Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | La buena noticia | Berlanga | Vida

Plácido

Soy un enamorado del cine de Berlanga. Siempre dice algo importante
Manuel Montes Cleries
domingo, 30 de diciembre de 2018, 11:17 h (CET)

En la pasada semana tuve la oportunidad de volver a ver, por enésima vez, esta película que recoge todo el estilo y la filosofía del genial cineasta valenciano.


“Plácido” (1961), es un ejemplo del neorrealismo hispano de los sesenta. Recoge todos los aspectos de una sociedad, recién sacada de una guerra civil, que lucha por la supervivencia. A muchos les parecerá una exageración. Pero cada uno de los detalles de una pobreza llevada con dignidad, nos llevan a retrotraernos a una parte de nuestra vida en la que firmábamos letras (siempre recordaré que mi primera máquina de escribir la pagué con letras de ochenta pesetas mensuales -menos de cuarenta céntimos de euro-. Si no pagabas… al notario, te embargaban el bien… y listo.



A Plácido (Cassen) le pueden quitar su motocarro. Lucha hasta la extenuación por pagar la letra. El petimetre (José Luís López Vázquez), que intenta agradar a la familia de la novia, no para de exhibir su parentesco para que se la abran algunas puertas, “soy el hijo de fulano”. Las beatas, de abrigo de pieles y velo, haciendo “caridad”. Hasta el hermano, un poco disminuido y pillín, aporta sus ahorrillos y la cesta de Navidad que acaba de afanar.


Aparecen aquellos viejos servicios llenos de miseria y sexo barato. Aquellas exhibiciones de pobres famélicos que comían jamón cuando ellos -o el jamón- estaban malos. Aquellos motocarros que pululaban por Málaga en sustitución de los triciclos y los carrillos de mano.


El traslado del pobre, casado a la fuerza y fallecido inmediatamente, en un motocarro con la estrella de Navidad, es el colmo de una situación, hoy en día insólita, que muchos hemos vivido de cercaen nuestrosbarrios “del puente pallá”.

La última escena recoge todo el sentido de la trama. La frase del comerciante que recupera su “cesta robada” da luz y norte a la situación: “que sois unos muertos de hambre”.


Mi buena noticia de hoy se basa en que podemos vivir aquellos momentos con nostalgia, sentimiento e incluso vergüenza. Pero no podemos perder de vista que hemos superado una época con mucho esfuerzo. Un ejemplo para unas nuevas generaciones que lo han tenido todo mucho más fácil y que no valoran la tenacidad ni la superación de las adversidades. Una generación que basa su información en las redes y en el teléfono móvil.


Mi buena noticia de hoy es que los que fuimos testigos de aquella forma de vivir, intentamos frenar un movimiento pendular hacia el consumismo (mucho peor que el comunismo) y procuramos transmitir los valores fundamentales del respeto, la familia y la amistad. Pero seguimos sin ser valorados.

Noticias relacionadas

Se dice por ahí, que hay tantas verdades como mentiras, pero, de entre las primeras, solo una se impone como verdadera, se trata de la verdad oficial. En cuanto a las mentiras, son simples mentiras creadas para que sus productores tengan una ocupación y su despliegue mediático sirva de entretenimiento al respetable. No pasa nada si estas últimas son inofensivas, es decir, si siguen el juego al sistema y se mueven en el terreno del espectáculo.

Ni sindicatos, ni organizaciones patronales, ni ONG's, pagan siquiera el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), dado que los Ayuntamientos también los han declarado exentos del pago de ese impuesto. Es de resaltar que el patrimonio inmobiliario de que disfrutan estas organizaciones, situado generalmente en las mejores zonas de las grandes ciudades, les obligaría a realizar unos importantes pagos anuales que en virtud de la ley eluden por completo.

En un mundo donde la información se pasea por las redes y los aparatos móviles y el papel va desapareciendo a ritmo de vértigo en las casas y en las empresas de todo tipo, es necesario recrearse un poco en estas misivas que siguen estando presentes, con tal de reivindicar su hegemonía, para recordarnos que si antes fueron muy importantes, lo siguen siendo ahora también en pleno siglo XXI.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto