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Ya ha pasado la reunión de la OTAN en Madrid que no sabemos si ha servido para algo, pero en la que ha lucido su elegancia y sonrisa el matrimonio Sánchez con todos los visitantes. Para los visitantes ha sido una especie de excursión para disfrutar de las bellezas españolas visitando el Palacio Real, los jardines de la Granja de San Ildefonso e incluso comer en alguno de nuestros museos.
He de reconocer que por primera vez hay algo positivo que agradecer a Pedro Sánchez. España, durante tres días ha sido un escaparate mundial donde ha brillado el buen hacer de una nación con una gran capacidad organizativa, un elevado nivel de seguridad y una envidiable hospitalidad.
Se dice de bien nacidos el reconocer el mérito de quienes, ordinariamente, son objeto de nuestras críticas. No quiero ser menos y, en esta ocasión, le vamos a reconocer a nuestro presidente del gobierno, Pedro Sánchez, el mérito de haber organizado la reunión de los representantes de la OTAN de una manera digna, eficiente, favorable al prestigio de nuestra nación.
Elecciones andaluzas: PP gana. C’s al garete. Vox despechado. Tsunami en el sociocomunismo que gobierna España. Y perplejidad entre los que apoyan y usan al gobierno. Tras el resultado andaluz, cisco incruento, de momento, en la coalición PSOE-UP. Interés discrepante sobreactuado. En la izquierda política, personalismos egoístas, desencuentros, y gorrazos entre todos, algunos sonados y conocidos. Es la realidad previa a la cumbre OTAN, y después.
Defender la soberanía nacional de España -luchar por la independencia nacional de nuestro país- es clave para defender los intereses fundamentales -enel presente y en el futuro- de nuestro pueblo y nuestra nación. Y eso se debe hacer antes y después de cualquier acontecimiento, antes y después de cualquier cumbre, antes y despuésde la actual cumbre de la OTAN en Madrid.
Por desgracia algunos pronósticos fáciles de hacer, se cumplen. No porque los que los hacen sean superdotados o tengan ciencia infusa, sencillamente porque la naturaleza humana tiene sus reglas, sus modelos, sus costumbres tribales y por encima de todo un egoísmo acomodaticio que puede con cualquier otro sentimientos caritativo, solidario, razonable o, incluso, en el caso que nos ocupa, relativo a la supervivencia de la propia UE.
Clase sin proyecto, país sin futuro, sólo sumisión al hegemonismo estadounidense y a otras potencias imperialistas. Esta es la clave del pasado y del presente de España, la renuncia -que la oligarquía española ha decidido- a tener cualquier proyecto de desarrollo propio, a luchar por disponer del más mínimo margen de autonomía. La clase dominante española ha decidido seguir el camino de la absoluta sumisión.
La entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN es un nuevo revés para el régimen de Vladimir Putin en el plano externo, supone un empeoramiento claro de su situación geoestratégica y un resultado diametralmente contrario a su objetivo de invadir Ucrania, que no era otro que impedir una nueva ampliación de la OTAN en sus fronteras.
Tenemos la desagradable sensación de que Europa está perdiendo la iniciativa en el caso de la invasión rusa de Ucrania. Demasiadas discrepancias, una evidente falta de previsión en cuanto a los efectos más directos de este enfrentamiento con los rusos, por lo que respecta a la dependencia, de una parte importante de la UE, del gas y el petróleo que vienen de la nación rusa.
El pasado domingo fue la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia. Unos han respirado satisfechos porque ha vuelto a ganar Macron y ha perdido Marie Le Pen representante de la “peligrosísima extrema derecha” y otros creen que la distancia entre ambos cada vez es más corta por lo que ya falta menos para que desaparezca la V República Francesa y la Unión Europea, que tantas esperanzas despertó, se vaya al traste.
USA, con su brazo armado la OTAN, sigue cometiendo atrocidades donde sus dirigentes consideren, dirigentes que no es el presidente de turno, sino los Trust Financieros, Bancarios, Farmacéuticos, Alimentación…, que apoyan y financian a candidatos en las presidenciales de Estados Unidos.
Si Zelenski no hubiese sostenido tal demanda y hubiese aceptado que Ucrania no iba a ser parte de la OTAN, es probable que Putin no hubiese reconocido la independencia de las dos "repúblicas populares" de los ucranianos ruso-hablantes de Donetsk y Luhansk el lunes 21 de febrero y, sobre todo, ordenado el ingreso de sus tropas a Ucrania tes días después.
Requerido por la prensa sobre el problema ucraniano, el Canciller paraguayo Euclides Acevedo subrayó en una entrevista la importancia de conocer la historia para una aproximación al conflicto que hoy enfrenta a Kiev con la Tercera Roma. Como corresponde a todo profeta que juzga el pasado, para instruir el presente en beneficio del futuro, la historia de la guerra fría registra abundantes referentes Nazis y militares leales a Hitler entre los arquitectos de la OTAN.
Rusia invade Ucrania como forma desesperada para no hundirse en la arrinconada irrelevancia que Estados Unidos y sus aliados le estaban propinando al centrarse en el Indo-Pacífico. Con este propósito, asume el riesgo del aislamiento diplomático, el desgaste económico y la contraproducente estrategia a nivel de seguridad. Todo dentro de una reacción más fuerte de lo esperado: la resistencia ucraniana y la presión internacional han sobrepasado las expectativas.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha alertado de que Ucrania pudiese convertirse en el primer escenario de un conflicto atómico, ya sea como diseño o por accidente. Esto último es lo que pasó en abril 1986 con la explosión de la planta nuclear ucraniana de Chernobyl, ubicada al norte de Kiev.
Cuando se cumple la primera quincena de la guerra en Ucrania, todos los seis diarios serios de Inglaterra han compartido en sus portadas la misma foto a color de una mujer a punto de dar a luz que es transportada en camilla en medio de las ruinas de un hospital en Mariúpol. Esta es la principal ciudad costera del Mar de Azov y de Duhansk, una región del sudeste ucraniano que junto con la adyacente de Luhansk se autoproclamaron como repúblicas independientes en 2014.
Hace tiempo que he acuñado la máxima diplomática, al parecer némine discrepante, de que hasta que España no resuelva o al menos encauce debidamente su en verdad harto complicado expediente de política exterior en litigios territoriales, no ocupará el puesto que corresponde en el concierto de las naciones.
Hoy asistimos a una campaña propagandística que promueve a todas luces una furibunda ruso fobia, pretende instalar en el mundo el desconocimiento de Rusia como potencia y legitimar la inutilización de un incómodo gasoducto cuya costosa materialización ya se ha consumado. Para demostrar todo eso, Putin pateó el tablero cuando más atención del mundo tenía encima y todo se hizo evidente.
El origen y responsabilidad de esta guerra (aunque la intolerable intervención militar haya sido de Putin, dicho desde el primer momento para que no se nos tache de Putinfilo) es de EEUU y de la OTAN. Pero decir esto hoy, es revolucionario y motivo suficiente para que todo el mundo te acuse de apoyar a Putin. A este extremo de ignorancia y manipulación hemos llegado.
Como ser humano que me gusta la paz, el progreso, no estoy de acuerdo con la guerra iniciada por Rusia contra el pueblo de Ucrania, digo esto porque el que sufre las consecuencias en una guerra es el pueblo indefenso. Es correcto lo que hace el pueblo de Ucrania en trasladarse emergentemente hacia otros países como Polonia, Europa y etcéteras, porque sencillamente no quieren morir.
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