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Poder Legislativo chileno insultado por Argelia

El país latinoamericano más respetado por su cultura política pretende ser insultado por una anacrónica dictadura sin la mínima noción de lo que representa una democracia
Luis Agüero Wagner
miércoles, 14 de febrero de 2018, 07:14 h (CET)
En América Latina, Chile es uno de los países más respetados por su nivel de cultura política, además de ser envidiado por sus grandes logros macroeconómicos y progresos admirables en todas las vertientes imaginables.

Sin embargo, una anquilosada dictadura que sobrevive en el Magreb a épocas caducas, pretende cuestionar la labor legislativa de un país que se encuentra a años luz de distancia en lo que refiere a civismo.

En los primeros días de enero del presente año 2018, este congreso considerado ejemplar en toda la Región emitió un pronunciamiento que consideraba al Estatuto de Autonomía para el Sahara Occidental propuesto por Marruecos, como fuente de optimismo para las partes involucradas en el diferendo entre argelinos y marroquíes sobre el antiguo Sahara español.

Los legisladores chilenos, considerados los más serios en Sudamérica, calificaron a la iniciativa marroquí como la más creíble y solvente manifestando que es la única capaz de permitir a la población del Sahara ejercer su derecho a la autodeterminación y gestionar de forma democrática sus asuntos ejecutivos, legislativos y judiciales.

La embajada de Argelia, insultando el discernimiento de los legisladores más eficientes y entendidos del continente, pretende que éstos acepten lecciones de una anacrónica dictadura trasnochada que pretende retrotraerse a los tiempos de la guerra fría.

En esta columna hemos venido advirtiendo sobre la realidad de este conflicto artificial que al decir del asesinado presidente argelino Mohammed Boudiaf, vuela sin pista de aterrizaje.

Es que en el desierto del Sahara, un estrafalario grupo de activistas apátridas, fuertemente apoyados por Argelia, pretenden que España siga siendo dueña de la porción del Sahara que corresponde al Reino de Marruecos.

Sus apologistas olvidan lecciones cumbres de la historia, como los estados títeres de ManchuKuo o la República de Saló, pretendiendo crear en Africa un pequeño país que permita a la dictadura argelina una salida atlántica.

Retrotrayéndose a tiempos previos a la guerra del Ifni y la Marcha Verde, cuando los mismos marxistas abogaban por la marroquinidad del Sahara sin ser objetados por nadie, siguen defendiendo fronteras inventadas y dibujadas en el mapa por el colonialismo europeo.

En su afán de lucrar invocando a refugiados cuyo número falsean, y malversar millonaria ayuda internacional, defienden la intangibilidad de esas fronteras sumando el absurdo de presentarse como “independentistas”.

Insultando a uno de los países más cultos y admirados de América, y a toda Latinoamérica, la embajada de Argelia envió una “paternal” carta a todos los legisladores chilenos informándoles como si fueran un hato de ignorantes, que habían aprobado una resolución errónea respecto al territorio del antiguo Sahara Español.

El hecho confirma lo señalado por aquel agudo pensador, que alguna vez advirtió que la torpeza del hombre, a diferencia del animal, puede llegar a ser incalculable.

El insulto de la dictadura argelina a las democracias sudamericanas lo confirma.

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