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Al homenajear a Rubén Darío, se debe estar claro que no se realiza recordando a un poeta más, sino rindiéndole tributo a un poeta genial, inmensamente luminoso, de luces brillantes y profundo como el mar, con ideas de gran valor. Además, fue un gran prosista con pensamientos muy sentidos al tener gran sensibilidad social.
Aribela no quiere depender de su marido así que depende de su comisionista de bolsa. Acaropita no quiere depender de valeriana, hierbas aromáticas y tiernos yuyos de impreciso encanto, así que depende de bencedrina, apomorfina, peyote, bannisteria, caapi, barbitúricos y cortisona cuando se la inyecta endovenosamente.
Muchos podrán preguntarse: ¿y por qué recordar a Rubén Darío? Simple, por ser un clásico de la Literatura, se podría argumentar como asunto de gran validez. El gran Octavio Paz precisó en cuanto a Rubén: “Ser o no ser como él. Darío está presente en los espíritus de los poetas contemporáneos”.
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