No, amigo lector, no me he confundido; no he querido decir “la Memoria Histórica” y sí La Memoria Histriónica, pergeñada por dos obscenos histriones. Antes de continuar, quiero recordarles que un histrión, según acabo de leer, “es un ser que teatraliza las emociones con cambios emocionales bruscos; se siente incómodo si nos es el centro de atención; es provocador y utiliza su aspecto físico para presumir; habla de manera genérica, exagerada y subjetiva, sin dar detalles ni matices, y cree que sus relaciones con otras personas son más íntimas de lo que realmente son”.
El primero fue el infame Zapatero, el de las rotondas, que dejó a España con un montón de parados y la economía por los suelos. Él fue el precursor de esa patraña titulada memoria histórica que es un bodrio infumable. Y, para desgracia nuestra, cuando llegó el cateto Sánchez la volvió a “refrescar” para demostrar que es un auténtico dictador. Con el comportamiento de estos dos tipejos, España ha perdido prestigio en el panorama internacional hasta el punto de que ni en Europa ni en los Estados Unidos somos nadie.
Fíjense que, en los dos intentos de encuentro del plagiador con el presidente estadounidense, éste se despachó concediéndole un total de 83 segundos (el primer encuentro fue de 29 segundos y el segundo de 54 segundos). Pero, eso sí, de pie y caminando por un pasillo. ¡Con dos pares! ¡o tres!
Pues, con este tío, por desgracia, podemos estar hasta no saber cuándo, porque en nuestra querida patria, los mal llamados “progresistas”, por ejemplo, forman la marimorena cuando en tiempos de Rajoy subió un 8% el precio de la luz y ahora, en tiempos de Sánchez, soportan sin rechistar ¿y complacidos? que suba el 120%, o lo que es lo mismo, 15 veces más. Y aguantan, además, que este histrión gobierne con proetarras, marxistas, separatistas y demás gentuza que pretenden destruir nuestra convivencia e instalar una dictadura comunista.
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