Una de las situaciones más temidas por los estudiantes durante la vida académica es la época de exámenes. Si bien es normal sentir ciertos nervios ante la proximidad de las pruebas para mostrar los conocimientos adquiridos, en ocasiones se producen verdaderos cuadros de ansiedad.
Como señala el Dr. Pedro Adrados, psicólogo clínico del Hospital Vithas Nuestra Señora de América de Madrid, “la ansiedad es una reacción normal y funcional ante situaciones de incertidumbre o desafío de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, cuando es sistemática o generalizada y se combina con una conducta de evitación persistente podemos hablar de ansiedad patológica”.
En el caso de los exámenes se caracteriza por la tendencia a reaccionar con elevada ansiedad en contextos relacionados con el rendimiento. La sintomatología típica en estos casos, como detalla el especialista, puede incluir “tensión muscular, taquicardia, palpitaciones, mareo, dolor de cabeza, sudoración, dificultad para respirar o molestias digestivas”. Como consecuencia de ello, “el equilibrio psicológico y fisiológico puede verse perturbado, provocando una disminución del rendimiento y afectando a la vida académica, personal y social”.
Más allá del momento concreto del examen, la ansiedad puede dificultar la capacidad de concentración, provocar dudas, bloqueos y distracciones, de modo que la predisposición del estudiante no sea la adecuada.
Perfil típico de estudiantes con altos niveles de ansiedad Como explica el especialista del Hospital Vithas, “existen determinadas características de la personalidad que pueden predisponer a sufrir ansiedad patológica: niveles altos de perfeccionismo o de inestabilidad emocional, dificultad para controlar los impulsos o baja autoestima. Además, tampoco ayudan las dificultades para fijar la atención o el empleo de estrategias de afrontamientos poco adecuadas para el estudio, es decir, aquellas que son más pasivas o que se centran demasiado en las propias emociones, como evitación o negación”.
En este sentido, el Dr. Adrados recomienda seguir estrategias focalizadas en el problema, en este caso concreto, el examen, así como estrategias de autocontrol y distanciamiento como formas adaptativas de regularse: “Darse un tiempo o espacio de distracción o tranquilidad, de planificación y reevaluación positiva de la situación y de búsqueda de apoyo social”.
En relación al género, Adrados destaca que la reacción de hombres y mujeres difiere: “las mujeres utilizan las estrategias de evitación y búsqueda de apoyo social, mientras que los hombres utilizan estrategias como la confrontación y el autocontrol”.
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