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Formalmente conocida como los 'Principios básicos de la política estatal sobre disuasión nuclear', fue firmada por Putin en 2020 y describe cuándo Rusia podría utilizar su arsenal atómico. El documento afirma que “la disuasión nuclear tiene como objetivo proporcionar a un adversario potencial la comprensión de la inevitabilidad de la represalia en caso de agresión contra la Federación Rusa y sus aliados”.
Nos sorprendemos, mejor dicho, se sorprenden porque, en Italia, han ganado los de la derecha, no los de la ultra derecha como se vienen obligados a calificar aquellos que son incapaces de aceptar el que pueda haber una oposición legítima a sus ideas trasnochadas, obsoletas y rancias como son las que defiende el comunismo tipo soviético que algunos insensatos están intentando que vuelva a formar parte de esta vieja Europa.
¡El gran imperio ruso!, con el que sueña Putín, puede que sea ahora el leit motive del que se valga el dictador para convencer al pueblo de que ha llegado el momento de demostrar el poderío del ejército del país.
Estamos en manos de que algún loco que tuviere la tentación de provocar un cataclismo mundial que redujera la humanidad a cenizas.
Dudo de la existencia de un Plan energético serio y riguroso en el Gobierno socialcomunista. Esta gente se mueve por impulsos o empujones, aunque la ministra de Transición Ecológica más parece avanzar a puntapiés, mientras las comunistas podemitas ni siquiera se mueven. Dentro del Gobierno «Frankenstein» hay ministras y ministros que van «a caballo y gruñen»: a pesar de obtener muchos beneficios, los estiman en poco. Cualquier día verán «acabar el aceite». Al tiempo.
Ya ha pasado un mes desde que el 24 de febrero Rusia invadió a su mayor vecino occidental. Hasta ahora no para un conflicto que en cualquier momento va a llegar a generar más de cuatro millones de refugiados. Esto implica que la población que hoy vive en la Ucrania histórica ya se ha reducido a menos de 44 millones de habitantes.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha alertado de que Ucrania pudiese convertirse en el primer escenario de un conflicto atómico, ya sea como diseño o por accidente. Esto último es lo que pasó en abril 1986 con la explosión de la planta nuclear ucraniana de Chernobyl, ubicada al norte de Kiev.
Una tragedia de muerte y destrucción se ha cernido sobre Ucrania, mientras la invasión rusa entra en su segunda semana. La invasión ha matado a miles de personas y ha creado la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Ya son más de un millón los ucranianos que han buscado refugio en Polonia, Rumania, Moldavia y otros países de la región.
Muchos elementos indican que la tragedia de la capital libanesa se produjo por una explosión de unas 2750 toneladas de nitrato de amonio que estaban en un almacén desde hacía un sexenio. Se trata de un material de efectos muy inferiores a los que arrasaron a esas urbes niponas hace tres cuartos de siglo, y miles de veces inferiores a las más sofisticadas nuevas armas termonucleares.
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