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Otra rectificación más en lo que será la reforma laboral no reformada; es decir, retocada y apenas modificada. Si ayer era «técnicamente imposible» cambiar la reforma laboral y «sí hacer pequeños cambios», hoy ya ni sabemos qué es lo que piensa el Gobierno al respecto. De momento, aquel 15% que se iba a aplicar para los contratos temporales, ahora se flexibiliza y se estudiará.
Confieso que no me fío de los sindicatos mal llamados «obreros». Ha sido tanta la corrupción que han generado y acumulado en este país que, cuando escucho la palabra sindicato de clase, instintivamente me llevo la mano al bolsillo. ¡Como para no hacerlo! Desde que el sindicato socialista se enredó en el «caso PSV» y algunos afiliados colgaron longanizas en la puerta de las sedes, no soporto las acciones de estas organizaciones cavernarias y destructoras de empleo.
Como tal elefanta es como pretende entrar Yolanda Díaz en las negociaciones. Y para eso precisa saltarse las líneas rojas del acuerdo de coalición, traicionar a Pedro Sánchez, engañar a Nadia Calviño, ningunear a Garamendi y actuar como si también ella fuera sindicato. Es evidente que no ha perdido actualidad eso de estar a la vez repicando y en la procesión, soplar y sorber o tener dos yernos con una hija.
Sánchez regala dinero a los sindicatos clasistas, mal llamados obreros, y cargarán los cursos a un fondo de 63 millones de euros de ayudas a La Palma. A manirroto no le gana nadie. Este tipo de sindicatos, que se han ganado la fama de inservibles y que precisan de una reforma en profundidad, no representan a los trabajadores. Es el mundo de los liberados y los vividores que sólo protesta ante la derecha, pero traga carros y carretas con la siniestra y la injusticia social.
¿Alguien se acuerda ya del enfrentamiento de Alberto Rodríguez y Belarra con la presidenta del Congreso de los Diputados? ¿Y del encontronazo de la «jefa» de Podemos con «la Yoli»? ¿Y de los roces de la «marquesa» con otros miembros de Unidas Podemos? ¿Se acuerdan de los condenados o en puertas de serlo que han acabado en el «Ministerio de la Señorita Pepis»? ¡Qué mala memoria tenemos en este país!
El cumplimiento de la legalidad ha creado barrera entre los socios de Gobierno, socialistas y comunistas, y empieza a pasar factura. Primero, porque la ultraizquierda quiere quedar por encima de sus «primos carnales», los socialistas, y, segundo, porque en socialismo no se ve con buenos ojos eso de continuar en coalición con los comunistas. No será fácil preservar el estado de salud de la coalición actual.
Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados y diputada en las filas del PSOE, arrastró sin pudor la dignidad de la Cámara al apoyar la continuidad del diputado de Podemos, Alberto Rodríguez. La corrección posterior no enmienda la estupidez cometida el día antes porque la sentencia era clara en todos sus términos. Una sentencia que no precisaba reinterpretaciones, como más tarde aclaró el Tribunal Supremo.
Hablaban en Unidas Podemos de acabar con las puertas giratorias, pero les ha faltado tiempo para absorber en el «Ministerio de Igual Da» a una condenada y dos procesados. Imagínense a la tal Serra, Isa, condenada por atentado a la autoridad. Cualquiera que cometa un atentado es un terrorista, y ahora quieren convencernos de que no lo es, a pesar del espectáculo que montó contra la policía femenina, a quien llamó de todo menos bonita, con vejaciones incluidas.
El Día de la Hispanidad hemos comprobado que Pedro Sánchez no se ha puesto en paz con la ciudadanía. Una vez más le han llamado de todo, menos bonito. Le pasó en Madrid y le volvió a pasar en Salamanca, Cáceres, Alcalá de Henares, incluso en Valencia el pasado domingo, coincidiendo con el Congreso del Partido Socialista.
Muchos ciudadanos españoles estaban deseando de que el «ave» piara y de que lo hiciera con rigor y pruebas. Ha llegado el momento y lo ha hecho. ¡Bendito «ave»! Precisamente a esa acción tenía miedo un sector negligente, portador y aventador de odio, además de apoyo al asesino Nicolás, heredero y continuador del «gorila rojo».
La exministra, González Laya, se ha reído en la cara del juez y le ha tomado por el pito de un sereno o de dos. Lo ha hecho en su propia casa; es decir, en sede judicial. Curioso personaje que no supo entender su cometido como ministra y a quien el presidente acabó poniendo a los pies de los caballos en el tema de Brahim Ghali. Alguien debería explicar a esta ministra fullera que su deber es protegernos y no engañarnos ni exponernos a todos los peligros.
Unidas Podemos continúa a piñón fijo en temas relacionados con la enseñanza y la educación. Lo demostró con la Ley Celaá y lo vuelve a demostrar en sus atrabiliarios ataques a Pilar Alegría por las declaraciones de ésta sobre la enseñanza concertada. No hay duda de que la ministra de educación, maestra recién estrenada, ha dado una lección y un soplamocos en los morros a la extrema izquierda, anclada en un pasado oscuro y sin valores democráticos.
«¡Fuera, fuera! ¡Fuera, ministro! ¡Vete de aquí, sinvergüenza!» eran los «cariñosos» improperios con los que le «agasajaron» al ministro Grande Marlasca en Córdoba, aprovechando un acto enmarcado en la Semana Institucional del Instituto Armado. Los reiterados gritos de «¡Fuera, fuera…!» y «¡Marlasca, dimisión!» se agolpaban en la sobrecogedora pitada, tanto durante el discurso institucional como en el transcurso de la revista a la Benemérita.
Ha llegado un momento en que el Gobierno no sabe si mata, hiere o espanta. Ha dado cifras distorsionadas de la recuperación y no se va cumpliendo nada de lo previsto. Hasta el Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado la cifra de la recuperación. España se desinfla por todas partes desde el punto de vista económico y, en lo político, el desastre ya es total.
La España de las velocidades, con diecisiete sistemas educativos distintos, presenta tal cantidad de desigualdades que ni los docentes reconocen el sistema cuando salen de su comunidad. Y lo que puede parecer una opinión en este caso, llega el informe PISA y lo confirma. No hay más que echar un vistazo al último publicado y comprobar que no es lo mismo estudiar en una comunidad que en otra.
Ada Colau ha tenido la desgracia de convertir Barcelona en un estercolero a su medida. Salta a la vista la miseria y la podredumbre de las fanáticas políticas discriminatorias, donde la ciudadanía no proclive al independentismo sigue bajo la bota de la represión, las formas dictatoriales y el desgobierno municipal.
En el actual «desGobierno» todo es tristeza para el contribuyente y jolgorio permanente para la clase más inepta y aprovechada del sectarismo del ala más siniestro ideológicamente. La hipocresía, junto con la deshonra que los atenaza, lo basan en dos conceptos absurdos: la agenda 2030 y el para ellos desconocido cambio climático; no dejan de ser arreadores simples y obedientes de sus dictatoriales jefes del globalismo penitente de la cuadra de George Soros.
Mal comienza el curso político ese enjambre que aposenta sus posaderas en sillones que no merecen, recorren alfombras de niveles a los que no llegan y cobran sueldos que no se ganan ni trabajan ni merecen. Con su espantada de las Cortes cometen fraude al contribuyente; precisamente ese que les paga el sueldo y los mantiene en situación de parásitos desnortados y sin provecho.
En lo que se refiere a la erupción volcánica de La Palma, Reyes Maroto ha defendido que lo prioritario es dar tranquilidad a los turistas afectados y a los que están llegando a la isla. Es más, ha añadido que «se está dando información para que los turistas puedan viajar a la isla y disfrutar de algo inédito de poder ver en primera persona».
Estamos en un país donde parecen abundar los burdéganos, acémilas, alelados, estólidos y estultos. Lo preocupante es que están en los aledaños del poder u ocupando puestos en el Gobierno del «doctor» y tienen el BOE para dictar normas y cometer atrocidades. En esta ocasión me estoy refiriendo a la ministra receptora de la navaja durante la campaña electoral madrileña.
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