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Duele el dolor, aunque duele más la injusticia que le rodea. Es lo que entendí de las palabras de Rosa Mª Sarda en su relato de vida. Una entrevista donde explicaba la realidad social de un pasado en el que perdió a su hermano por la pandemia del sida. Por un momento, recordé aquella facilidad colérica para culpabilizar al resto en clara atribución a un egoísmo psicológico, toda vez, que nos acercábamos a la mayor osadía de nuestro tiempo: la ignorancia.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), cada día más de un millón de personas contraen una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Las ETS, como su propio nombre indica, son aquellas que se transmiten por medio de relaciones sexuales (anales, vaginales u orales), y pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos. La mayoría de los casos de ETS cursan sin presentar síntomas, lo que facilita la transmisión de la infección.
El Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria es el organismo multilateral más grande que existe para la lucha contra estas pandemias. Financiado principalmente a través de las donaciones de los gobiernos del mundo, proporciona el 30% de toda la inversión internacional para programas de estas enfermedades. Los próximos 18 y 19 de septiembre, bajo el auspicio del Gobierno de los Estados Unidos, celebrará su 7ª Conferencia de Reposición de Fondos.
La desigualdad que durante mucho tiempo alimentó la epidemia del sida aún existe y trae consecuencias funestas, particularmente para los pueblos del sur de África. La persistencia y los impactos enormemente desiguales de esta epidemia aún vigente sirven como advertencia frente a la incipiente circulación de la nueva variante ómicron del virus de la COVID-19 por el mundo.
Los resultados del primer y mayor estudio multicéntrico que ha analizado la prevalencia actual y los patrones de uso de drogas en España entre las personas con VIH concluyen que cerca del 50% (49,5%) había consumido drogas en los últimos 12 meses. El cannabis, la cocaína y los poppers fueron las drogas más consumidas, señala el estudio realizado por SEISIDA y ViiV Healthcare que acaba de publicarse en la revista PLOS ONE.
¿Cuál es la situación en nuestro siglo del problema de la niñez en Caracas?; ¿qué hace la clase política para dar solución al gran problema que ya ha alcanzado dimensiones internacionales?, ¿qué hacemos nosotros para sacarlos de situaciones de marginalidad, drogadicción, malos tratos por parte de sus progenitores en muchos casos y lo peor, el incesto?
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