Quienes nacimos en los años 30 del pasado siglo, podemos dar testimonio de múltiples vivencias, de orden político, social, cultural y económico, y opinar con conocimiento de causa y absoluto rigor sobre lo verdaderamente ocurrido en cada momento de esta singladura que está a punto de alcanzar, como es mi caso, los 90 años. Pues, desde esta perspectiva, quisiera dejar claro, sobre todo a mis nietos y bisnietos, que la etapa actual es la de más preocupación que he vivido ante un futuro lleno de “ismos” terribles. Porque desde la Constitución de 1978, nunca como ahora se había puesto en cuestión la ruptura de la convivencia en España. Se inició con el traidor Zapatero, que sustentado en el neocomunismo, no dudó en pactar con el catalanismo y el comunismo y firmar acuerdos con los simpatizantes del terrorismo. Y ahora, es cuando llega el principio del fin. El sanchismo, aliado con el separatismo catalán y con todos los demás enemigos de España ha llegado a acuerdos para que en nuestra patria desaparezca la solidaridad y la igualdad y se vayan al garete cuantos valores adornaban nuestras relaciones. Este movimiento al que habría que denominar "canallismo", lo lidera el traidor Pedro Sánchez Pérez Castejón. ¡Ojalá lo pague algún día!
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