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El ser humano, cuando comienza a perder la memoria, a olvidar los momentos importantes de su vida, a no recordar muchos momentos de la historia..., cuando, en un silencio, cercano al aislamiento, su soledad se convierte en su único amigo... en ese momento el ser humano, pierde su esencia y sólo sus convicciones internas, últimas en desaparecer, le mantendrán, aunque sólo sea para ver y no sentir.
Parece que en el mundo se está desarrollando un aborregamiento social intransitorio o quizás estamos sufriendo una pandemia de miopía social preocupante, posiblemente como consecuencia de una falta de valores, de principio, de inteligencia y de cuidado a la frágil figura de la libertad y el respeto.
Soy de los que estudiaron de pequeños Enseñanza primaria, todavía no se había puesto en práctica las leyes posteriores como la EGB y las siguientes, pero desde muy pequeño me enseñaron que la mentira era intrínsecamente malvada y que el demonio era el padre de ella.
Cuando la soledad se hace mayor va dibujando senderos llamados “diarios de los no aconteceres”. De vez en cuando se cruza en el camino una soledad, como todas, pero con ilusión. Esa soledad “saluda”, “pregunta”, “comenta”, “ríe”... nunca añora... sólo desea saludar.
Tanto hidalgo, ¿para qué? ¿Para qué envolverse en la bandera de Andalucía la derecha conservadora y nostálgica? ¿Qué puede estar fraguándose detrás de ese espejo cóncavo de la política con lluvia de banderazos? ¿Qué embriagadores subterfugios al olor de tomillo y romero desprenden? Algo huele a chamusquina.
Nadie puede pensar que este enorme despilfarro que Pedro Sánchez está llevando a cabo se puede mantener sin que existan importantes grupos económicos, masones, grandes capitalistas interesados en debilitar a Europa, como el señor George Soros el financiero y sus redes de influencia que en un estudio de los periodistas Castro y Ferrer desvelan el papel que este señor tuvo en el 2017, en los acontecimientos que condujeron al referéndum ilegal del 1º de octubre.
Aquí no venimos a que nos conteste, venimos a preguntar. La ministra de Igualdad de UP, a pesar de todo, lo mismo hasta viene. La densidad de corbata por metro cuadrado en la extrema izquierda marca la sumisión a Pedro Sánchez, sin consideración al invierno, ni al cambio climático. Se besan mucho e igual, pero la diferencia entre Podemos y +Madrid es su condición urbanita.
Estos días son propicios para que cualquier corazón justo reviente ante tanta miseria de “memoria histórica a la medida”. Para colmo, a ese mediático título le quieren “lubricar” añadiéndole el apellido “democrática”.
Empeño vano, absurdo, desfasado y provocador de insistir en sacar a relucir una vez y otra la guerra civil de 1939, como medida para atacar a una derecha supuestamente “peligrosa”, “golpista”, “extremista” y “revolucionaria” por parte de aquellos partidos que se sienten lacerados, humillados, rencorosos y, en definitiva, temerosos de que pudieran surgir de nuevo quienes recobraran el espíritu de aquellos tiempos.
Escribió Montesquieu al hablar de Roma, que cuando las legiones romanas cruzaron los Alpes y el mar, durante campañas de conquista, los generales que ocupaban los países sometidos sentían su propia fuerza y dejaban de obedecer las órdenes de Roma. Con esa dinámica, era frecuente que al volver de sus victoriosas campañas, los generales regresaran para asumir como emperadores.
Dicen que la historia la escriben los ganadores. Yo añadiría que, posteriormente, cuando pueden, la reescriben los perdedores. Estimo que ambas partes carecen de una visión objetiva. Sus protagonistas viven obcecados por un subjetivismo extremo y sus descendientes enturbian su conocimiento con las deformaciones transmitidas desde una visión parcial e interesada.
Con el título de este artículo no pretendo iniciar un canto al futuro de la humanidad y mucho menos la recuperación de un humanismo que se nos han escamoteando con todo cinismo y crueldad, la partidocracia que desgobierna nuestra sociedad y así poder explotarla con más ahínco, convirtiéndola en una complicándola tragicomedia.
No, amigo lector, no me he confundido; no he querido decir “la Memoria Histórica” y sí La Memoria Histriónica, pergeñada por dos obscenos histriones. Antes de continuar, quiero recordarles que un histrión, según acabo de leer, “es un ser que teatraliza las emociones con cambios emocionales bruscos.
La defensa de la igualdad es una causa universal que nos ha de mover y nos debe inspirar para promover una sociedad sin discriminación entre hombres y mujeres. Una sociedad más digna y, por tanto, más justa y para ello es imprescindible que la Memoria Histórica también sea igualitaria y no sólo se vista de colores.
Sólo las personas que observan , reflexionan, y la “convivencia social” es su principio fundamental, memorizan la historia. Sólo las personas que han conseguido lo que tienen a base de ilusión, de esfuerzo y corrección del pasado, encontrarán un futuro mejor. Sólo aquellos que saben escuchar y comprobar objetivamente, serán ellos en libertad.
Fue consagrado como el ídolo de los oficiales que habían ganado la guerra contra Bolivia, y eso le valió ser convocado para presidir provisionalmente la República del Paraguay en 1936. No se menciona con frecuencia, pero no fue parte de un golpe militar, dado que había sido expulsado del país y se encontraba en Argentina cuando lo convocaron para asumir la presidencia.
El inefable, inenarrable e indescriptible Zapatero promulgó la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura después de tan nefasta guerra, pero poca atención o ninguna dedica en ella a los masacrados durante la Segunda República.
Lo peor es querer olvidar por desprecio, por acuerdos políticos y porque, para algunos, las personas en las nuevas sociedades son utensilios de usar y tirar. Una sociedad con memoria podrida, sólo recuerda lo que interesa a sus gobernantes. Creo que nuestro pasado es el presente para muchos. Si olvidamos la historia, el presente es frío, sin sentimientos, indiferente... Así no merece la pena vivir
La situación de nuestro país no ha cambiado, incluso ha empeorado, y hay empeñados en ir haciendo desaparecer nuestra historia, nuestra memoria. Recordar una de nuestras mejores historias cada cien años, máxime cuando los niños no la conocen en la escuela, me parece fatal. Menos mal que hasta ahora en Granada celebramos el dos de enero de cada año el día de la toma, aunque cada vez con más contradictores.
Levantaron nuestra España a base de esfuerzo, trabajo, renuncia, silencio, comprensión y sobre todo evitando una memoria oscura llena de odios y venganzas multicolores. Lloraban por la noche para que nosotros no sufriéramos.
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