| ||||||||||||||||||||||
El lunes, 24 de Marzo, el silencio milenario de los Dólmenes de Antequera se quebró con la simulación de un seísmo de 6,1 grados en la escala de Richter. En el epicentro del caos, un despliegue sin precedentes: más de 200 efectivos de emergencias, cuerpos de seguridad y especialistas en patrimonio cultural ejecutaban el que ya es, sin duda, uno de los mayores simulacros organizados en España para la protección de un yacimiento arqueológico Patrimonio de la Humanidad.
A los pies del macizo de Montserrat, flanqueados por las aguas del Llobregat y envueltos en un paisaje de singular valor histórico, simbólico y paisajístico, se encuentran —o se encontraban— dos enclaves emblemáticos del patrimonio termal y arquitectónico de Cataluña.
El registro de un fragmento del esqueleto de la cara hallado en la Sima del Elefante (sierra de Atapuerca), con una antigüedad superior al millón de años, se ha publicado en Nature. Constituye la cara humana más antigua conocida de Europa occidental. El resto, catalogado como ATE7-1, ha sido asignado a Homo affinis erectus. En la nomenclatura biológica “affinis” significa que la atribución a una especie se basa en restos incompletos, y por lo tanto no es definitiva.
En un hallazgo sin precedentes, arqueólogos han desenterrado en Extremadura una fortificación de la Edad del Cobre con cerca de 5000 años de antigüedad. El yacimiento, conocido como Cortijo Lobato, fue descubierto durante las obras de construcción de un parque fotovoltaico en el valle del arroyo Harnina, cerca de Almendralejo.
Un estudio liderado por personal investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), sugiere que la gran diversidad y abundancia de dinosaurios carnívoros espinosaurios y carcarodontosaurios impidieron la presencia de tiranosauroides durante el Cretácico inferior en la península Ibérica.
El proyecto, llevado a cabo por el Grupo de Investigación “Primeros Pobladores del Alto Guadiana” que dirigen Daniel García-Martínez (Universidad Complutense de Madrid y CENIEH), Sara Díaz (UAM), Carlos A. Palancar (MNCN-CSIC) y Francesc Gascó-Lluna (Universidad Isabel I), ha concluido que se trata de una acumulación de huesos fósiles de fauna, algunos de ellos con marcas de corte de origen humano, con una antigüedad estimada en 300.000 años.
|