sectores empresariales cotizados en Bolsa. Este es el contenido clave que XTB ha recopilado y analizado en su informe sobre el ‘Impacto en Bolsa de las elecciones generales de 2023’.
La transición española fue un proceso histórico que permitió el paso sin traumas de una dictadura a una democracia. Sin embargo, en los últimos años, los partidos nacionalistas y la izquierda radical, han cuestionado la legitimidad de este proceso, acusándolo de ser una farsa o una traición. Estos intentos de deslegitimar el espíritu de la transición se basan en argumentos falaces, sesgados, incompletos o tergiversados.
Durante su gobierno, Zapatero declaró en el Parlamento que “muchos de los objetivos y de las grandes aspiraciones de la II República están plenamente vigentes”, y que “es un buen recordatorio para saber que la España de hoy mira a la España de la II República con reconocimientos y con satisfacción y orgullo por ver lo que hemos sabido hacer entre todos en esta etapa constitucional”.
Todo iba sobre ruedas, desde aquella transición, que nos “tocó” el corazón con sentimiento filial.
Cuando el Gobierno de una nación se consigue con un fin personalista, adornado con bandera de partido, puede que dé resultado si la “realidad social” hace reflexionar, de forma justa y objetiva, aunque se sigan guardando los intereses. La conciencia es esclava de la voluntad de poder y del ansia de llegar a lo más alto posible en la pirámide social.
No, amigo lector, no me he confundido; no he querido decir “la Memoria Histórica” y sí La Memoria Histriónica, pergeñada por dos obscenos histriones. Antes de continuar, quiero recordarles que un histrión, según acabo de leer, “es un ser que teatraliza las emociones con cambios emocionales bruscos.
El inefable, inenarrable e indescriptible Zapatero promulgó la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura después de tan nefasta guerra, pero poca atención o ninguna dedica en ella a los masacrados durante la Segunda República.
A esto dice el presidente, que las intensas reuniones, dan muchas preocupaciones, que afectan a cuerpo y mente. Y es que resulta frecuente, que, en esas largas jornadas, se sientan grandes punzadas y esfínteres aturdidos, que dejan a los reunidos al borde de las arcadas.
El ‘Doctor’ Sánchez ya es un experimentado dañino de España en el exterior y para ello se ayuda de inexpertos comodines como la desnortada ministra, González Laya. Es un hecho que la imagen de nuestra diplomacia y el peso político de Sánchez están en el peor momento de la era democrática, incluso peor que cuando Zapatero acudía a las reuniones de la Unión Europea y, mientras todos negociaban, él sesteaba dando cabezazos en el sillón.
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