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Resulta sugestiva la emergencia de las religiones no teístas. No me refiero al budismo o al taoísmo, sino a esas otras creencias que proliferan en nuestros días. Ciertas teorías de la conspiración funcionan como religiones, pero, además, se van conformando otras, entre las que cabría destacar la denominada “ecolatría”, por utilizar el nombre que le dio Fernando Savater hace ya tres décadas.
Hoy quisiéramos invitarlos a reflexionar en torno a un asunto estrictamente filosófico, en cuanto que buscaremos comprender la esencia de aquello que llamamos cotidianamente "lo político", diferenciándolo de una práctica concreta, un trabajo, un oficio, que es propiamente el de "la política".
Cuando era pequeño, muy pequeño, y no me portaba bien o no quería dormirme, mi madre para que la obedeciera empleaba la frase que encabeza este escrito. Mano de santo. Inmediatamente la obedecía, y, o le hacía caso, o me disponía a dormir. Quiero referirme al bute, al fantasma con el que se pretende asustar a la humanidad desde hace varias décadas: el cambio climático, causado por los seres humanos.
La paradoja o aporía sería "una idea, hecho o proposición que contradice la lógica o infringe el sentido común" y la más conocida sería la paradoja de Zenón de Elea, conocida como "Aquiles y la tortuga" La tesis central de dicha aporía sería que "Aquiles puede correr más rápido de lo que avanza la tortuga pero no puede atraparla, porque cuando llega al punto en el que ella estaba antes, ya se ha movido".
Una crisis es “una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución”. La palabra crisis está emparentada etimológicamente con el verbo griego 'krínein', que significaba originariamente “decidir, separar, juzgar” y posteriormente derivó en “seleccionar o elegir” y siempre lleva implícito un caos de la mudanza.
¿Cómo ha sido posible que en los cuatro últimos años se hayan producido consecuencias tan destructivas? Vivimos en una época de avances científicos sin precedentes que nos hacen pensar que somos dioses. El cientifismo nos hace creer que podemos solucionar todos los problemas que se nos planean. La verdad es que se agravan y se añaden de nuevos que empeoran la situación.
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